14 de septiembre de 2022 CASA GENERAL

15 de septiembre: Día Internacional de la Democracia

“Se dota de estructuras de gobierno que son transparentes, sencillas, eficaces y flexibles” (XXII Capítulo General)

En pleno siglo XXI parece que se pone en entredicho la democracia como sistema político. Estamos en un mundo donde parece tomar fuerza los populismo, donde da la sensación de que cada vez más países buscan líderes personalistas, donde nuestros políticos parecen mirar más por sus propios intereses que por los de los pueblos a los que representan…

El mundo tiene la experiencia de sistemas políticos que han provocado el sufrimiento de millones de personas. Pensemos en los muchos ejemplos dramáticos que nos dejó el pasado siglo XX (nazismo, comunismo, dictadores, guerras civiles…). La humanidad parece no querer aprender de los errores del pasado, empeñándose en repetir ciertas conductas que llevaron a la destrucción y al sufrimiento. Han existido y siguen existiendo políticas que ponen en entredicho el respeto por los derechos fundamentales, que ahogan la libertad de expresión y de prensa, que ponen freno a la libre información, que no permiten la asociación y ni la reivindicación de situaciones injustas…

En la primera llamada de nuestro último Capítulo General tenemos una clara invitación a cómo afrontar, como Maristas de Champagnat, estas situaciones de inestabilidad y de riesgo para el bienestar y la seguridad de todos los seres humanos. Estamos llamados a ser “faros de esperanza en este mundo turbulento”, y unos faros que ofrezcan una determinada luz, que no es otra que la luz de Cristo, expresión de su misericordia para todos sus hijos e hijas. ¿Somos el rostro y las manos de la misericordia de Dios?

Debemos ser un rostro y unas manos misericordiosas que luchan contra la desinformación, contra las noticias falsas, contra el discurso de odio y separación de ciertos líderes políticos, contra la confrontación directa, contra las medidas que ahondan la diferenciación social (migrantes, mujeres, pueblos indígenas…).

Como Maristas de Champagnat queremos trabajar en favor de la transformación del mundo, especialmente del lado de los más pobres, apoyando sistemas políticos donde la autoridad se sustente en la voluntad de los ciudadanos, y no de los grupos políticos o de intereses económicos, tal y como se nos señala en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (21.3).

El propio papa Francisco, en Fratelli Tutti (157) nos recuerda y advierte de ciertas presiones que quieren eliminar sistemas democráticos de gobernanza, es decir, que quieren eliminar el “gobierno del pueblo”.

Los Maristas de Champagnat contamos con un doble reto. Un primer reto hacia el interior, atendiendo a las llamadas del Capítulo General de 2017, que nos invita a poner “en marcha y/o se fortalezcan estructuras donde todos los maristas compartan el liderazgo y las responsabilidad”. Por otro lado, encontramos un reto hacia el exterior que nos debe llevar a ayudar e insertarnos en nuestras sociedades, para promover un cambio real, para favorecer sistemas que realmente den participación a todos los ciudadanos y donde las leyes protejan especialmente a los más desfavorecidos de nuestros respectivos países.

Os invitamos a volver a leer el estilo de gobierno, “para un nuevo comienzo”, que el XXII Capítulo General nos propone a todos los Maristas de Champagnat, asumiendo especialmente un liderazgo profético y servidor en nuestras comunidades y familias, así como en nuestro obras. Profético pues es capaz de anunciar el Reino de Dios y de denunciar las injusticias de este mundo. Servidor pues está atento y dispuesto siempre a responder a las necesidades concretas de su alrededor.

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H. Ángel Diego García Otaola –  Secretariado de Solidaridad

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