Compartiendo 18 – La Vocación Marista Laical

Boletín Vocación Marista Laical

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LA VOCACIÓN MARISTA LAICAL
Cuidar este don

Estamos inmersos en pleno “Año de las Vocaciones Maristas”, que celebramos como Familia Carismática Global en todo el mundo marista. Una celebración que nos invita a “cuidar y generar vida marista”.
¿Qué significa esta invitación en el contexto de nuestra Europa Marista y, más concretamente, para el Laicado Marista de este viejo continente?

Cuidar nos evoca tiempos de calidad, para el encuentro con el Dios que nos habita, para la escucha de lo que late en nuestro interior, para “perder el tiempo” con nuestros hermanos y hermanas en el camino de la vida. Especialmente, hablamos de cuidar a alguien cuando está en situación de fragilidad y vulnerabilidad. Como Maristas Laicos estamos llamados a cuidar de quienes están ya en el ocaso de sus vidas, nuestros ancianos, que la sociedad europea considera, en demasiadas ocasiones, como inservibles. Estamos llamados a cuidar a nuestros niños y jóvenes, sobre todo, de aquellos que viven situaciones provocadas por los procesos de exclusión y descarte, que son víctimas del maltrato, de la falta de cariño o las rupturas familiares. Y estamos llamados, como leeremos en la reflexión de fondo de este número del boletín “Compartiendo”, a cuidar las vidas de quienes llegan a nuestros países como migrantes y refugiados, porque necesitan encontrar un lugar en el mundo donde vivir con dignidad y sentir el calor y la luz del hogar.

Generar nos evoca palabras como donación, generosidad, entrega, creatividad, respuesta… Y, si hablamos de “generar vida marista”, nos impulsa a ser testimonio de una vida con sentido, la que tiene sus raíces en el Evangelio de Jesús, y se expresa con un estilo sencillo y fraterno, como el de María y el Padre Champagnat. No bastan los esfuerzos y los planes, los recursos materiales o ideas más o menos novedosas para generar vida. Se hace cada vez más necesario que la gente perciba vidas significativas, fraternas, evangélicas. En resumen, vidas de personas con vocación, en estado de misión, con una espiritualidad profunda y con un modo “mariano” de vivir y ser Iglesia. 

En el marco de este Año de las Vocaciones Maristas, el “Fórum Internacional sobre la Vocación Marista Laical” (Roma, 4-11 noviembre 2022) será una oportunidad para ACOGER esta vocación que el Espíritu ya ha repartido por las diversas presencias del mundo marista; para seguir proponiendo caminos, medios, pistas e itinerarios que ayuden a CUIDAR este don; para ser expresión de una forma de VIVIR que nos anima a estar apasionados con este estilo marista de ser personas y cristianos, siendo compasivos con la realidad de nuestros prójimos, más cercanos o más lejanos; para ser, en definitiva, gente comprometida con el presente y con el futuro del carisma marista, porque nos importan las vidas de los niños y los jóvenes de ahora y de siempre, y porque no tenemos más remedio que COMPARTIR el don de la vocación que hemos recibido, que no es para otra cosa que para la Misión.

El número de este mes ha sido preparado por la Región Europa

El reto de las personas migrantes y los refugiados para el laicado marista

Nacho Casamayor y José Antonio Paredes – Equipo Provincial de Solidaridad – Provincia Mediterránea

¿Qué nos duele como Maristas de Champagnat? ¿Qué te duele como cristiano/a? Rescatando estas preguntas, directas y personales, lanzadas por el Hermano Luis Carlos Gutiérrez (Vicario General) en el encuentro presencial de formación sobre liderazgo Marista en Porto Alegre, comenzamos este artículo que más bien pretende ser una reflexión común como Laicos Maristas.

Desde la mayor humildad posible necesaria para poner en boca de San Marcelino Champagnat una respuesta, no albergamos ningún tipo de duda, que, si viviese en el mundo actual, la respuesta que nos transmitiría a cada uno/a de nosotros/as sería el sentimiento de un dolor provocado por la situación de injusticia que sufren las personas migrantes y refugiadas, especialmente los colectivos más vulnerables.

La humanidad ha estado en constante movimiento desde los tiempos más antiguos y las causas de esos desplazamientos son muy diversas. Algunas personas se trasladan para buscar nuevas oportunidades económicas o nuevos horizontes laborales. Otras pretenden escapar de la pobreza o la inseguridad alimentaria provocada por multitud de factores socioeconómicos. Los conflictos armados, el terrorismo, las persecuciones por razones religiosas, ideológicas, de género, de orientación sexual o por motivos políticos y, en definitiva, los abusos de los derechos humanos son también algunos de los motivos que desencadenan esos flujos migratorios. En los últimos tiempos, dos escenarios se han sumado a esta lista de causas: el primero son las consecuencias adversas del cambio climático o de desastres naturales (algunos de los cuales pueden estar vinculados al cambio climático) u otros factores ambientales, y, por otro lado, la crisis sociosanitaria desencadenada por la pandemia del virus Covid-19. Muchas personas se trasladan, de hecho, debido a varias de estas razones.

En la actualidad, estamos en presencia de una movilidad humana que ha alcanzado un nivel sin precedentes. Más personas que nunca viven un país distinto de aquel donde nacieron y el número de migrantes crece a un ritmo más rápido que el de la población mundial. Los números son estremecedores: en el mundo hay 89,3 millones de desplazados, de los cuales 27,1 millones son refugiados y 4,6 millones solicitantes de asilo político en otro país (Memoria del 2021 de ACNUR – Agencia de la ONU para los Refugiados).

Ante esta experiencia, que no es nueva para nosotros/as, el pueblo de Israel vivió la experiencia de “ser esclavo en tierra extranjera”, el Papa Francisco nos habla alto y claro sobre el que debería ser nuestro posicionamiento y reto al mismo tiempo: “¡Qué hermosas son las ciudades que superan la desconfianza enfermiza e integran a los diferentes, y que hacen de esa integración un nuevo factor de desarrollo! ¡Qué lindas son las ciudades que, aun en su diseño arquitectónico, están llenas de espacios que conectan, relacionan, favorecen el reconocimiento del otro!” (Evangelii Gaudium 210). Francisco hace hincapié en la importancia de acercarnos a la dura realidad de estas personas “para servirlos”, saliendo al encuentro de sus sufrimientos y necesidades, sin caer en los miedos y prejuicios, “tantos prejuicios que nos hacen mantener las distancias con otras personas y a menudo nos impiden acercarnos como prójimos y servirles con Amor”.

Compromiso y reto mayúsculo al mismo tiempo ya que estamos ante una clara llamada constante a la acogida, acompañamiento e inclusión, camino que debemos recorrer de forma comunitaria y en favor de la construcción del Reino de Dios.

La acogida
“En medio de este mundo, sentimos la llamada a la fraternidad universal y nosotros, como maristas, queremos ser rostro mariano de una Iglesia pobre y servidora” (H. Juan Carlos Fuertes – Voces Maristas: Ensayos sobre Liderazgo Servicial y Profético). Esta llamada nos invita a ser parte de una Iglesia acogedora desde la vulnerabilidad de nuestras vidas, desde lo que somos y con la capacidad de dejarnos interpelar y cuestionar por la persona acogida.

Esta invitación también lleva implícita una salida al encuentro, como María, estamos llamados a comenzar nuestra acogida desde la actitud de búsqueda y el abrazo que brota de nuestro interior.

El acompañamiento
Estar al lado del prójimo que sufre no lo podemos entender nunca desde un punto de vista vertical, como se extrae del XXII Capítulo General en su punto número 4: “Es una llamada en la que nos urge a […] huir de acercamientos paternalistas y empoderar a quienes no tienen voz; a incrementar una presencia significativa entre los niños y jóvenes en los márgenes del mundo”.

No estamos llamados pues a padecer “por” o “desde”, ni a simplemente “compadecernos”, sino que se nos invita, como Laicos Maristas, a la entrega basada en el servicio y, desde ahí, padecer “con” aquellas personas que más lo necesitan. Nuestra misión debe nacer desde la experiencia del encuentro (Evangelii Gaudium, 220), afrontando cara a cara las realidades emergentes desde la significación del encuentro con Dios, con uno mismo y con los demás.

La inclusión
Trabajamos desde un compromiso firme, no por generar espacios de acogida, sino por ser acogida inclusiva desde la concepción de la vida cotidiana de nuestras obras, comunidades, ciudades… La inclusión debe ser el resultado final de nuestro camino, transitando por los dos pasos que ya hemos descrito: desde una acogida basada en la humildad y en el servicio de igual a igual, y un acompañamiento “con” y al lado de las personas más indefensas de nuestras injustas sociedades.

Como Maristas en Europa, ya se han ido dando muchos pasos y construido realidades concretas que, sin duda, ¡merecen mucho la pena! y nos hacen estar más cerca del sueño de Champagnat. Son muchas las obras sociales y programas que acogen, acompañan e incluyen a todas las personas y realidades que llaman a la puerta de nuestra realidad.
Para concluir nos gustaría volver al comienzo… ¿Qué te duele? A Champagnat le dolía las realidades de injusticia que vivía y eso le hizo moverse ética y espiritualmente. Como maristas debemos abrazar este compromiso haciendo de este, un estilo de vida que nos lleve a ser faros en situaciones muy concretas de exclusión teniendo una actitud muy concreta en la relación y acogida de todas las personas apoyándonos en la oración y el discernimiento. ¡Sé hoy Champagnat!


Fórum Internacional sobre la Vocación Marista Laical

3er Etapa – 4 al 11 noviembre 2022

Secretariado de Laicos

Estamos a punto de comenzar, el 4 de noviembre, el Fórum Internacional sobre la Vocación Marista Laical, en su Fase internacional presencial. Se desarrollará en Roma, en la casa de espiritualidad “Nuestra Señor Madre de la Misericordia”.

En el Fórum se encuentran 92 participantes: representantes de todas las Unidades Administrativas del Instituto y de la Administración General, los hermanos del Consejo General, los directores del Secretariado Hermanos Hoy, más los miembros del Secretariado de Laicos ampliado. Además, habrá varios hermanos y laicos en tareas de apoyo y soporte: facilitadores, traductores, ambientación y celebración, secretaría, comunicación… Contaremos, además, con la inestimable ayuda de la comunidad de hermanos de la Casa General y de los miembros de los distintos secretariados y equipos de la Administración General.

Partiendo de las aportaciones realizadas por cada Unidad Administrativa, tras la fase local y provincial del Fórum, y poniéndonos en actitud de escucha profunda al Espíritu, se abordarán los 4 objetivos de este proceso de reflexión y discernimiento que nos llevará hasta finales de 2024. Estos objetivos son: 1) Profundizar la comprensión de la vocación marista con particular acento en la vocación marista laical; 2) Revisar y ofrecer procesos e itinerarios de formación y acompañamiento de la vocación laical. 3) Reflexionar y proponer posibles formas de vinculación al carisma marista. 4) Conocer, reflexionar, explorar y proponer posibilidades de estructuras jurídicas (civiles y/o canónicas) para el laicado marista.

Entre el 4 y el 11 de noviembre nos encontraremos como Familia Carismática Global, para seguir vislumbrando nuevos caminos y tomando decisiones de cara al futuro y vitalidad de nuestro carisma marista, tratando de descubrir cómo vivirlo con un rostro y expresión específicamente laical.

En el siguiente enlace podrás acceder a noticias, imágenes, reflexiones… que se vayan suscitando durante estos días: 3er Etapa del Fórum Internacional sobre la Vocación Marista Laical.


Provincia Compostela

Para educar hay que amar

Inma Dueñas – Valladolid, España

Soy marista de profesión y vocación, esposa y madre de maristas, maestra de infantil en el colegio Marista Centro Cultural Vallisoletano de Valladolid.

Desde que entré al colegio sentí la necesidad de conocer a Marcelino Champagnat porque me identifiqué con la frase “para educar hay que amar”. Siempre la he tenido presente para trabajar con los niños y esto me ha llevado a realizar distintos itinerarios que, desde la Provincia Compostela, han ido ofreciendo como formación y me han ayudado a crecer como persona, educadora y laica marista.

Realizar el itinerario de Vida marista de profundización ha sido una experiencia de crecimiento personal que me ha acercado más a mí misma, a conocerme, darme cuenta de que tengo que dedicarme tiempo, cuidarme y para así poder cuidar mejor a los demás…
Las distintas dinámicas y experiencias que se realizan en cada fin de semana son un abanico completo para crecer a nivel espiritual, me han ayudado mucho las meditaciones, los silencios y realizarlas también me ayudan a trabajarlo con mis alumnos. Realizarlo en compañía de hermanos y laicos, me ha hecho darme cuenta del regalo que recibimos cuando nuestras experiencias se cruzan y me reafirma en mi ser marista.

El itinerario de vida marista es un regalo

María Ramos – Burgos, España

Trabajo como personal de Administración en el Colegio Marista Liceo Castilla de Burgos desde hace 9 años. Desde niña he vivido mi fe en grupo, un referente que me ha acompañado en el camino de la espiritualidad y del crecimiento personal; sin embargo, con el paso del tiempo y debido a varias circunstancias como vivir en varios lugares, la etapa universitaria, formar una familia o la pérdida del apego de ese grupo, estaba un poco pérdida a nivel espiritual. Por ello, el itinerario de vida marista ha sido un regalo para mí en estos momentos de vida adulta.

Ha sido un redescubrimiento a lo espiritual, a la vida sencilla de Marcelino. Ha supuesto una invitación a la búsqueda personal de ese yo maravilloso que todos somos. Me ha permitido formar parte de una gran familia y asumir como misión propia la transmisión de los valores que se inculcan, se reciben y se descubren, tanto en el colegio con alumnos y compañeros, como en mi familia.
Ser una ramita del árbol genealógico de la familia Marista es un honor y un compromiso de vida para mí.  Siento que con la savia que recibo de sus raíces podré dar valiosos frutos. Porque sentir que formas parte de algo es dejar correr por ti la vida que hay en ello. Para mi ser laica en Maristas es recibir vida y regalar vida en abundancia.


Provincia L’Hermitage

Un gran cambio interior

Jordi Cunillera – Cataluña

En el proceso de formación y discernimiento de mi vocación laical marista, he realizado, entre noviembre de 2019 y julio de 2021, el itinerario de profundización marista propuesto en la Provincia L’Hermitage y, posteriormente (marzo de 2022), el compromiso público de vinculación al carisma marista.

Si me preguntan qué cambios he notado en mi vida después de este paso, la respuesta puede ser: “quizás ningún cambio aparente, pero un gran cambio interior”. Creo que externamente nadie puede haber percibido ningún cambio, pues sigo trabajando en la misma empresa, sigo viviendo en la misma casa, sigo compartiendo mi día a día con las mismas personas. Pero la lectura de los textos propuestos durante los (casi) dos años del itinerario de profundización marista, la reflexión posterior a esta lectura, el diálogo con mi acompañante (gran experiencia; gracias por el acompañamiento recibido), la petición de vinculación al carisma marista, todo ello me ha ayudado a mirar hacia mi interior, a dar respuesta a preguntas que quizás nunca me había hecho antes, a crecer como cristiano y marista, a confirmar que así es como quiero vivir. Y eso me hace muy feliz, aunque externamente no se note ningún cambio.

Hacer presente el Reino de Dios

Dolores Comas – Cataluña

Seguir el itinerario de profundización marista y hacer hecho el compromiso público con el carisma marista me ha ayudado a repensar lo nuclear en el carisma que nos ha legado el Padre Marcelino, que es amar a los demás, así como hacen los Hermanos, de forma sencilla, amable, servicial, dulce, al estilo de María, esto es lo mismo que nos dice Jesús. También he pensado que como cristiana estoy llamada a hacer presente el Reino de Dios. ¿Cómo? La respuesta es la misma, amando al otro.

Lo vivo como un camino de trabajo personal, escuchar la Palabra y la oración contemplativa me mantienen en la espera en Dios. Necesito también caminar en comunidad, los hermanos de camino son un modelo, un espejo, son para mí Moisés y los Profetas, me centran, me ayudan a no perderme, los quiero y me siento amada.

He vivido el compromiso público como una oportunidad, con naturalidad, un paso más.


Provincia Mediterránea

Servicio a los demás

José Mª Albalá  – España, Córdoba

¿Quién no ha pensado en algún momento de su vida que vamos como motos? Llevamos un ritmo de vida tan intenso que debería ser frecuente en nuestro día a día el pararnos a pensar si nuestros pasos van por el camino correcto.
Esa es la propuesta que me lanzaron con el itinerario de discernimiento vocacional con acompañamiento personal.

Un proceso PARA MÍ… Suena egoísta… Sí, PARA MÍ. Pero es todo lo contrario. Se trata de un proceso que me está obligando a parame en varios momentos de mi vida a interiorizar y reflexionar si mi día a día va encaminado hacia el servicio a los demás. Este itinerario está tocando todos los ámbitos de mi vida y nos los está dejando indiferentes.
Mi espiritualidad, mi vocación, la misión, mi fraternidad.
La verdad es que no me está siendo fácil. Me está cuestionando y eso es bueno. Me está haciendo más fuerte. Pero sobre todo me está acercando más a Dios y me está acercando más a los demás. A mis hermanos. A mi prójimo. Pero no queda esto aquí. Tengo un ACOMPAÑANTE que camina a mi lado. Alguien que me acompaña, que me escucha, que me comprende, que me anima, que confía en mí y, sobre todo, que está siendo instrumento de Dios en mi vida. Alguien que me hace sentir en CAMINO y en COMUNIDAD.

Doy gracias a Dios al final de estas palabras por poner en mi vida esta oportunidad de seguir creciendo como LAICO MARISTA. Doy gracias al Padre, por poner en mi vida esta experiencia de DISCERNIMIENTO que me hace seguir construyendo el sueño de Marcelino.

Soy Laica Marista

María José Gimeno  – España, Valencia

Soy Laica Marista: así me presento desde hace tiempo con orgullo, sabiendo que mi vocación en la Iglesia pasa por ser cristiana al servicio de “los preferidos de Dios”, al estilo de Jesús y con las gafas de Marcelino y la mirada de la Buena Madre. Una vez tuve claro quien era, todo fue más fácil. Poner nombre a lo que siento, a lo que estoy llamada a ser, a lo que vibra dentro de mí, me ha permitido tomar las decisiones desde el amor y la tranquilidad de saber que estoy respondiendo a las llamadas que Dios me hace.

Estoy convencida de que, si no hubiese empezado el itinerario de discernimiento vocacional con acompañamiento personal, hubiese sido mucho más difícil “ponerme nombre”. El itinerario y el acompañamiento (vital que vayan de la mano) me han ayudado a vislumbrar momentos de mi camino que no percibí como importantes, a poner luz en muchas sombras y a instalar faros donde poder volver la mirada, cuando no sé hacia donde ir.

El itinerario y el acompañamiento me permiten buscar dentro de mí, encontrar momentos de quietud para discernir, para prestar atención, para decir que soy… Laica Marista.


Vinculación al carisma marista en la Provincia Ibérica

El 15 de octubre, en Toledo, la familia marista tuvo una entrañable fiesta marista: la celebración de la vinculación al carisma marista de cuatro personas muy queridas y significativas que, después de un proceso de acompañamiento y, tras la espera que la pandemia nos ha obligado a llevar, han podido decir públicamente su sí a vivir esta opción de vida, su ser cristiano al estilo de María y Marcelino.

María José, Teo, Tony y Pablo ya eran una referencia marista en sus entornos de Toledo, Navalmoral de la Mata y Talavera. Su compromiso expresado en la fórmula de vinculación fue realizado ante una gran comunidad de hermanos y laicos de la provincia Ibérica, y ha confirmado públicamente su deseo de seguir siéndolo. La celebración cuidadosamente preparada, el cariño y atención de la comunidad de los hermanos de Toledo, la calidad de los músicos, la emoción serena de los protagonistas, la cercanía del sacerdote que presidió la Eucaristía, la alegría de este compromiso ha hecho vivir a los presentes una experiencia hermosa, esperanzadora e inolvidable.

Los protagonistas hablan sobre el proceso hasta la vinculación

  • El momento de invitación al camino de laicado marista, fue un regalo y una confianza a mi persona. Hace tiempo que ya sentía y respiraba el espíritu de la Iglesia y de lo marista, pero el tomar esta decisión, me ha permitido ser libre y sentir que acertaba en el futuro de mi vida.
    El acompañamiento ha sido muy positivo: he aprendido a encontrarme a mí misma, hacer oración diaria, personal, reflexiva, con ánimo de compartir con mi acompañante todo lo que sentía, sentimientos fuertes y preguntas que me han ayudado a discernir hacia donde voy. He recibido confianza, cercanía, capacidad de escucha, seguridad, ayudándome a descubrir de forma clara y concreta el sentido del camino que quiero seguir. “El acompañamiento, ha sido un regalo del Espíritu Santo”, una experiencia importante en mi vida, que me ha ayudado de forma personal y espiritual (María José).
  • El acompañamiento ha sido una parte fundamental e imprescindible para realizar el itinerario para la vinculación. Las fichas están bien planteadas y aportan la base para el acompañamiento que es lo fundamental. El momento del encuentro con el acompañante (H. Samuel) me suponía al principio algo de inquietud, pero una vez que llegaba me tranquilizaba y empezaba a hablar. El Hermano escuchaba, y entonces brotaban sentimientos, ideas y vivencias que con solo la ficha no habrían surgido. Después, venía la indicación, el comentario, las palabras de ánimo o aclaración de alguna duda. Este momento era enriquecedor, práctico y me aportaba confianza a la hora de continuar con el itinerario y de ir descubriendo la misión y el significado de la Vinculación. Lo valoro muy positivamente (Teo).

  • Todo el proceso ha sido una bendición de Dios. Comprendí pronto que era una propuesta y un compromiso personal, que va más allá de mi relación y amistad con los hermanos, profesores… El acompañamiento de Chema ha sido fundamental. Su escucha, comentarios y consejos ante mis dudas, inseguridades… me han ayudado a ir despejando el camino.  Las fichas han sido un instrumento muy válido, me han servido, para reflexionar, rezar, aprender… hasta que llegó el gran día, la vinculación (Pablo)
  • Dentro de este proceso seguido hasta llegar a la vinculación, lo que más me ha ayudado ha sido el acompañamiento. El acompañamiento y las fichas me han ayudado a ordenar las ideas, a canalizar los sentimientos, a ir descubriendo todos los componentes de la vocación como laico marista. El acompañante ha actuado como un espejo donde he podido descubrir y ver el amor de Dios y su paso en mi vida, el poder compartir desde el corazón lo que he ido viviendo, las resistencias que he encontrado en mí y cómo afrontarlas (Tony).

Impresiones y sentimientos que vivieron en la celebración de su vinculación al carisma

  • Ha habido varios elementos que me han ayudado a vivir con plenitud la celebración de mi vinculación y han sido: La dinámica de compartir vida entre los que nos vinculábamos previo a la celebración porque fue a corazón abierto. Nos sentimos hermanos y hermanas que comparten todo lo que tienen, alegrías y penas, vivencias llenas de ternura y confianza. Fue un momento entrañable que nos hizo sentirnos amados y tocados por el Señor, movidos por Marcelino y su carisma. Sentí, que no estaba sola, que hablamos el mismo lenguaje, lo cual, aumentó la gracia de estar juntos.
  • Compartir con la comunidad de los hermanos volcados con nosotros, desde la comida a la preparación de los espacios… ¡es un gozo sentirnos familia!
    La preparación de la propia celebración con el acompañamiento del Equipo del laicado.
    En la celebración tuve una gran Paz que no sé explicar. Tenía una sensación de tranquilidad, serenidad…. Ver a hermanos que quiero, mi familia, compañeros del colegio …ha sido una experiencia muy buena de vivir en familia amándonos. Tuve a mis hijos muy cerca, les sentí disfrutando conmigo. Tengo que dar gracias a Dios y a la Buena Madre, que siempre están conmigo. Siento mucha felicidad y este paso ha sido una fortaleza para avivar mi vida, y veo el futuro con ilusión y esperanza. Me pongo en manos del Señor y de María, para seguir avanzando en el camino (María José).
  • La celebración de la vinculación ha sido un acto impresionante en el que afloraron cantidad de sentimientos y emociones. Lo que más me emocionó fue ver a todos los que participamos en ella y cómo se participaba: cantando con sentimiento y unidad, respondiendo a las oraciones de la Eucaristía con fuerza y rotundidad. Se percibía que estábamos muy metidos en la celebración formando una sola voz y plegaria: un gran sentimiento de unión, de familia y de vivirlo con ganas y convencimiento.
    Ver la cara de tantos Hermanos, la mayoría muy conocidos y otros muy significativos para mí, me emocionó en varias ocasiones. Estar acompañado de otros vinculados, de compañeros del colegio y sobre todo de mi familia, fue un gozo muy grande y una gran alegría. Aprecié en toda la celebración que los que estábamos allí creíamos en ello, que los Hermanos ven con gozo y alegría, que esto es bueno para el Instituto y que hay que seguir por este camino. En las felicitaciones posteriores pude comprobar cómo alguno se emocionó al darme el abrazo.
    Los símbolos que se realizaron en la ceremonia: imposición de la cruz de vinculación, ofrenda de nuestros nombres al corazón de María, encendido de las velas y la consagración a la Virgen fueron muy bonitos, llenos de significatividad e imprescindibles.
    La mañana que pasamos juntos reflexionando y orando, también fue muy entrañable. Vivimos juntos y compartimos sentimientos profundos que nos unieron y nos prepararon para la celebración de la tarde, puesto que apenas había habido relación anterior entre nosotros. Espero estar a la altura de mi compromiso (Teo).
  • ¡La celebración de nuestra vinculación ha sido una fecha para enmarcar! ¡Qué a gusto hemos estado!  Una jornada memorable. Rezamos juntos, repasamos y preparamos todo lo necesario, compartimos experiencias, sentimientos, y también una agradable comida. La eucaristía ha sido el marco perfecto, muy bien preparada y cuidando todos los detalles. Arropados por la comunidad marista: hermanos, familia, amigos y compañeros, se palpaban los valores del carisma de Marcelino. Para mí ha sido un estímulo, y me anima a vivir y compartir el estilo de vida marista (Pablo)
  • La celebración de la vinculación ha sido la manifestación pública lo que estoy viviendo, mi compromiso con la vocación de laico marista en un lugar y con unos hermanos que me acompañan en este camino.
    Toda la celebración ha sido un momento de paz, de serenidad, de disfrutar el don de la vocación. Ha habido tres momentos que me han hecho vibrar de una manera especial: el recibir la luz de Cristo en la forma de la vela que para mí significa el compromiso de llevarla y compartirla en mi realidad de Navalmoral; el segundo momento cuando pronuncio las palabras de vinculación que es en realidad el compromiso público ante la comunidad; y el tercer momento cuando escucho, interiorizo y vivo la canción del testamento espiritual ya que  es recoger las palabras de Champagnat y sentirlas como propias. Es la invitación a ser continuador de su sueño, de vivir el carisma marista como laico en mi realidad (Tony)