18 de julio de 2012 EL SALVADOR

Dejamos de ser hermanos, pero jamás dejaremos de ser Maristas

Quiero compartir lo vivido en el II Encuentro de Antiguos Hermanos Maristas que viven en El Salvador. Yo vivo en Guatemala, pero tuve la bendita oportunidad de asistir al encuentro en mención.

Nos reunimos cerca de 20 antiguos hermanos, de diversas generaciones: de los 60s para acá… existían de todas las edades y acompañados por sus señoras esposas.

Fue el día 10 de junio pasado, fiesta del Corpus Christie, e iniciamos con la Eucaristía a las 8 am, en la capilla de la Escuela San Alfonso junto con la gente que asiste a dicha celebración cada domingo.

Pasamos luego al Hermitage, así se llama la casa de convivencias que se tiene en el mismo local que ocupa dicha escuela. Y ahí comenzó ya la abrazadera, los saludos, los gritos, el preguntar quién es aquel…, el estar saludando a uno y aparece otro…

El H. Hipólito Pérez, nos dio la bienvenida y coordinó la presentación de los que estábamos participando; el detalle curioso fue que hubo alguno que después de convivir con alguien una buena cantidad de años, ahí supo que su segundo nombre era Napoleón…. También dimos un recorrido fotográfico por las distintas comunidades de la Provincia.

Correspondió el turno al Hno. José A. Baños, quien nos introdujo en el documento “Agua de la Roca”, que describe la Espiritualidad Marista.

Nos fuimos al descanso y a tomar algo… ahí fue más compartir por grupos, se preguntó por fulano… él murió…; por sultano, vive en … y trabaja en…, y así no sentimos el tiempo y ya estaban llamando a reunión.

El H. Roberto Linares, coordinó una pequeña pero muy rica dinámica por pequeños grupos, bien distribuidos, para compartir más la vida: una presentación más profunda, un comentar qué aspectos de la vida Marista vives hoy en tu diario caminar, cómo ha sido el compartir tu vida con alguien que fue Hermano Marista, etc. Y otra vez nos faltó tiempo.

Volvió al frente el H. Provincial para compartir algunas noticias del Instituto, de la Provincia, alguna inquietud; la posibilidad por ejemplo de que el próximo año la reunión fuera en Los Cóbanos…; se terminó la reunión con el canto de la Salve y de ahí fuimos a compartir la comida y una buena sobremesa.

Llegaron hermanos de varias comunidades y era hermoso ver a hermanos encontrarse con ex hermanos con los que habían convivido momentos importantes y a veces difíciles en algún momento de su vida y la alegría de encontrarse.

No hay duda: dejamos de ser hermanos, pero jamás dejaremos de ser Maristas.

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Leonel de León Valdés

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