2 de junio de 2023 MALAWI

Ceremonia de clausura del Proyecto Nuevos Horizontes en Lilongüe

Un hito en educación y capacitación infantile

El 26 de mayo, la ceremonia de clausura del Proyecto Nuevos Horizontes en la escuela de varones Likuni de Lilongwe (Malawi) se llenó de un ambiente de celebración y logros. El evento contó con la presencia del Vicario General Luis Carlos Gutiérrez, el director de la Secretaría de Educación y Evangelización, Pepe Sánchez, el director de FMSI Andrea Rossi y numerosas autoridades locales y nacionales, como el jefe distrital y el representante del Ministerio de Educación. La prensa nacional también se reunió para presenciar e informar sobre este notable hito en la educación y la capacitación de los niños.

El Proyecto Nuevos Horizontes, que comenzó en 2019, ha tenido un impacto significativo en la educación en seis países: Angola, Malawi, Mozambique, Sudáfrica, Zambia y Zimbabue. Desde su inicio, el objetivo del proyecto se extendió más allá de las actividades de sensibilización centradas en la equidad, la justicia social y la inclusión. Aunque estas cuestiones son sin duda cruciales, las partes interesadas reconocieron la necesidad de transformar las escuelas en refugios para la protección y la capacitación de los niños.

El proyecto se construyó sobre cuatro pilares que sirvieron de base para su ejecución. En primer lugar, se pretendía aumentar el acceso a una educación de calidad, especialmente para las niñas de familias empobrecidas y marginadas. Reconociendo que la educación es un derecho fundamental, Nuevos Horizontes dio prioridad a hacerla accesible a todos los niños.

El segundo pilar se centró en la protección de la infancia, con el objetivo de reforzar la capacidad de las escuelas maristas para erradicar la violencia y la discriminación contra los niños, tanto en el entorno escolar como en el comunitario. Al garantizar el bienestar de los niños, el proyecto pretendía crear espacios seguros que fomenten el crecimiento y el desarrollo.

La mejora de la calidad de la educación constituía el tercer pilar. Nuevos Horizontes pretendía dotar a los líderes escolares y a los profesores de las herramientas necesarias para impulsar mejoras en los niveles educativos. Al mejorar su capacidad, el proyecto pretendía ofrecer una experiencia educativa más enriquecedora y receptiva a los niños vulnerables.

Por último, el proyecto hizo hincapié en el refuerzo de los derechos del niño dentro del sistema educativo. A través de iniciativas de promoción, el programa capacitó a los actores institucionales y gubernamentales para proteger y defender los derechos de los niños. Esto incluyó la presentación de Exámenes Periódicos Universales (EPU) para Malawi, Mozambique, Zambia y Sudáfrica, amplificando las voces de los niños vulnerables y garantizando que sus derechos estuvieran en primera línea de los debates políticos.

El Proyecto Nuevos Horizontes adoptó un enfoque orientado a los resultados, considerando estos cuatro pilares como resultados a conseguir y no como meras actividades a ejecutar. Este planteamiento condujo al desarrollo de estrategias prácticas, como el pago de tasas escolares asequibles para familias con bajos ingresos y oportunidades de aprendizaje de segunda oportunidad para niños y adultos jóvenes que habían abandonado la escuela. El proyecto también amplió el apoyo más allá del horario escolar, manteniendo abiertas las instalaciones para promover el aprendizaje continuo.

Para abordar la protección de la infancia, el proyecto trabajó en la mejora de las políticas de protección de la infancia en las 21 escuelas, capacitando a los profesores y al personal para prevenir activamente la violencia. Además, se hicieron esfuerzos para reforzar la gobernanza y la apropiación tanto a nivel escolar como comunitario. Se capacitó a los directores y al personal de las escuelas para diseñar inversiones en educación y gestionar eficazmente los entornos de aprendizaje comunitarios. También se pusieron en marcha proyectos generadores de ingresos para mejorar la sostenibilidad.

Para elevar el nivel de calidad de la educación era necesario mejorar las capacidades del personal docente. Los profesores recibieron la formación necesaria para impartir planes de estudio que atendieran a las necesidades específicas de los niños vulnerables. Al capacitar a los educadores, Nuevos Horizontes se aseguró de que los niños recibieran una educación pertinente y adaptada a sus circunstancias particulares.

El impacto del proyecto se extendió más allá de las escuelas maristas a través de una sólida campaña de participación de las partes interesadas. Al compartir planes y herramientas de promoción con escuelas no maristas, el proyecto fomentó la adopción de políticas y prácticas inclusivas. Este enfoque dio lugar a un mayor alcance e influyó positivamente en la calidad de la educación y en el acceso a la misma de los niños vulnerables. Al mismo tiempo, contribuyó al fortalecimiento general del sistema educativo para hacer frente a las desigualdades.

La ceremonia de clausura del Proyecto Nuevos Horizontes en Lilongwe (Malawi) marcó un momento trascendental en la búsqueda de la equidad educativa y el empoderamiento infantil. Los cuatro pilares del proyecto sirvieron como principios rectores, transformando los sistemas educativos y marcando una diferencia tangible en las vidas de innumerables niños. Al concluir el acto, siguió resonando el espíritu de colaboración y el compromiso de crear un futuro mejor para los niños vulnerables. El Proyecto Nuevos Horizontes ha sentado un precedente notable, inspirando iniciativas similares en todo el mundo para dar prioridad a los derechos y el bienestar de los niños en los sistemas educativos.

El éxito del Proyecto Nuevos Horizontes puede atribuirse a los denodados esfuerzos de su equipo directivo, encabezado por el director del proyecto, el H. Mark Omede. Con sus excepcionales dotes de liderazgo y su visión estratégica, el H. Mark garantizó la coordinación y ejecución sin contratiempos del proyecto en múltiples países. Junto a él trabajaba el Coordinador Regional, el H. Francis Jumbe, cuyo amplio conocimiento del contexto local y gran capacidad organizativa desempeñaron un papel fundamental a la hora de impulsar el impacto del proyecto. El responsable financiero, H. John Bwanali, asistido por su homólogo en la FMSI Marcello Romagnoli, gestionó hábilmente los recursos del proyecto, garantizando la transparencia y la rendición de cuentas en todos los asuntos financieros. Además, el compromiso inquebrantable del responsable de la protección de la infancia, el H. Fortune Chakasara, fue decisivo para establecer sólidas medidas de salvaguardia y garantizar que el bienestar de los niños siguiera siendo una prioridad en las actividades del proyecto. Juntos, este excepcional equipo de gestión proporcionó la orientación y la experiencia necesarias para llevar a buen puerto el Proyecto Nuevos Horizontes, dejando a su paso un legado duradero de transformación educativa y capacitación infantil.

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