18 de enero de 2020 SUDáFRICA

De voluntario a promotor de líderes estudiantiles maristas sudafricanos en Mercy Care

Jason Grieve, es un laico marista de la provincia de Sudáfrica, que trabaja en Marist Mercy Care. Su participación en este proyecto comenzó en 2009 cuando fue, como un joven voluntario marista, al Intsikelelo Care Center, una comunidad temporal construida para niños pobres y maltratados en un asentamiento informal sin agua potable ni energía eléctrica, en Addo, Sudáfrica.

Tras una semana de voluntariado, Jason decidió regresar el año siguiente, con el objetivo de traer a más maristas para compartir su experiencia. Y su deseo se hizo realidad. Actualmente forma parte de Marist Mercy Care – un centro que nació de las colaboraciones con dos hermanos octogenarios (Chris de Sudáfrica y Claude de Canadá) mientras iniciaban una colaboración con tres hermanas de la Misericordia – y hace seis años creó el programa Sharing Our Call, un proyecto que involucra a líderes estudiantiles maristas recién nombrados, de las cinco escuelas maristas de Sudáfrica.

A continuación, compartimos una parte del testimonio de Jason, donde nos cuenta más sobre su compromiso con los niños necesitados y su vocación laica marista:

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“Nunca olvidaré la primera vez que me llevaron al asentamiento informal de Langbos (en 2009) … Durante una semana, mis amigos y yo tuvimos la tarea de dirigir un campamento de verano para los niños desfavorecidos de Sundays River Valley, en Addo, Sudáfrica.

Mis amigos y yo, ex alumnos del St Henry’s Marist College, en Durban, nos preguntábamos silenciosamente, ¿qué tan difícil podría ser dirigir un campamento de verano para niños? ¡Qué equivocados estábamos! Nos recibieron noventa niños de cuatro a trece años. Ninguno de ellos hablaba inglés. Todos provenían de entornos muy pobres, algunos eran portadores de VIH / SIDA, algunos habían sido maltratados y muchos de ellos estaban desnutridos. A medida que enfrentamos los desafíos, nos iban surgiendo ideas y podíamos ofrecer a cada niño una experiencia increíble, una semana para recordar. Al concluir la semana, nos despedimos de las Hermanas de la Misericordia, los Hermanos Maristas y nuestros nuevos amigos de Addo.

Avancemos hasta el año 2019. Sigo siendo parte de este increíble campamento de verano junto con las Hermanas de la Misericordia y los Hermanos Maristas, y trabajamos bajo el título “Marist Mercy Care”. En la actualidad, hemos desarrollado el proyecto para acoger a cerca de quinientos niños, veinte niños con necesidades especiales, y líderes estudiantiles maristas recién nombrados de las cinco escuelas maristas sudafricanas, además de exalumnos maristas sudafricanos, exalumnos maristas alemanes y voluntarios de todo Sundays River Valley. Nuestro proyecto que se realiza cada año en diciembre ya no es solo un campamento de verano para niños. Es también una semana increíblemente importante para niños y voluntarios por igual, que se preparan para este evento durante todo el año.

Creo que los líderes estudiantiles prosperan en entornos impredecibles y esto se logra sacándolos de sus zonas de confort. Con esto en mente, hace seis años creé el programa Sharing Our Call que involucra a los líderes estudiantiles maristas sudafricanos recién nombrados de las cinco escuelas maristas (St Henry’s Marist College (Durban), St David’s Marist Inanda, Marist Brothers Linmeyer, Sacred Heart Marist College (Johannesburg) y St Joseph’s Marist College (Ciudad del Cabo). Nuestros líderes estudiantiles maristas trabajan en entornos increíblemente difíciles – donde no hay electricidad ni agua potable -, cuidado en el campamento, niños que provienen de hogares encabezados por niños, menores maltratados, niños portadores de VIH y niños desnutridos.

Las Hermanas, los Hermanos y yo nos hemos dedicado tanto a este proyecto de campamento de verano, que recibimos muchas solicitudes de antiguos participantes, exalumnos maristas y estudiantes de todo el mundo, con un año de anticipación para formar parte de este programa.

Cuando llegué por primera vez a Langbos, hace tantos años, en el 2009, con mis dos amigos maristas, nunca habría imaginado el impacto que esto tendría en mí y la influencia positiva que tiene ahora en los maristas, voluntarios y niños que asisten año tras año”.

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Jason Grieve – Marist Mercy Care

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