H. Ernesto, Superior general, habla sobre la Sesión Plenaria del Consejo General
En la casa general, desde el mes de marzo, las dos comunidades hemos vivido un período de confinamiento en ambiente fraterno y creativo. Nos encontramos en Roma todos los hermanos del Consejo general y, durante el mes de junio, hemos llevado a cabo cuatro semanas de sesiones plenarias.
Nos hemos dedicado a reflexionar, a partir de la propia experiencia y los propios aprendizajes, considerando y acogiendo lo que vamos escuchando de las Provincias y Distritos. Creemos que es un momento en que quizá surgen más preguntas que respuestas. Es importante tener un espacio para discernir, sin la pretensión de querer resolver todo con inmediatez. Nos hemos preguntado: ¿Qué elementos emergen con relación al servicio de animación y gobierno del Consejo general (y de la Administración general)? ¿Qué aspectos podríamos tener en cuenta los próximos meses con relación al acompañamiento de las Unidades Administrativas? ¿Cuál es nuestro papel en esta nueva situación? ¿Qué áreas del Instituto necesitan mayor atención? ¿Qué aspectos han sido impactados con relación al Plan Estratégico y qué debemos alentar para el futuro? ¿Qué significa vivir el liderazgo profético y servidor en este nuevo contexto?
Hemos compartido entre nosotros como Consejo y también con los diversos Secretariados. Intentamos realizarlo en ambiente de oración y discernimiento, muy convencidos de que esta no es nuestra obra, sino obra de Dios y de María. Es un tema de reflexión que continúa y le daremos espacio durante la próxima plenaria del mes de septiembre. En octubre podremos compartir los principales puntos que visualizamos para la animación de los próximos años, esperando que para ese momento se encuentre mejor la situación de la pandemia.
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H. Ernesto Sánchez, Superior general – Carta a los provinciales, 7 de julio 2020