
Continuar el camino en la vida marista
El día sábado 8 de marzo del presente año en el Noviciado Interprovincial Marcelino Champagnat de Cochabamba, Bolivia hemos ingresado al noviciado Oscar Chávez (Bolivia) y Javier Villanea (Chile), ambos de la Provincia Santa María de los Andes. En la celebración nos acompañaron los hermanos de la vecina comunidad del Ticti Norte y el Consejo Provincial, quienes nos animaron en nuestra decisión y celebraron con nosotros este momento tan importante para nuestras vidas como discípulos de Jesús y de Marcelino.
Nos acogió al noviciado el Hno. Raúl Shönfeld, Maestro de Novicios, valorando nuestro caminar. A él le hemos dado respuesta de lo que deseamos de la Iglesia y de la comunidad de los Hermanitos de María: continuar nuestro camino en la vida marista, ahora desde el noviciado. Queriendo ser discípulos en la escucha de la Palabra de Dios, como lo hizo María y nuestro Padre Marcelino. Con este momento se dio inicio a la celebración de la Palabra y la posterior Eucaristía.
En el momento de la homilía el Hno. Antonio Peralta, Provincial, nos ha dado una cálida bienvenida al Instituto y nos ha invitado a reflexionar el evangelio del domingo 1° de Cuaresma (Mt. 4, 1-11) que relata la experiencia de Jesús tentado en el desierto. Se ha referido al desierto como experiencia de amor fundante y también de dolor. Nos ha invitado a salir de este tiempo de formación “con la nostalgia del desierto”, como Jesús, quien a pesar de su intensa misión, desea volver a la soledad y al silencio para orar y experimentar la intimidad y el amor de su Padre. El desierto de nuestro noviciado es espacio sagrado para escuchar y experimentar la palabra del Padre “Tú eres mi hijo amado” y dejar que Él modele en nosotros un corazón de HERMANOS.
Posterior a las palabras del Hno. Antonio, el Hno. Saturnino nos ha hecho entrega de las Constituciones que las recibimos con la ilusión de vivir lo plasmado allí.
Finalizando la celebración nos hemos dirigido a nuestros hermanos: Oscar haciendo hincapié en el deseo de vivir un encuentro a solas con Dios, pero a la vez formando comunidad con Él, encarnado en los Hermano, a ellos les ha pedido que le ayuden a vivir esta relación. Y Javier, se ha referido a la casa de La Vallá, deseando vivir una experiencia de intimidad con Dios y Marcelino como en aquella casa del 1800. Ha dado gracias a Dios por las personas que le han acompañado en este tiempo de búsqueda. Se ha encomendado a la compañía de nuestra Buena Madre.
Agradecemos la fraternal bienvenida de la familia marista y les pedimos que nos acompañen con sus oraciones por nuestro caminar como Hermanitos. Les pedimos el favor de encomendar a nuestras familias, especialmente a nuestros padres Oscar y Ángela; Patricia y Elgin.
En la fotografía, de izquierda a derecha: H. Raúl Shönfeld, Oscar Chávez, Javier Villanea y H. Antonio Peralta.