8 de septiembre: Día Internacional de la Alfabetización

¿Cómo?, ¿todavía existe un Día Internacional de la Alfabetización?, ¿es posible? Nos encontramos en el 2020, ya hace años que la alfabetización debería ser un concepto que se estudiase sólo en los libros de historia, como una realidad que existió en el pasado, pero de la que ya no quedase ninguna repercusión en nuestro mundo. Sin embargo, sabemos que todavía tenemos que seguir trabajando para que la alfabetización sea una realidad a todos los niveles.

Algunos podrían entender por esta palabra “alfabetización” el proceso repetitivo por el cual una persona conoce los mecanismos para leer y escribir. Quienes nos dedicamos a la educación, sabemos que la alfabetización debería ir más allá de los meros ejercicios de identificación y reproducción de palabras. Los educadores queremos y debemos trabajar para que las personas consigan que estos mecanismos sean una herramienta de progreso en sus vidas, que les habilite para avanzar, para dar pasos adelante, para poder llegar a ser más autónomos y autosuficientes, y así poder desarrollarse de manera más integral. La alfabetización como paso primero, básico y necesario para una educación plenamente integral.

Y nosotros, como Maristas de Champagnat, ¿qué podemos hacer? No es sólo lo que podemos hacer, sino también lo mucho y bueno que ya estamos haciendo. Somos especialistas en educación, y por tanto también en alfabetización. Miles de hermanos y laicos, a lo largo de sus vidas, de nuestras vidas, hemos ayudado y favorecido un mayor desarrollo de la educación y de la alfabetización.

En la situación de crisis que en muchos puntos del mundo se está viviendo en la actualidad, fruto de las consecuencias traídas por el Covid-19, debemos estar muy atentos para que no se pierdan los logros alcanzados en nuestras obras educativas. Necesitaremos reforzar, tan pronto como sea posible, los procesos básicos de enseñanza-aprendizaje.

Al recordar esta fecha de conmemoración del Día Internacional de la Alfabetización nos unimos también a todos aquellos organismos, públicos y privados, asociaciones laicas y grupos religiosos… que dedican su tiempo y sus esfuerzos para avanzar en una mejor formación de las personas, especialmente de las más vulnerables. No podemos olvidar que este deseo está estrechamente relacionado con algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ya que una buena educación ayudará a la eliminación de desigualdades y favorecerá el acceso a más recursos. Especialmente relacionado se encuentra esta conmemoración con el Objetivo 4, que nos habla de una Educación de Calidad.

Es curioso comprobar cómo, en el Mensaje del XXII Capítulo General, se nos recuerda la invitación a “afrontar los desafíos actuales”, siempre en busca “de la dignidad y de la igualdad fundamental de todo el pueblo de Dios”. En estos tiempos de crisis, principalmente producida por el Covid, se nos recuerda que como Maristas de Champagnat estamos llamados a reducir las desigualdades. Una buena forma es, sin duda, la potenciación de la educación.

Las Naciones Unidas, cada año, nos recuerda un aspecto importante dentro de la Alfabetización. Nosotros, especialistas en educación, en cualquiera de sus vertientes, estamos llamados a seguir trabajando y profundizando desde la realidad que nos toca vivir. Y así lo estamos haciendo, desde tantos centros educativos, procurando el acceso a la educación a miles de niños y jóvenes. El acceso a una educación de calidad que permita el desarrollo integral de las niñas, de los niños y de los jóvenes.

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H. Ángel Diego – Director del Secretariado de Solidaridad