
Caminando juntos
El miércoles 13 de julio marcó la conclusión del Consejo General Ampliado de Asia. El camino realizado durante los días anteriores llevó a las tres unidades a sentir y pensar más como Región, descubriendo en el apoyo mutuo una fuente de energía para enfrentar sus propios desafíos. Se vio la necesidad de dar forma a la Conferencia Marista de Asia, para asegurar una articulación más estable entre todos y la continuidad de lo que fue vivido durante estos días en Bangkok.
El grupo llegó a un consenso sobre varias líneas consideradas prioritarias y al mismo tiempo viables, en torno a cuatro grandes áreas: Formación, Oración y Espiritualidad, Misión, Comunidad.
En el área de la Formación, se indicaron tres pistas: un programa de preparación a los votos perpetuos para el Asia Marista, colaboración con el Secretariado de Laicos en iniciativas de formación para los Laicos Maristas en Asia, caminos de colaboración posible en lo que se refiere a los programas de formación inicial.
Una Comisión para la Espiritualidad Marista Asiática deberá ser creada en la Región, así como un fondo de recursos digitales para la oración y la espiritualidad.
En cuanto a la Misión, hay un deseo de concretizar la Comisión Regional de Misión, compartir una información más frecuente entre las Unidades administrativas y compartir también personal dentro de la Región.
El punto central del área Comunidad fue la formación de Animadores comunitarios.
Después de un fórum abierto con el Superior general y todo el Consejo, abordando diversos temas de interés del Instituto, el H. Emili Turú destacó la riqueza de la participación de todos y la importancia del encuentro para el futuro del Instituto en el gran continente asiático. Agradeció el trabajo del grupo organizador y la acogida ofrecida por el Sector AMAG. En el almuerzo de despedida este agradecimiento se extendió al superior de la casa de los Camilianos y a todo el equipo de servicio.
Al final de la mañana, durante la celebración eucarística de conclusión, los participantes recibieron como símbolo la luz de Cristo, escuchando en las diversas lenguas presentes la llamada del Capítulo: ¡Con María, salid deprisa hacia una nueva tierra!