8 de agosto de 2008 FILIPINAS

Año de espiritualidad

Día 16 de Junio de 2008, dentro de las celebraciones de los 60 años de la Provincia, tuvimos, en el colegio marista de Manila, una primera sesión sobre el libro Agua de la roca. El día 17 hubo dos sesiones con los alumnos mayores.
Esta sesión fue dedicada a los profesores de la escuela. Era un conjunto de 160 profesores. No es fácil mantener la atención de tantos profesores durante mucho tiempo. Entonces optamos por un trabajo en grupo. Después de una breve presentación de la historia del documento, centramos la atención de los profesores en el deseo de la Comisión expresado en el último párrafo del texto. El libro debe servir para enriquecer la oración; motivar la reflexión; inspirar la acción. Lo que estábamos viviendo en el colegio y lo que los hermanos y seglares maristas vivirían estos 12 días en Filipinas respondía a ese deseo de la Comisión. La sesión comenzaría con una oración basada en el documento; previéndose luego dos horas y media de trabajo, sobre todo en grupos, para profundizar en los temas.

Los profesores fueron divididos en 15 grupos de 11 personas cada uno. Cada grupo debía leer en torno a 10 números del texto. En media hora el libro estaba leído. A cada grupo se le pedían tres cosas: 1) escribir las ideas importantes recogidas en la lectura tomando nota de las intuiciones teológicas e religiosas encontradas; 2) las impresiones recogidas debían preparar el terreno para escribir un pequeño artículo para la página web del Instituto; 3) al compartir en el plenario sólo había que expresar una idea relevante en la cuestión de la Espiritualidad Marista. El resultado fue el siguiente:

Grupo 1 (nº 1-10): La espiritualidad marista es una espiritualidad de pasión por Dios y de compasión por los demás. (AdR, 1)

Grupo 2 (nº11-18): Al beber en los ríos de agua viva, nos convertimos también en agua viva para los demás. (AdR, 14)

Grupo 3 (nº 19-29): Los tres lugares son indispensables para vivir la Espiritualidad marista (AdR, 20) y la Eucaristía fuente y cumbre de la vida cristiana nos lleva al centro de la vida espiritual marista. (AdR, 23).

Grupo 4 (nº 30-43): El espíritu de familia, característica importante de la Espiritualidad marista (AdR, 30-32) ha de integrar la presencia femenina que enriquece el modo de relacionarnos y de definir nuestro apostolado, (AdR, 31) (El 90% de la Asamblea era compuesta por mujeres)

Grupo 5 (nº 44-52): María nos ayuda a responder a las cuestiones existenciales que nos planteamos (AdR, 48): como ella somos llamados a vivir en la fe y en la confianza la presencia de Dios en nuestras vidas. (AdR, 51).

Grupo 6 (nº 53-64): Como Marcelino encontramos a Dios en todas las situaciones. El mundo debe ser para nosotros un lugar de encuentro con Dios, de misión y de santificación. (AdR, 64)

Grupo 7 (nº 65-70): Una espiritualidad de contemplación y de acción: cuando nuestras vidas se centran en Dios también nos llenamos de compasión y nos sentimos impulsados al servicio de los necesitados. (AdR, 70)

Grupo 8 (nº 71-79): Nuestra oración, tanto personal como comunitaria, es apostólica; recoge las penas y las alegrías, las angustias y las esperanzas de aquellos que Dios pone en nuestro camino. (AdR, 77)

Grupo 9 (nº 80-90): La Eucaristía está en el centro de nuestras vidas. Vivir eucarísticamente es saberse reunidos y bendecidos por Dios, partidos y compartidos para los demás. (AdR, 86)

Grupo 10 (91-102): La mesa del Señor es un símbolo central de comunión y de donación personal, así como la mesa de La Valla es un poderoso símbolo de familia y de servicio para la comunidad que Marcelino ha construido. Nosotros somos esa comunidad. (AdR, 90-91)

Grupo 11 (103-113): La experiencia de dar y recibir nos desafía a combatir nuestra tendencia al individualismo (AdR, 108) y nos hace comprender que no podemos desarrollarnos en plenitud sin estar comprometidos con los demás. (AdR, 109)

Grupo 12 (114-123): Las palabras hermano y hermana expresan de manera muy rica el estilo marista de relacionarnos. Un hermano o una hermana constituyen una forma de relación que afirma a los otros e inspira en ellos confianza y esperanza. (AdR, 119)

Grupo 13 (124-134): María nos dice que, tanto la contemplación como la acción son elementos indispensables de la Espiritualidad marista (AdR, 131).

Grupo 14 (135- 143): Queremos ser un recuerdo visible y constante de la presencia amorosa y compasiva de Dios en medio de la gente: signos vivos de la ternura del Padre. Al estar con Dios, aprendemos a asemejarnos a Él, pastor, amigo, compañero fiel. (AdR, 137)

Grupo 15 (144-152): Cuando nuestra misión ha terminado, nos vamos a otros lugares donde sea necesaria nuestra presencia. Esta dimensión de nuestra espiritualidad es la que ha inspirado a miles de Maristas a dar una respuesta generosa a la llamada de la misión ad gentes. (AdR, 149-150)

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Manila, 29 de junio de 2009

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