28 de julio de 2008 BRASIL

Compartir alegrías experiencias y desafíos

La UMBRASIL, entidad que representa a las tres Provincias y el Distrito de Brasil, organizó una reunión de Comisiones y Subcomisiones del Área de vida consagrada y laicado durante los días 19, 20 y 21 de junio, en Chácara Manacá, Brasilia. Hermanos y seglares, sintonizados en la búsqueda de nuevos caminos para la vida del Instituto, reflexionaron, debatieron y definieron, a partir de sus experiencias, acciones concretas para aplicar el Plan estratégico 2008-2014.

El marco de este encuentro fue la integración entre la Comisión de espiritualidad apostólica marista y la Comisión interprovincial de formación y animación vocacional, así como entre las Subcomisiones de patrimonio espiritual marista y movimiento Champagnat. Los ejes de la reflexión fueron la búsqueda de elementos comunes para el trabajo conjunto y la concreción de las reflexiones y las acciones establecidas.

Durante el encuentro surgieron algunos retos, a partir de la comunicación de experiencias formativas de hermanos y laicos. Primeramente, se destaca la tarea urgente de formar líderes, ya que existe preocupación en lo que se refiere a la preparación y seguimiento del laicado en el campo de la misión. Hay carencia de nuevos líderes que sean capaces de sostener los procesos implantados y soñar otro futuro.

Otro aspecto que se presentó como desafío es el compromiso con la continuidad de la misión. Muchas veces los procesos y proyectos se ven dañados por la falta de una estructura que garantice su continuidad, independientemente del cambio de las personas y los estilos de gestión. Conviene respetar la memoria y la construcción colectiva. Hay que dar continuidad a los proyectos, sean cuales sean las personas.

Surge también una tercera cuestión en torno al nombramiento de hermanos y seglares para el servicio en proyectos provinciales e interprovinciales. Dichos nombramientos, así como las competencias y habilidades de los designados han de ir orientados a atender los diversos proyectos.

Se constata la reducción del número de hermanos en las Provincias y el Distrito. Ante esa realidad, se nos plantea un interrogante sobre la vitalidad y viabilidad de tantos proyectos e iniciativas que tenemos. Se abre una reflexión sobre el contexto profesional de los laicos que se dedican a impulsar los proyectos; qué marco económico y humano puede haber para garantizar la continuidad. En general, se insiste en la necesidad de ampliar la animación vocacional y la formación de hermanos y laicado.

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