
Ecos de una reunión intercomunitaria
Los pasados días, sábado 24 y domingo 25 de septiembre, las comunidades de Cuba tuvimos nuestro encuentro intercomunitario semestral en Cienfuegos, con la presencia del H. Hipólito nuestro Provincial. Estuvimos presentes los hermanos: Salvador, Efraín, Rodrigo, Héctor, Germán, Carlos y el postulante: Mario. Tuvimos muy presentes a los hermanos Jesús Bayo que en este momento se encuentra en España, atendiendo a sus papás ancianos y a Yoandy González que cursa su primer año de Escolasticado en Guatemala. Nos dio especial gusto compartir con Rodrigo Cuesta y Germán Chaves, recién desembarcados en la isla; el primero viene de España, donde participó en el año de espiritualidad y el segundo de nuestra misión de Argelia.La vida marista en Cuba hace parte de un universo más amplio que es la vida religiosa que camina en la isla y por lo tanto participa de sus mismas características y rasgos. Es una vida religiosa sin instituciones, muy inserta en las Iglesias particulares y con un fuerte acento intercongregacional. Vivimos un momento en que las congregaciones de carisma educativo, desean acompañar con discreción y cercanía a los niños y a los jóvenes por medio de programas sistemáticos desescolarizados que promuevan en ellos el crecimiento integral y la maduración cristiana: deporte, guitarras, teatro, danza, repaso escolar, talleres de inglés, computación, catequesis, infancia misionera, misiones, jornadas… Buscamos hacer presente este mismo carisma educativo en proyectos de formación de misioneros, de educadores, de animadores y asesores de jóvenes, de voluntarios de la pastoral social, de catequistas.En nuestro caminar como vida religiosa cubana hemos identificado tres polaridades o síntesis integradoras que marcan nuestra espiritualidad. La mística-ascética, la profecía-sabiduría, la germinalidad-utopía. La primera síntesis integradora es la mística-ascética. Nos sentimos llamados a descubrir a Dios, que se nos hace transparente en la vida diaria, por medio de una espiritualidad de ?ojos abiertos? que en los gestos cotidianos de fe, solidaridad, reconciliación y otros, nos manifiesta su misericordia, providencia y amor. También nos esforzamos por gozar de silencios de calidad, de eucaristías comunitarias domésticas, de momentos de oración y adoración que denominamos espiritualidad de ?ojos cerrados?. Esta experiencia de Dios queremos equilibrarla con una ascesis que en lo áspero y sorpresivo de la vida diaria encuentra oportunidades de cultivar la disponibilidad para Dios. Intentamos huir del complejo de agobio, de la queja recurrente y amar y abrazar la realidad. La profecía y la sabiduría es la segunda síntesis integradora que nos orienta. Hay muchas maneras de vivir la profecía, el ?quedarse y callarse?, es una. El intentar sembrar esperanza desde lo pequeño también puede ser profético. La sabiduría nos invita a esperar la hora de Dios, a tolerar, a perseverar, a avivar el sentido del buen humor.La germinalidad y la utopía es el tercer faro que nos guía como vida religiosa. No vivimos tiempos de cosecha sino de siembra, lo gradual, lo anónimo, lo poco, cobran una significación especial. Pero tampoco deseamos sucumbir al conformismo y a quedarnos con los brazos cruzados, nos esforzamos por vislumbrar el horizonte de mediano y largo plazo factible: el siguiente paso que hoy podemos dar. Paso corto y mirada larga. Así es como deseamos contribuir a la construcción del Reino.Pedimos al Señor que nos ayude a vivir las llamadas de nuestro último Capítulo general y a descubrir las nuevas formas de ser hermano desde esta realidad verde, bullanguera, caribeña y tropical. El lema que la CLAR ha elegido últimamente para inspirar el caminar de los religiosos nos desafía: ?Escuchemos a Dios donde la vida clama?. Muchas gracias hermana, hermano, amiga, amigo por tu oración, por esta porción de Iglesia y de Congregación que camina en la Perla del Caribe. Recibe asimismo nuestro saludo fraterno. ________________H. Carlos Martínez Lavín