23 de octubre de 2012 NUEVA ZELANDA

Colaboración entre laicos maristas y hermanos

Acabamos de terminar, maravillosamente y con éxito, una experiencia de formación compartida basada en las experiencias de St Paul-Trois-Châteaux en 2009, aunque abreviada, en la Universidad del Sagrado Corazón en Auckland (Nueva Zelanda), del 30 de septiembre al 4 de octubre pasados. A continuación presentamos la declaración final de este evento.

Llegamos de nuestras cuatro naciones del pacífico (Kiribati, Samoa, Fiji y Nueva Zelanda), trayendo cada uno nuestra propia identidad, tradición, historia y cultura maristas. Vivimos como iguales y confirmamos nuestro compromiso con la colaboración entre laicos maristas y hermanos.

Como Maristas de Champagnat, creemos firmemente que el Espíritu Santo nos llama, una y otra vez, a fortalecer nuestro compromiso de dar a conocer y a amar a Jesucristo, para:

* desarrollar un mayor entendimiento del carisma de Marcelino, y apoyarnos mutuamente en esta labor;
* permitir que las personas menos favorecidas puedan desarrollar todo su potencial.

La misión marista de los seguidores de Marcelino en el Pacífico, refuerza nuestros apostolados, ya que trabajamos para atraer jóvenes a Jesús, como María. Somos llamados a unirnos en el carisma, que nos permite trabajar eficazmente en los pueblos del Pacífico.

En este momento tenemos una mayor claridad de la vocación laical marista, juntos (hermanos y laicos), compartimos un tesoro en el carisma de Champagnat, que creemos tiene futuro.

Tenemos un verdadero sentido de pertenencia, en el que aprendemos del pasado y del presente, compartiendo, como Maristas de Champagnat, la misma espiritualidad y misión. El Espíritu Santo nos anima y nos llama a buscar nuevas maneras para:

* profundizar en nuestra espiritualidad marista, centrándonos en la misión de dar conocer a Jesucristo para que todos lo amen, compartir nuestra visión mientras lo llevamos a cabo.

* fortalecer nuestras comunidades:

-Invitando a otros a vivir el carisma mediante procesos de formación individuales y compartidos.
-Fomentando la apertura en las comunidades existentes a través de experiencias de formación 

* Desarrollando trabajos de colaboración en red.

Apoyar la misión, apoyarnos unos a otros en nuestros apostolados, demostrando compromiso, acción y creatividad en la misión. Debemos ser más organizados, con estructuras que deben ser creadas. Necesitamos ayudarnos mutuamente para seguir en el camino y profundizar en él. Esta experiencia de formación compartida ha reforzado en nosotros el valor del carisma de San Marcelino, y nos ha alimentado mediante relaciones cálidas, de apoyo y colaboración. Sentimos que el Espíritu Santo nos llama a desarrollar relaciones que nos guíen a una misión marista productiva, a mantener la unidad y el fuego de la misión siempre encendido.

Como Marcelino, estamos llamados a actuar con valor y determinación.

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