29 de septiembre de 2020 CASA GENERAL

29 de septiembre: Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos

Cuando leemos el título de este Día Internacional, podríamos pensar que se trata de una fecha o conmemoración que no es realmente muy importante. ¿Qué problema hay en que se desperdicie comida?, ¿y más cuando los alimentos “sobrantes” no pueden ser llevados a otros lugares para alimentar allí a la población?

La FAO, que es la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, nos recuerda que si no reducimos la pérdida y el desperdicio de alimentos difícilmente podremos reducir la malnutrición o el hambre a nivel mundial. Si no desperdiciamos alimentos, tendremos que producir menos, lo que significa menos gasto de agua, menos contaminación para producirlos… Este día tendremos que unirlo a otras iniciativas, como la producción de cercanía (principalmente a través de pequeños agricultores), producción de alimentos más ecológica, un consumo más responsable y comedido…

Son muchos los documentos, artículos, páginas web… que nos hablan de esta realidad y del problema que la pérdida y el desperdicio de alimentos acarrea. Encontramos medidas para evitarlo, consejos prácticos que podemos aplicar en nuestras casas. Podemos utilizar recursos ya creados para tomar conciencia, para trabajar en nuestras obras, para implementar en nuestras casas y comunidades. Una fuente de recursos, en este sentido, la encontramos en la página web de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).

Los datos nos hablan de miles de toneladas de comida que, cada año, son tiradas a la basura. Un porcentaje altísimo, entre un 15% y un 30% según el estudio, de los alimentos producidos anualmente son finalmente desechados. Es más barato eliminarlos que utilizarlos para dar de comer a los millones de personas que pasan hambre. Y ello sin contar la tierra, el agua, la energía… malgastadas para producirlos.

En un Instituto “global”, como el Marista, también podemos aprender unos de otros. En muchos lugares del mundo marista la comida es una bendición y un privilegio, es un motivo para dar gracias. En otros lugares, tristemente, hemos perdido este sentido de considerar la comida como una bendición. Ayudémonos y dejémonos ayudar por quienes tienen mayor sensibilidad en este tema.

Necesitamos tomar conciencia de este problema. Necesitamos caminar hacia un sistema de producción alimentaria que reparta mejor los productos para que lleguen a todos, un sistema que sea más ecológico y que mire más por el cuidado de nuestra “casa común”, un sistema que mire más por el desarrollo de los pequeños productores y por el consumo de proximidad.

En algunos lugares maristas ya se está trabajando la concienciación de niños y mayores sobre este tema. A quienes ya lo están haciendo, felicidades. A aquellos que aún tenemos que seguir recorriendo este camino de concienciación mucho ánimo para ir dando pequeños pasos. El XXII Capítulo General, en su documento al Instituto, nos lo recordaba: “Abandonar la cultura de los egos y promover los ecos… que reducen el escándalo de la indiferencia y de las desigualdades”. Mucho ánimo para emprender y potenciar acciones concretas en nuestra vida de cada día.

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H. Ángel Diego – Director del Secretariado de Solidaridad

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