
Celebrando 25 años de una forma de apostolado colegial
En 1982 se iniciaron en la Provincia Mediterránea los Grupos de Amistad y Vida Cristiana. Se quiso de esta manera dar un nuevo enfoque a la pastoral juvenil de la Provincia. Al cumplirse los 25 años de aquel acontecimiento hubo, durante el curso pasado, diversos actos conmemorativos: encuentros con chicos y jóvenes con asistencia de más de un millar de participantes, así como otras actividades organizadas en cada colegio. Todo ello según las pautas que iba proponiendo una comisión nombrada al efecto. Al frente de esta comisión estaba el H. Serafín Ruiz, Delegado Provincial de Pastoral.
El 29 de septiembre, como último acto provincial de este evento conmemorativo, tuvo lugar en el colegio Cervantes de Córdoba un encuentro. Fueron invitados todos los hermanos, animadores y catequistas que colaboran actualmente en los Grupos de Amistad y Vida Cristiana y que hacen, gracias a su labor altruista, que se ilusionen por el proyecto tantos niños y jóvenes de nuestros colegios. Asistieron unas trescientas personas.
Tras la acogida inicial, el H. Serafín dio la bienvenida a todas las delegaciones de los colegios en el salón de actos. A continuación, el H. José Antonio Quintanal presentó la historia de los Grupos a lo largo de estos 25 años por medio de una proyección donde se simultaneaban fotos, canciones y algunos textos significativos.
Entre los asistentes estaba el H. Manuel Jorques, Provincial, quien dirigió unas sentidas palabras de agradecimiento a todos los presentes por participar en la Misión marista y por hacer realidad el ?sueño? de Marcelino: llevar a los niños y jóvenes a Jesús. Como expresión de este reconocimiento, hizo entrega de una pequeña ?chispa? (especie de lámpara a gas, que es uno de los símbolos de los Grupos) a cada uno de los participantes del encuentro. Ni que decir tiene, que fue recibida con gran alegría y satisfacción por parte de todos.
Luego hubo una mesa redonda, en la que cinco personas departieron, desde la experiencia y la vivencia personal, sobre el pasado y el presente de los Grupos. Después de la comida, preparada por los animadores y catequistas de Córdoba, se dedicó un tiempo de reunión por grupos en los que cada uno pudo expresar los sentimientos con respecto a esta forma de apostolado colegial, ya sea como animador o catequista.
Acto seguido todos los presentes se trasladaron al pabellón cubierto de deportes del colegio. Allí participaron de la eucaristía, oficiada por el P. Miguel, jesuita y capellán del colegio. Esta celebración fue animada por el grupo de liturgia del colegio marista de Sanlúcar la Mayor (Sevilla). En el momento de la comunión, se entregó a cada participante una pequeña cruz de barro realizada a mano por un profesor del colegio de Córdoba.
Acabada la eucaristía, tuvo lugar una cena fría en los patios de colegio y, por último, la despedida de los participantes.
«El ambiente ?afirma el H. Serafín? fue muy agradable y festivo. La gente participó con verdadero interés de todas las actividades y se creó un clima de amistad y compañerismo desde el principio de la jornada».
H. José Delgado García