17 de octubre de 2020 CASA GENERAL

17 de octubre: Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza

¿Cómo es posible que, en pleno siglo XXI y con todos los medios con los que contamos, aún tengamos que seguir hablando de este día? Esta y otras preguntas relacionadas vienen a nuestra mente con cierta frecuencia. Muchas veces nos puede recorrer un sentimiento doble. Por un lado, podemos sentir la incomprensión, la rabia, la desesperanza porque los poderes políticos y económicos no dan respuesta a la situación de pobreza en la que se encuentran millones de personas. Por otro lado, nos descubrimos como incoherentes, porque no hacemos todo lo que está en nuestra mano y por nuestra falta de generosidad.

Los números que nos ofrecen las organizaciones internacionales son escandalosos, con cientos de millones de personas que viven en situación de pobreza, lo que implica el difícil acceso a la alimentación, al agua potable, a sistemas sanitarios adecuados… En estas circunstancias el ser humano pierde su dignidad y capacidad para poderse desarrollar de manera íntegra. Pobreza y derechos humanos se encuentran estrechamente relacionados en un camino inverso (a mayor pobreza más fácilmente son vulnerados los derechos fundamentales).

Este día, además de recordarnos la situación que sufren millones de personas, es una invitación a recordar a todos aquellos que han trabajado y siguen trabajando para eliminar la pobreza, en cualquiera de sus formas. Junto a ello, debemos seguir haciendo el esfuerzo para que sean precisamente los pobres quienes se conviertan en promotores y artífices de su propio desarrollo. El XXII Capítulo General, en el Mensaje enviado a todo el Instituto, nos los recordaba: “Huir de acercamientos paternalistas y empoderar a quienes no tienen voz”.

Os propongo situarnos desde dos claves: Ser positivos y ser realistas. Dos claves que, según mi opinión, no deben separarse. La realidad nos puede llevar a la negatividad, ya que descubrimos tantas situaciones en las que el ser humano sigue sufriendo por falta de alimento. Una positividad no realista nos puede empujar a pensar que todo va mejorando, que ya se están haciendo muchas cosas. Sí, ambas, “ser positivo y ser realista”, han de caminar de la mano.

La situación mundial, fruto de las consecuencias acarreadas por la pandemia que estamos viviendo, está experimentando un claro retroceso. El número de personas que viven en la pobreza, o en riesgo de exclusión, está aumentando considerablemente. Aquí tenemos también un reto, descubrir cómo dar respuesta a las necesidades emergentes de nuestro tiempo. Sin duda, esta situación de crisis sanitaria y social está provocando nuevas necesidades y nuevas respuestas. Nuevamente, hacemos referencia al Mensaje del último Capítulo General, cuando en su quinta llamada nos invita a todos los Maristas de Champagnat a “Responder audazmente a las necesidades emergentes”.

Desde las Unidades Administrativas, desde la Administración General, desde el Secretariado de Solidaridad… estamos trabajando y descubriendo nuevas formas de dar respuesta a estas nuevas necesidades. Recientemente hemos lanzado la iniciativa “Fondo de la Familia Marista Global para Emergencias Humanitarias”, con un doble objetivo:

  • Crear una conciencia solidaria como Familia Global;
  • Captar fondos para dar respuesta a necesidades humanitarias básicas.

Sigamos caminando en este sentido. ¡Ánimo!


H. Ángel Diego, Director del Secretariado de Solidaridad

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