5 de mayo de 2020 INDIA

Bolsas de alegría

La película “Ciudad de la alegría” (1992) ambientado en la ciudad de Kolkata (Calcuta) termina con la frase de Hasari Pal: “Todo lo que no se da, se pierde”. Esta frase significativa tiene mucha actualidad en este difícil momento del covid-19. En nuestro lugar, Burdwan, India, a cien kilómetros al noroeste de Kolkata, la gente pobre está sufriendo de manera particular las consecuencias de esta enfermedad pandémica. El confinamiento está castigando terriblemente a las personas más vulnerables alrededor de nosotros, como los santales u otras poblaciones tribales.

Hace casi dos meses, cerramos el albergue y las diferentes clases y actividades que realizábamos en nuestra casa con los niños y jóvenes provenientes de las diferentes aldeas santales que nos rodean: Talit, Jinguti, Simdal, Fagupur, Mohanpur, Talpukur… Las familias están en sus aldeas sin trabajo y sin ingresos. Alrededor de nuestra comunidad marista de Talit, a ocho kilómetros de Burdwan, muchas familias sufren escasez de alimentos. El Gobierno las está ayudando y también diferentes parroquias de nuestra Diócesis de Asansol; Pero esto no es suficiente.

Los tres hermanos maristas de la comunidad Talit (Distrito Marista de Asia), tras observar la situación actual, decidimos hacer algo por las familias pobres que están en los alrededores. Con una parte de los fondos de la ONG Solidaridad Marista Australiana y con una parte de nuestro dinero personal, los Hermanos preparamos 200 bolsas de alimentos básicos (arroz, harina, lentejas, soja, azúcar, sal y aceite) y, con la ayuda de algunos jóvenes, los distribuimos entre las familias. Sabemos que esta acción es una gota de agua en medio del océano, pero es una oportunidad para dar gratis lo que recibimos gratuitamente (Mt 10:8). Descubrimos la alegría del servicio (Rabindranath Tagore).

Después de esta acción, las bolsas de alimentos cambiaron en bolsas de alegría. Este fue el milagro de la gratuidad.

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Comunidad marista de Talit, India

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