19 de febrero de 2021 CASA GENERAL

20 de febrero – Día Mundial de la Justicia Social

Cada año desde 2007, el 20 de febrero, se recuerda el “Día mundial de la Justicia Social”. Este año, posiblemente con más motivos, estamos llamados todos los Maristas a recordar este día, en nuestras casas y comunidades, en nuestras escuelas y obras sociales, en medio de la sociedad civil, ante los gobiernos e instituciones.

Al hablar de justicia social lo estamos haciendo de respeto, de igualdad de derechos para todo ser humano. Esto implica la concreción del acceso a bienes y servicios básicos que ayuden al desarrollo pleno de cada persona dentro de la sociedad en la que vive. Educación, salud, bienestar, derechos humanos…Así pues, una defensa activa de la justicia social implica trabajar por el bien común de la sociedad en la que cada uno de nosotros, Maristas, vivimos. Significa partir de los derechos humanos fundamentales, vividos y desarrollados individualmente y también como sociedad en su conjunto.

En un mundo cada vez más globalizado, nuestro papel individual y como Institución tiene mayor relevancia. Mis acciones concretas, los compromisos con mi realidad específica, se ven apoyadas por los esfuerzos de otras personas particulares, de otras organizaciones e instituciones. Por ello, estamos llamado a “construir puentes” que nos acerquen, que nos permitan salir al encuentro del otro, que nos ayuden a entender y apreciar la diferencia.

La Iglesia católica, ya en el siglo XIX, levanta la voz en favor del bienestar de todos, según el momento histórico y de acuerdo con las diferentes culturas y situaciones. Varios documentos eclesiales han marcado el pensamiento de la Iglesia en este sentido, desde Rerum Novarum en 1891 hasta nuestros días con Fratelli Tutti. Nos encontramos con la Doctrina Social de la Iglesia. El papa Juan Pablo II nos recuerda, en Sollicitudo Rei Socialis (47), que “la justicia social solo puede obtenerse respetando la dignidad trascendente del hombre. Pero este no es el único ni el principal motivo. Lo que está en juego es la dignidad de la persona humana, cuya defensa y promoción nos han sido confiadas por el Creador… en cada coyuntura de la historia”.

En la última encíclica del papa Francisco cuenta con numerosas referencias a la “justicia social”, partiendo una visión inclusiva, fruto de la “inalienable dignidad humana… desde una ética global de solidaridad y cooperación al servicio de un futuro plasmado por la interdependencia y la corresponsabilidad entre toda la familia humana” (127). A ellos estamos llamados todos los seres humanos, particularmente quienes somos seguidores de Cristo, con un estilo Marista que marca nuestro modo de vivir estos valores.

Una justicia social que implica la relación laboral, que incluye el acceso a la educación y la sanidad, que procura una distribución justa de los recursos económicos, que se encuentra en plena sintonía con los Derechos Humanos, y que también está en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados como meta de cumplimiento para el 2030.

Iglesia y sociedad “gritan” en favor de una mayor Justicia Social a todos los niveles. Igualdad de derechos, de género, de razas, de creencias religiosas, de cultura… ¿No vamos a poner también nosotros, Maristas, lo mejor de nosotros mismos y de nuestra Institución para unirnos a este clamor universal?

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H. Ángel Diego – Director del Secretariado de Solidaridad

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