
¿Cuáles son nuestros caminos de futuro?
Ha llegado el primer día de descanso para los capitulares. Es domingo. Los miembros de la Comisión central aprovechan este día para organizarse y confeccionar su agenda de trabajo para dirigir la asamblea. Los capitulares han salido de excursión a tres lugares distintos. Desde el comienzo del Capítulo estaba previsto salir todos juntos para conocerse mejor. Fue deseo del Capítulo que este día de esparcimiento se integrara dentro de la dinámica del Capítulo. Como el grupo es numeroso se han propuesto tres lugares para visitar. Al seleccionar los lugares se ha tenido en cuenta que la visita pueda aportar experiencias de vida eclsial.
La primera propuesta es pasar unas horas en Loppiano, una comunidad situada a 272 Km de Roma, nacida del carisma de Chiara Lubic que proclama con su vida que ?un mundo fraterno es posible?. El movimiento de los Focolares aglutina a 240 movimientos y comunidades de todo el mundo poniendo de manifiesto la ?unidad en la diversidad?.
La segunda oferta para los capitulares ha sido llegar hasta Nomadelfia, a 184 Km de Roma, donde viven 50 familias, en las que están integradas 340 personas, las cuales ponen sus bienes en común.
El tercer lugar propuesto ha sido conocer la Comunidad de San Egidio, afincada en la propia ciudad de Roma. Los miembros de esta comunidad cristiana sin fronteras se proponen vivir el espíritu de los Apóstoles del Señor y de san Francisco de Asís. Está presentes en 70 países.
La llegada a la casa después de las visitas, cuando ya caída la tarde, ha vuelto a congregar a todos los hermanos en comunidad. Los rostros transparentaban la felicidad de haber encontrado algo nuevo.
De Loppiano alguien ha sintetizado su experiencia así: Aquella ciudad, donde conviven cerca de 900 personas, es una ?profecía de la comunión para nuestro mundo, desde la diversidad cultural y la complementariedad de vocaciones?. Otro matizaba: ?es un estilo de vivir unificado e integrado desde la espiritualidad con fuerte tinte mariano?.
De Nomadelfia se trajeron este recuerdo: ?El evangelio sigue siendo fuente inspiradora en su forma más simple y original. Nomadelfia: nuestra ley la fraternidad, ponerlo todo en común, algo paradójico frente a aquello, que en no pocas maneras, maneja nuestro mundo de hoy?. Y otra voz añadía: ?He descubierto la radicalidad de la vida monástica adaptada a las familias. La fraternidad evangélica es un hermoso ideal si se vive sinceramente. Si se vive así es liberador ».
Los que visitaron la comunidad de San Egidio, en Roma, además de la historia de la comunidad, se expresaban más o menos en estos términos: ?En la comunidad de San Egidio lo que más me ha llamado la atención es ?el reto del testimonio de los laicos?, que ?no pueden sobrevivir sin el evangelio diario compartido en la oración comunitaria?. Una opción de vida es ?estar cerca de los pobres? compartiendo con ellos ?la fraternalmente?.
Tres experiencias, diversas pero complementarias, que han ayudado a centrar la reflexión de los capitulares sobre los caminos que hoy recorre la Iglesia bajo el impulso del Espíritu. Ahora es el momento de la respuesta marista.