23 de septiembre de 2004 BRASIL

Cien años de educación para la vida

Situado en el centro de Porto Alegre, el Colegio Marista ?Rosario? celebra este año 2004 el centenario de su fundación como una de las más importan-tes instituciones educativas de Brasil del Sur. A lo largo de su historia, ha formado a millares de jóvenes que tienen en común una formación cultural, científica, cristiana y social. Fue fundado en 1904 por los religiosos de la congregación marista que vinieron de Francia y que fueron invitados a atender las necesidades de la capital gaucha, proporcionando a sus jóvenes una formación más sólida.

Los Hermanos maristas Geraud Dethoôr y Ambroise Michel asumieron la escuela de Nuestra Señora del Rosario, que funcionaba en dos salas de la iglesia parroquial del mismo nombre. Vinieron para ayudar al párroco, el padre Hipólito Costábile, y al obispo D. Claudio José Ponce de Leâo, con la finalidad de prestar un servicio educativo a los niños de la parroquia que no tenían escuela.
Comenzó con 45 alumnos y, un mes después, ya eran 110 los matriculados. Predominaban los niños de origen italiano, pero también se atendía a des-cendientes de sirio-libaneses, negros y blancos. La educación marista con-siguió resultados por encima de las expectativas y, en poco tiempo, la es-cuela quedó pequeña. Las aulas pasaron a ocupar un espacio más amplio junto a la catedral y, finalmente, el colegio se instaló en la Avenida de la Independencia, donde permanece hasta nuestros días.

Desde el edificio actual, declarado Patrimonio Histórico Municipal, los alumnos y profesores acompañaron la evolución de un siglo de historia de Porto Alegre. El local, que ya había albergado un instituto estatal de ense-ñanza media, un gran internado masculino y que dio a luz a una de las ma-yores universidades gauchas, el PUCRS, se integra en el paisaje de las más variadas fases de la capital. Desde la época en la que los tranvías subían la elegante y aristocrática Avenida de la Independencia, repleta de casonas de principios de siglo, al caos que invade hoy las proximidades del colegio, rodeado por edificios de oficinas, comercios, hospitales y un mar de auto-móviles, el colegio Rosario fue surcando el tiempo y se consolidó como icono de la educación gaucha, formando líderes que han hecho y continúan haciendo la historia del Estado y del país.

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