Carta de Marcelino – 318

Marcellin Champagnat

1840-02-04

Lo que motivó esta circular, a menos de un mes de la anterior (n.° 313), fue el aplazamiento de las conferencias, más que la muerte del joven Hno. Pascal. Pero como dicha muerte acababa de ocurrir, había que mencionarla, aunque no era corriente hacerlo para cada Hermano fallecido. Se aprovechó la ocasión para pedir oraciones por los nuevos misioneros, a punto de partir, y por todos los demás ya en su lugar de trabajo.
De esta circular tenemos cuatro copias. En dos de ellas se indica el lugar de las conferencias, se trata de Lyon y Valbenoîte; las demás precisiones figuran en la nota. En la primera de estas dos, el Padre añade de su propia mano un post scriptum que muy bien podría ir dirigido al Hno. Louis-Bernardin, Director de Lyon, Chemin-Neuf. Como responsable de los huérfanos, de los que no todos pueden ir de vacaciones, debe estar presente los doce meses del año, lo que justificaría no haber hecho el retiro con los demás Hermanos. A propósito de las cuentas, podemos confirmar un pago efectuado en l?Hermitage, hacia el 14 de mayo, ¿tal vez después de haber presentado el estado de cuentas solicitado? Pero es mucho más difícil explicar por qué el Padre se dirige a él para tener noticias del Hno. Jean-Chrysostome. Porque si este último descansaba con su familia, como da a entender su biógrafo (cf. Crónicas Maristas II, p. 85), normalmente debería encontrarse en su país natal, en Désigny, Haute-Savoie, y no en Lyon ni en sus alrededores. Ni siquiera excluyendo la hipótesis del Hno. Louis-Bernardin quedaría resuelto el problema, pues se trata, efectivamente, del distrito de Lyon. La única conclusión posible es que nos falta un dato para resolver el problema.

Carísimos Hermanos:
El Señor acaba de llamar a sí a nuestro querido Hno. Pascal, a quien una grave y dolorosa enfermedad retenía en el lecho del dolor desde hace meses. Lleno de esperanza en la misericordia de Dios y en la protección de la Santísima Virgen; provisto de todos los socorros de la religión y ardiendo en deseos de ir a reunirse con su Dios, terminó su carrera el jueves, 30 de enero, con los nombres de Jesús y María en sus labios y habiéndonos edificado constantemente con su paciencia y resignación. Tenemos muchos motivos para creer que su muerte ha sido preciosa a los ojos del Señor; pero ya saben ustedes, carísimos Hermanos, que para ser admitido en la asamblea de los santos, hay que estar muy limpio ante la mirada del juez soberano. Apresúrense, pues, a cumplir, cuanto antes, por este buen Hermano, los deberes que la caridad nos prescribe en favor de nuestros queridos difuntos y, en especial, lo indicado en nuestra santa Regla para los Hermanos Profesos.
Algunos de nuestros carísimos Hermanos nos han indicado que las ocupaciones, excesivamente numerosas, del invierno no les han permitido preparar convenientemente los temas de la conferencia; y como también nosotros nos vemos, por ahora, en la casi imposibilidad de asistir a ellas, hemos creído conveniente aplazarlas hasta después de Pascua.
Así pues y de acuerdo con nuestra última circular, la conferencia tendrá lugar en … para las casas de… y será presidida por el Cmo. Hno. primer Asistente o, en su ausencia, por el Cmo. Hno…
Algunos han interpretado que los temas de la conferencia sólo afectan a los Hermanos designados. Les rogamos que no se engañen. La composición francesa, el análisis gramatical y el problema de aritmética deben ser preparados por todos los Hermanos de cada escuela; por lo que se refiere a los temas de las lecciones orales, aunque hayan sido asignadas a algunos Hermanos en particular, los demás deben también prepararlos y prepararse para poder responder a las preguntas del presidente.
Carísimos Hermanos, sigamos rezando al Señor de forma muy especial por nuestra querida misión de Polinesia, para que Dios haga triunfar la verdadera fe y confunda la herejía en esas vastas regiones confiadas a la Sociedad de María. Les encomendamos especialmente los padres Pezant y Tripe y los queridos Hnos. Claude-Marie y Ammon que, a primeros de mes, salen del puerto de Brest para dirigirse a Nueva Zelanda. Esta última salida se debe a la benevolencia del Gobierno que ha ofrecido a nuestros misioneros cuatro plazas gratuitas a bordo de la corbeta ?Aube?. Hoy hemos sabido que son muy bien aceptados en el barco, que los Padres podrán celebrar cada día la santa misa y que, viajando con un zelandés, podrán empezar a aprender la lengua del país.
Que la gracia de Nuestro Señor Jesús Cristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén siempre con ustedes.
Soy, en Jesús y María, su muy afectísimo y servidor Padre,

Champagnat.

Notre-Dame de lHermitage, 4 de febrero de 1840.

P. S. Seguimos esperando noticias del Hno. Jean-Chrysostome y un extracto de las cuentas y no llega nada. Su retiro, querido Hno. Director, está aún sin hacer; creo que esto le atañe personalmente. Trate de no seguir aplazando esta obra de su santificación. Aproveche el primer momento que pueda tener,
Todo suyo.

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