2014-10-30 URUGUAY

Syrians flee violence

On 9 October, the first families of Syrian refugees from Lebanon arrived at the Casa San José of the Marists in Montevideo. The initiative of the Presidency of the Eastern Republic of  Uruguay has become a reality with the arrival of five families, all with adults for reference and mainly children and young people; 42 persons in total.

Visits have been restricted to a minimum, with the aim of generating a space of intimacy, security and comfort, and various teams of professionals, some of them Marist teachers, and other organizations have implemented projects for the newcomers to learn the language, become familiar with Uruguayan culture, and progress towards a greater autonomy which will allow them to integrate into the local society the best way possible.

This first group will be accommodated for two to three months in the Casa San José until a first evaluation of the process is carried out. The Uruguayan Government has already   stipulated the integration of all the minors into the local education system, at the appropriate levels, and is determining definitive accommodation for each of the families, as well as finding work for the adults. 

It is possible to read below, in Spanish, two testimonies from Fabián, one of the many Marist teachers who are working with the Syrian refugees.

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 16 de Octubre:

"Pasaron ya cuatro días del inicio de nuestra tarea (una semana exacta de la llegada de los 42), se nos encargó un proyecto que iniciara la inserción cultural, la adaptación a nuestro medio, el conocimiento de nuestros espacios, nuestras costumbres, el potencial de vivir en Uruguay, las características de este "bendito país" (Sánchez Padilla dixit) que lo hacen propicio para el desarrollo pleno de sus virtudes, los aspectos de la vida cotidiana que deben conocer para tomar sus propias decisiones aquí, y construir sus propios caminos de felicidad.

Comenzamos con temor (el que se tiene cuando se sabe que va a intervenir en un proceso delicado y se asume con mucha responsabilidad), con ansiedad (queríamos empezar de una vez por todas, conocer las personas, más allá del genérico "sirios"), mucha ilusión y esperanza (la que tenemos los docentes cuando iniciamos una tarea educativa, cuando nos entregamos con todo nuestro profesionalismo y nuestro corazón a las personas con las que desarrollamos el vínculo pedagógico)
Luego del primer día, cuando volvíamos a nuestros hogares, sentíamos que habíamos comenzado algo trascendente (no en un sentido grandilocuente), algo que nos interpelaría nuestras propias vidas, en el sentido de la forma que concebimos estar en el mundo.

Vamos conociendo de a poco a cada uno de los adultos, jóvenes y adolescentes que participan de nuestra propuesta, y es inevitable cruzarse con los niños, que corretean por el pasto, por los pasillos, que muchas veces se cuelan curiosos en nuestros talleres. Todos, están aprendiendo mucho, están ávidos, ilusionados y haciendo ese camino lleno de curvas que es el de insertarse en algo que para ellos (y nosotros también) es de puro descubrimiento. Se sienten muy agradecidos, y lo demuestran con cada gesto y ademán desde el primer día, y en los siguientes con cada nueva palabra que aprenden en sus clases de español. 

Hoy, al final del taller, el más veterano (ya aprenderé su nombre), me abrazó muy conmovido… Y yo? Con una sonrisa constante, repasando el taller de mañana con mucha dedicación y escribiendo este testimonio. 

Por suerte les hemos transmitido, en estos cuatro días, que nos importan, y mucho." …

 

19 de Octubre:

"…El viernes, como cierre de nuestra propuesta semanal, decidimos terminar entre lo lúdico y lo celebrativo. Mientras parte del equipo explicaba a los referentes familiares lo que refiere al sistema educativo uruguayo (como todos saben por la prensa, la semana que viene comienzan a estudiar y socializar en escuelas y liceos), la ley de educación, derechos y obligaciones, con otro sub-grupo realizamos un intercambio gastronómico, así le le llamamos a la actividad.

Nosotros cocinamos algo para ellos (unas humildes empanaditas dulces para la merienda, de membrillo y de leche) y nos cocinaron un postre dulce con chocolate, galletitas María, chocolate, etc. No tenía nombre, parecía medio improvisado, y fue hecho con mucha alegría, disfrutaron mucho del espacio, se lo veía felices. Participaron, por lo dicho anteriormente, los más jóvenes, y los adolescentes. Nos ayudaron a hacer las empanadas, con mucho cuidado, con delicadeza, no era tan difícil, pero no era la idea hacer "alta cocina". Terminamos casi al mismo tiempo de hacer los dos productos, y nos juntamos, una vez que terminó el otro subgrupo, para degustar las "especialidades". El postre que nos regalaron, iba decorado con trocitos de las galletitas, y le escribieron en árabe "Siria" por encima. Mientras lo iban sirviendo comentaban, sonreían y parecían elegir a quién daban cada porción de postre. Le pregunto a uno de los traductores que era lo que comentaban. Me dice algo así: Están eligiendo a quién le ofrecen cada pedazo de Siria…
Gracias chiquilines (porque ya les podemos decir chiquilines, expresión bien uruguaya), gracias por compartir con nosotros porciones de Siria. Gracias por compartir las sonrisas! Gracias por compartir momentos creativos sencillos! Gracias por venir! Gracias por estar! Si eligen quedarse en Uruguay, gracias por elegirnos cada día. Y si no, gracias por haberlo intentado…" 

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