28 de marzo de 2014 AUSTRALIA

Ashley Bulgarelli

Ashley Bulgarelli nos habla de su experiencia como Coordinador de los Voluntarios Maristas de Australia, nos dice cómo está organizado el voluntariado internacional en ese país y nos cuenta sus sueños para el futuro.

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Cuando me ofrecieron el cargo de Coordinador de los Voluntarios Maristas de Australia (MVA), lo primero que me vino en mente – después de dar un sí bastante apresurado – fue lo siguiente: “Quien sabe qué destinos lejanos voy a poder visitar”. En abril voy a Timor Oriental, pero siento como si ya hubiera estado en la mitad del mundo a través de la gran cantidad de hermanos maristas con quienes me he estado comunicando. ¿No es genial ser parte de una presencia marista mundial en lugar de estar encerrado en una comunidad insular que está siempre mirando hacia adentro?

Regresar a Brisbane, Australia, después de pasar dos años trabajando en Ghana fue una de las experiencias más desafiantes de mi vida. Apenas habían quedado atrás los días lentos bajo las palmeras, mientras montaba mi bicicleta púrpura de una aldea a la otra, cuando repentinamente estaba de vuelta en medio de una oleada de australianos blancos con traje de negocios que caminaban más rápido de lo que podía recordar. Y avanzando rápidamente la cinta, ahora estoy escribiendo esta introducción como Coordinador del MVA y de vuelta en un espacio donde me siento como en casa.

El MVA nació como respuesta a las necesidades de los laicos maristas que expresaban su deseo de trabajar con los hermanos en las comunidades y proyectos del extranjero. El MVA incorporó sus primeros voluntarios en 2012, después de meses de preparación y diligencia por parte de mi predecesora, Catherine Hannon. Es un organismo que cae bajo el paraguas de la Solidaridad Marista (MSol) – la “marca global” de ayuda internacional por parte de la Provincia Australiana de los Hermanos Maristas. 

Ya sea trabajando con los niños camboyanos con discapacidad; dando apoyo a los refugiados birmanos en Tailandia; o enseñando inglés en el Vietnam, el MVA está apoyando a las comunidades de los Hermanos en toda la región del Asia-Pacífico y más allá. Este año va a colocar más de 20 voluntarios en comunidades del extranjero, y lo mejor es que no hay ningún voluntario típico: van desde profesores calificados con décadas de experiencia a estudiantes recién graduados. El MVA atiende a todos y sirve a todos.

Trabajar y vivir en una comunidad marista del extranjero es una experiencia realmente especial y el enriquecimiento tiene lugar en ambas direcciones. El hecho de sumergirte en una comunidad rica y llena de amor puede enseñarte más sobre ti mismo de lo que imaginas. Nuestros voluntarios no terminan su trayecto cuando se despiden de su comunidad adoptiva. Muchos regresan con la pasión del desarrollo internacional, con una pasión por lo marista, de modo que continúan participando intensamente en su comunidad local. De esto se trata el voluntariado. Deja sembrado algo dentro de ti que ya nunca muere. 

Mis sueños para el futuro son grandes – algunos dirían que demasiado. Deseo la paz mundial; deseo curar al mundo de toda enfermedad; deseo educar a las masas. Durante mi vida esto nunca va a suceder, de modo que voy a empezar con un granito de arena. Con el MVA como vehículo, creo en el poder del conocimiento y del compartir. Los Maristas tienen la capacidad de trascender las fronteras y de esmerarse en trabajar en la raíz de la sociedad. A través del MVA intento apoyar a las comunidades maristas en el extranjero mediante el voluntariado y el espíritu de humanidad. ¡Con Marcelino a nuestro lado, juntos nos esforzamos por hacer de este mundo un lugar mejor porque los jóvenes cuentan! 

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Ashley Bulgarelli – Coordinador de los Voluntarios Maristas de Australia y Miembro del Equipo Marista de Solidaridad

www.maristsolidarity.net.au

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