8 de abril de 2013 MéXICO

?Donde haya un hermano allí tengo yo mi casa??

Del 18 al 22 de Marzo nos reunimos en la ciudad de Guadalajara (México) la Comisión internacional para la Revitalización del Movimiento Champagnat de la Familia Marista. Esta comisión está formada por 8 maristas (seis laicos y dos hermanos): Ana Sarrate (Provincia Ibérica, Coordinadora de la comisión), Patricia Ríos (Provincia México Occidental), Agnes Reyes (Provincia East Asía), Edison Jardim De Oliveira (Provincia Rio Grande do Sul), H. Adalberto Amaral (Provincia Brasil Centro-Norte), H. Javier Espinosa (Director del Secretariado de Laicos), Alfredo García (Provincia Mediterránea) y Michel Beaulac (Canadá).

Desde el primer momento experimentamos la cálida acogida de hermanos y laicos de la provincia de México Occidental y vivimos, hecho realidad, aquel verso de la canción Familia Marista: “donde haya un hermano allí tengo yo mi casa…”.

La tarea a la que nos enfrentábamos no era fácil: recoger las respuestas del cuestionario enviado, en la primera etapa del proceso, a todo los lugares del mundo marista donde está presente el Movimiento y desde ahí, partiendo de la realidad, buscar claves para la revitalización. Se trabajó con datos recogidos de 156 fraternidades y de algunos otros lugares donde el Movimiento no está presente.

Con las síntesis de las respuestas recogidas, se elaboró una propuesta de trabajo, que nuevamente se enviará a las fraternidades para que concreten, expliciten y hagan aportaciones.  Deseamos que este material sea motivador y genere esperanza.

La experiencia vivida por los miembros de la comisión, ha sido de comunidad marista reunida, literalmente, en torno a una misma mesa. Ha intentado recoger y dar respuesta al sentir de las fraternidades del mundo marista. Se ha puesto encima de la mesa mucha vida, toda la que viene de la riqueza y diversidad de nuestras fraternidades. Se ha dialogado, consensuado, muchas veces reído… Pero por encima de todo, hemos sentido la presencia del Espíritu entre nosotros, que ha superado las diferencias culturales, de idioma, de formas de entender y hacer. Y nos ha unido el mismo llamado a construir el Reino de Dios con color marista.

Cada tarde nos juntábamos en la acogedora capilla del CEPAM y con un intenso sentido comunitario poníamos en manos de la Buena Madre la vida de todos los maristas de Champagnat. En las comidas, en los ratos de limpieza de la vajilla, en las bromas, en los descansos, en las conversaciones… hemos vivido un fuerte espíritu de familia.

Estamos contentos del trabajo realizado y afrontamos con esperanza las nuevas etapas de este proceso. Nos situamos con fe ante la tarea de animar la revitalización del Movimiento Champagnat y con san Marcelino y todos los maristas del mundo decimos a María: “esta es tu obra”.
Revitalización del Movimiento Champagnat

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Alfredo García

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