
Curso en inglés para animadores de comunidad
“¡Qué alegría cuando me dijeron: vamos a la casa del Señor! Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén”. Estos ecos del salmista resonaban en los corazones del grupo de animadores de comunidad de Manziana, al llegar a Notre-Dame de l’Hermitage. Para el salmista, Jerusalén tenía un gran valor y significado para su fe:“Es allí donde van las tribus de Israel”. Ese era el centro de la fe judía, así como para nosotros l'Hermitage es el centro de nuestra fe y espiritualidad marista.
Un primer vistazo a la solidez de las rocas y de los edificios refleja ya nuestras firmes fundaciones, tanto espirituales como físicas, cimentadas en una robusta estructura como la de la roca del Hermitage. Estas rocas, las paredes y el río Gier, nos contaron historias en los días que allí pasamos. Las palabras de San Marcelino cobraron vida al divisar l'Hermitage a nuestra llegada. “Si el Señor no edifica la casa, todo lo demás será en vano…”
Nuestra experiencia, en esta profunda y trascendente peregrinación, fue muy positiva y fructífera. A pesar de nuestras diferencias, en cuanto al idioma y a la cultura, creamos nuestra propia torre de Babel, pero la fraternidad marista superó este desafío. Además del grupo del Escorial, también el Secretariado de Hermanos Hoy, representado por los hermanos César y Eugène, nos acompañó en todas las actividades. Nos sentimos verdaderamente apoyados y animados por el Instituto.
La peregrinación incluyó también: un recorrido por la casa, la visita al tesoro, una visita a Marhles, una caminata en Le Rosey, un compartir en grupos, el “Acordaos” en la nieve y la experiencia Montagne. Uno de esos días tuvimos un rico compartir sobre las vidas de nuestros primeros hermanos, guiados por el hermano Alain Delorme. Igualmente visitamos Maisonette, caminamos por La Valla, rezamos a Nuestra Señora de la Piedad y regresamos caminando a l'Hermitage. En respuesta al llamado de nuestro último Capítulo General, fuimos a Ginebra (Suiza), para visitar a nuestros hermanos y observar el trabajo que desempeñan en favor de la protección de los derechos de los niños. Allí recorrimos la sede de la ONU y, por último, visitamos el lago.
Entre los temas abordados, hubo uno sobre la Familia Marista, dirigido por el hermano Andre Lanfrey. Después del compartir, fuimos a visitar La Neylière donde se encuentran los museos de Colin y Oceanía y, en la noche, tuvimos un encuentro con la comunidad de l'Hermitage. Pudimos, igualmente, visitar Fourvière (Lyon), donde el padre Champagnat y otros sacerdotes maristas se ordenaron y prometieron formar la Sociedad de María, a los pies de Nuestra Señora de Fourvière. Celebramos allí la Eucaristía y prometimos, como grupo, vivir el carisma de los Hermanos Maristas.
Cuando todo estuvo hecho y dicho, tuvimos un día de retiro, rezamos en el cementerio y en la capilla del bosque. Esta fue, en pocas palabras, nuestra peregrinación. Todos regresamos deseosos de difundir y compartir el espíritu de l'Hermitage con nuestros hermanos. Todos sentimos el espíritu de Champagnat vivo, flotando en el río Gier para expandirse hacia el resto del mundo marista y encarnarse en todos los Maristas de Champagnat en el mundo de hoy.
Al igual que el salmista del salmo 122 y, basándonos en el amor que sentimos por nuestros hermanos y por los laicos maristas de Champagnat, diremos: “Que la paz esté contigo, Hermitage. Por el amor a nuestro Instituto oramos por tu prosperidad.”
Expresamos nuestro más profundo agradecimiento al Secretariado de Hermanos Hoy, a la comunidad de l'Hermitage, a la comunidad del Escorial, a todos los hermanos y a la Administración General, por habernos permitido tener esta maravillosa experiencia en nuestro caminar marista.
H.Fortune F. Chakasara.FMS.