3 de septiembre de 2013 CASA GENERAL

Comunicación a todo el Instituto

A pocos días del inicio de la Conferencia general que tendrá lugar del 8 al 28 de septiembre en Nuestra Señora de l’Hermitage, os envío esta comunicación de familia, a propósito de la renuncia a consejero general, presentada por el H. John Klein a inicios de julio, por motivos de salud.

Seguramente que todos recordaréis que a inicios de abril del año pasado el H. John Klein, mientras estaba de visita en Australia, padeció un ictus o accidente cerebro-vascular. Aunque al inicio los síntomas fueron bastante alarmantes, la pronta intervención de los médicos hizo que su recuperación fuera bastante rápida.

Tan pronto como fue posible se trasladó a los Estados Unidos, donde se hicieron todos los estudios necesarios para determinar el origen del ictus. Finalmente, detectaron un problema de comunicación interauricular en el corazón, del cual fue intervenido en mayo de 2012, aunque no tenían la seguridad de que ese hubiera sido el origen del problema.

El H. John ha ido realizando periódicamente algunas visitas de control. En la actualidad, aunque ha hecho una buena recuperación neurológica, experimenta una cierta disminución de sus capacidades físicas. Además, como ya dije anteriormente, persiste la duda sobre el origen del ictus, y los médicos dicen que hay probabilidades de que éste pudiera repetirse de manera inesperada, como sucedió con el anterior.

Por todo ello, y después de un largo proceso de oración y discernimiento, el H. John ha decidido presentar su renuncia, ya que considera no tener las condiciones físicas necesarias para llevar a cabo sus responsabilidades como consejero general.

Sé que no ha sido una decisión fácil para John, dada la seriedad con que se toma las responsabilidades que se le confían y, como él mismo expresa en su carta de renuncia, dado el afecto que se ha ido construyendo entre nosotros durante estos cuatro años.

Los miembros del Consejo general y yo mismo hemos aceptado su renuncia porque entendemos perfectamente las razones que la provocan, pero al mismo tiempo con la pena de sentir que un buen hermano de comunidad y un excelente miembro del equipo de trabajo tiene que retirarse antes de lo esperado.

Quiero agradecer a John su magnífico servicio al Instituto como consejero general. Desde el momento de su elección no ha puesto límites a su entrega para ofrecer lo mejor de sí mismo; de ello somos testigos privilegiados no sólo los miembros del Consejo general, sino también aquellos de vosotros que os habéis beneficiado de su persona. En el Consejo ha sido siempre un hombre positivo, entusiasta y alegre, y nos ha enriquecido con la sabiduría de su experiencia en muchos y diversos campos. ¡Muchas gracias, John!

El H. John continuará ejerciendo sus responsabilidades hasta el día 15 de septiembre, fecha en que cesará como consejero general.

Os ruego una oración especial por quienes estaremos reunidos en l’Hermitage para la Conferencia general. Que sea realmente un tiempo de gracia para el Instituto, en nuestro camino hacia el bicentenario de la fundación.

Encomendémonos mutuamente a la ternura de María, nuestra buena Madre.

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Emili Turú, Superior general
Roma, 30 de agosto de 2013

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