4 de octubre de 2007 FILIPINAS

Compartiendo sobre la realidad de nuestros países y sobre la vocación marista en Asia

Del 21 al 24 de septiembre, el hermano Seán y el Consejo General se encontró con un grupo de jóvenes procedentes de varios países de Asia. Semejante experiencia se realizó con jóvenes de Europa en Sigüenza, España, en el año 2005, durante el Año Vocacional Marista y, con un grupo de jóvenes del Continente africano en Nairobi, Kenya, en noviembre del 2006.

Una vez más los jóvenes participantes y los hermanos que los acompañaban manifestaron su admiración por la cercanía y sencillez del hermano Seán y de cada uno de los hermanos consejeros, tras haber vivido este encuentro en Tagaytay, cerca de la ciudad de Manila, Filipinas.

El hermano Provincial, Manuel de León, además de dar todo su apoyo para la organización del encuentro, mostró su cercanía con los jóvenes y hermanos participando directamente. La reunión se llevó a cabo con una dinámica adaptada al mundo juvenil, gracias a la participación de todas las delegaciones, Hong Kong, Korea, Malasia y Filipinas, y sobre todo debido al arduo trabajo del equipo coordinador. Dicho equipo fue formado por los hermanos Paterno Corpus (coordinador), Joe Torrecampo, Arnel Alfanta, Demóstenes Calabria, Rommel Ocasiones y Roshan Silva, apoyados por el hermano Ernesto Sánchez, director del Secretariado de Vocaciones. Se contó con la valiosa colaboración de los hermanos del MAPAC (Centro Internacional Marista para Asia y el Pacífico), teniendo incluso presentes durante la reunión a los hermanos Anselmo Kim, Vincent Celeste y Michel Abajar.

Como objetivo general del encuentro se trató de dar la oportunidad a los jóvenes de Asia de pensar, dialogar y compartir sobre su vida como cristianos en respuesta a la realidad concreta de sus países. A la vez, se tuvo la oportunidad de compartir sobre la vocación marista en este continente.

Los jóvenes expresaron sus puntos de vista y preocupaciones. Manifestaron los aspectos positivos e interesantes de sus países y a la vez expresaron desafíos tales como ganar dinero versus dar un servicio como profesionistas; cuál actitud tomar frente a la invasión tecnológica; cómo responder frente a la presión grupal que los lleva al gangsterismo, a la drogadicción, etc.; cómo generar una comunicación familiar cuando ambos padres trabajan y existe poco tiempo real para encontrarse. Sugirieron maneras de enfrentar tales desafíos tales como la educación de la juventud, el compromiso como profesionales, las actividades extracurriculares, el trabajar para conocerse más y crecer como personas, el compromiso grupal como cristianos.

Además de dialogar sobre algunas de las situaciones de estos países, el equipo coordinador invitó a algunos consejeros para compartir algunas experiencias. El hermano Emili Turú habló sobre la organización de la pastoral juvenil marista en otros continentes y presentó algunas imágenes sobre la pascua juvenil de las Avellanas (España). El hermano Peter Rodney presentó una experiencia con jóvenes en las Islas del Pacífico. El hermano Luis Sobrado compartió sobre el proyecto de la Misión ad gentes que el Instituto está llevando a cabo en estos años.

Tanto los momentos en pequeños grupos como los plenarios fueron ocasiones muy ricas para expresarse, colocar preguntas y ofrecer la oportunidad a todos, jóvenes y hermanos, para compartir sus ideas y reflexiones.

Tanto las oraciones como la celebración eucarística de cada día mostraron el interés por hacer de Jesús el centro de nuestro encuentro. Los momentos de oración fueron animados por los mismos jóvenes quienes de manera creativa lograron centrar la atención del grupo y motivar una participación en profundidad. La Eucaristía de apertura fue animada por hermanos del MAPAC pertenecientes al continente Asiático. Estuvo llena de símbolos y gestos propios de las culturas de Sri Lanka, India y Pakistán. La oración mariana del domingo, los cantos a Marcelino, la cercanía de los hermanos con los jóvenes y la sencillez mostrada durante las actividades del encuentro fueron también ocasión para expresar algunos de los valores maristas que tenemos en común. Jóvenes y hermanos procedentes de tan diferentes culturas y, contando con una diversidad lingüística notoria, logramos vibrar con el mismo espíritu marista.

Se dedicó un día a reflexionar sobre la vocación marista hoy. Los jóvenes compartieron sobre la influencia positiva que los hermanos maristas han tenido en su vida. Hablaron del espíritu de familia, del cualificado liderazgo que los conduce a vivir los valores cristianos, de la entrega y paciencia, de su optimismo. Mencionaron algunas fortalezas como la sencillez, la capacidad de soñar, el vivir cosas ordinarias en forma extraordinaria, el don de la vocación, el ser prácticos. También expresaron con confianza algunos desafíos para los hermanos tales como la necesidad de más visibilidad, de un mayor testimonio frente al materialismo y a la vida cómoda, de una mayor claridad en la identidad del hermano marista hoy. Sugirieron un mayor fortalecimiento de la pastoral vocacional y también del trabajo con los laicos en cuanto a compartir espiritualidad y misión. En el foro abierto hubo preguntas y reflexiones muy interesantes sobre los desafíos que se le presentan al joven de hoy para responder a la llamada del Señor, particularmente cuando se trata de la vida religiosa.

El último día, el hermano Seán dirigió unas palabras a los jóvenes. Compartió sobre su caminar ?de la cabeza al corazón? y los desafió a descubrir la presencia de Dios en medio de los diálogos tenidos durante el encuentro. Los invitó a soñar, recordándoles que como jóvenes son, no sólo el futuro, sino también el presente en sus países. También les habló del caminar vocacional comparándolo con el enamoramiento expresando que sólo estando plenamente enamorados de Jesús podremos hacer de él el centro y pasión de nuestras vidas.

El encuentro terminó con una lluvia de agradecimientos de parte de todos los presentes. Gracias a todos los jóvenes participantes, James, Daryl, Zea, Rom, Mark, Marisol, Rojen, Mark Angelo, Mary Joy, John Adrian, Hyron, Kareen, Francis, Janice, Paul, Marivic, Freedom, Cayetano, Gerry, Benjie, Peter, Damian, Sabrina, James, Pak Shing Mario, Yan Ho, Yun Jong y Gwak Byung. Gracias a los hermanos que los acompañaron, Christopher Gorit, Jeff Antiquisa, John Tan, Domingo Lee y John Chong.

El sueño de Champagnat de dar a conocer y amar a Jesús sigue vivo en tantas realidades donde los maristas comparten con los jóvenes esta misión. Fue una realidad muy palpable durante los días de nuestro encuentro. Ante la pregunta ¿qué sigue después de la experiencia en Tagaytay?, se comentó que es tarea de cada uno de los participantes y, sobre todo de las provincias implicadas, el velar por el seguimiento de lo vivido en el encuentro, así como continuar animando y fortaleciendo las diferentes instancias de pastoral juvenil y vocacional propias de cada lugar.

VOLVER

Misión Ad Gentes en Chicago...

SIGUIENTE

Sociedad pluralista en el plano religioso...