16 de septiembre: día de la Preservación de la Capa de Ozono

“Dios nos quiere continuadores de su creación… El ser humano sólo puede “humanizarse” y realizarse plenamente cuando se inserta en un mundo que está en un proceso continuo de creación, cuando se relaciona y se integra en el trabajo y en el cuidado por este mundo que tiene en sus manos” (Evangelizadores entre los jóvenes, 65).

Este mes de septiembre, desde el 1 de septiembre estamos recordando “el tiempo de la creación”. Esta celebración y recuerdo durará hasta el día 4 de octubre. Siguiendo en esta misma línea, desde el Secretariado de Solidaridad queremos continuar haciendo hincapié en temas que nos recuerdan la importancia del cuidado de nuestra casa común, tal y como nos pedía el último Capítulo General, así como también la encíclica Laudato Si.

El 16 de septiembre se celebra el “Día intarnacional de la preservación de la capa de ozono”. Muchos de nosotros hemos seguido con interés los pasos que se han ido dando, durante años, para evitar que se siga destruyendo la capa de ozono que protege nuestro planeta de las consecuencias negativas de los rayos solares. Recordamos que allá por el año 1989 las Naciones Unidas, y los países firmantes, han promovido una serie de medidas para proteger nuestro planeta y a quienes lo habitamos. Echando la vista atrás descubrimos que el llamado “Protocolo de Montreal” ha sido uno de los tratados de cooperación internacional que mejor que se ha implementado.

En ocasiones tenemos la sensación de que es difícil conseguir acuerdos internacionales, que sirven de poco los tratados firmados por muchos de nuestros países. Nos encontramos ante un buen ejemplo de cómo es posible avanzar en el cuidado de la Tierra cuando existe voluntad y conciencia por parte de todos, Estados y particulares. Y ante esta realidad positiva nos toca seguir ilusionados y conscientes de que es posible dar pasos firmes para proteger la naturaleza, para cuidar de nuestra casas común y de quienes la habitan.

Desde que se firmase el Protocolo de Montreal los Maristas de Champagnat hemos dado pasos decididos para que nuestra educación y nuestra acción se alineen con el cuidado de nuestro planeta, hemos puesto nuestras energías, nuestros recursos y nuestras personas al servicio de nuestra casa común, hemos desarrollado programas y actividades encaminadas valientemente en favor de nuestro mundo y de quienes en él vivimos.

Podemos aprovechar este día internacional para reflexionar cómo podemos seguir dando pasos valientes y decididos. Sí, ya lo hacemos, y somos conscientes de ello. Pero, ¿podemos seguir dando pasos?

¿Contamos con proyectos ecológicos en nuestras obras educativas? ¿Avanzamos en el reciclado y en el ahorro energético? ¿Dotamos nuestras casas y comunidades de elementos que favorezcan la eficiencia energética? ¿Apostamos por seguir cuidando y protegiendo el medio ambiente? La respuesta a estas preguntas posiblemente sea positiva en muchos casos, y nos congratulamos por ello. Aun así, no cejamos en nuestro empeño de seguir haciendo camino, de seguir “humanizándonos”, de seguir “cuidando este mundo que tenemos en nuestras manos”.

Por ello, nos unimos al XXII Capítulo General cuando nos urgía a “cambiar el modo en que vivimos basado en una ecología integral”, creando “una conciencia ecológica integral”, desde nuestro estilo de gobierno y hasta nuestras acciones personales y concretas.

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H. Ángel Diego García Otaola – Director del Secretariado de Solidaridad