El H. Valdícer Fachi concluye su servicio al Instituto en la Administración General
El H. Valdícer Fachi, de la Provincia Brasil Sul-Amazônia, regresó a su Provincia el 7 de agosto, tras concluir su servicio en el Instituto, primero como director del Departamento de Colaboración para la Misión Internacional (CMI), de enero de 2018 a enero de 2024, y, durante los últimos seis meses, como director adjunto del Secretariado de Solidaridad-Cmi. A partir de septiembre, lo reemplazará el Hermano Diego Zawadzky, de la Provincia Norandina.
Al final de su trayectoria, de más de seis años, el H. Fachi comparte su experiencia en el relato que publicamos a continuación.
Concluye mi estancia en Roma
Cuando estaba en Lábrea, Amazonas, en julio de 2017, en un encuentro de los Hermanos de la Región Amazónica, el entonces Provincial, el H. Ignacio Etges, me informó de la llegada de una carta de invitación del H. Emili Turu, otrora Superior General. En aquel momento, no sabía qué pensar ni cómo responder. En los días siguientes, hablando con un amigo, le oí decir: “La oferta que recibes tiene tu cara. Ve, pero cuando llegues a Roma, no te olvides de quemas los barcos” (no des vuelta atrás). Tras unos días de discernimiento, dije sí a la invitación de ser Director del Secretariado de CMI: Colaboración para la Misión Internacional.
El 30 de enero de 2018 llegué a la Casa General de Roma. Todavía podía ver a lo lejos el humo de los barcos en llamas. Ese fue el momento de sentirme en casa en un nuevo continente. Poco a poco, me di cuenta de mi nuevo horizonte de misión y de los retos que tenía por delante. Hoy, después de seis años y medio sirviendo al Instituto en la Administración General, me gustaría destacar el camino recorrido. Y lo hago destacando dos experiencias significativas: la vida en una Comunidad Internacional e Intercultural y la vida de misión como agente secundario en la misión de Dios y cómplice del Espíritu.
1. Una Comunidad Internacional e Intercultural
Un elemento central del tiempo pasado en la Casa General ha sido vivir en una comunidad internacional e intercultural, valorando la riqueza de la diversidad de personalidades y culturas (cf. RV 82). Aquí aprendemos cada día en el encuentro con el otro, crecemos con las diferencias y ampliamos nuestro horizonte de visión. Me doy cuenta de que la “comunidad es el lugar más cercano, donde vivimos y crecemos en el amor universal con el que estamos comprometidos” (C 20). Claro que, esto requiere apertura y dedicación cotidiana.
Creo que la primera misión que tenemos es ser y formar comunidad. Desde la experiencia de la vida comunitaria, vamos a la misión. En este sentido, estamos llamados a hacer visible el espíritu de familia cultivando la apertura y la disponibilidad, tanto en la comunidad como en la misión (cf. RV 55).
Otro aspecto que valoro mucho es la apertura de la comunidad a Hermanos, laicos, familiares y otros visitantes. La Casa General es la casa madre, abierta y acogedora. Por aquí han pasado y pasan muchas personas de todo el mundo, por diferentes motivos, ya sea reuniones, programas de formación, visitas, turismo, etc.
También me gustaría destacar las lecciones aprendidas y las experiencias vividas durante la pandemia. La COVID-19 llegó lenta y sigilosamente, sin pedir permiso, y se manisfestó. Recuerdo tres lecciones diferentes:
- La ocupación saludable del tiempo durante el periodo inicial de la pandemia, dado que era imposible salir de casa. Como comunidad, cultivamos el espíritu de familia y el trabajo manual. Sin duda, este tiempo ayudó a fortalecer y consolidar el espíritu comunitario.
- El cultivo del silencio creativo durante los 72 días de cuarentena en diferentes momentos.
- La creatividad en la misión mediante el uso de herramientas digitales y la redacción de documentos básicos para la misión. En mi opinión, se ha producido un salto visible en la calidad de vida de la comunidad desde el periodo de prepandemia hasta el periodo de pospandemia.
En resumen, tener una comunidad como “refugio seguro” para la comodidad, el crecimiento personal, el cultivo de la espiritualidad y la amistad son elementos fundamentales que valoro mucho. Gracias a los maravillosos compañeros de comunidad que he tenido a lo largo de los años.
2. Agente secundario en la misión de Dios y cómplice del Espíritu
Como lo mencioné arriba, llegué a Roma a finales de enero de 2018, para trabajar en el Secretariado CMI (Colaboración para la Misión Internacional) con la Administración General de la Casa General. Inicialmente, tuve el privilegio de pasar por un periodo de perfeccionamiento de la lengua inglesa en Irlanda, y pasé un tiempo de transición con el entonces director, el H. Chris Wills, de quien aprendí mucho y estoy muy agradecido.
Al terminar este tiempo, llegó la hora de “arremangarse las mangas” sabiendo que “… somos partícipes y compañeros en la realización de la misión de Dios” (C.13) y que para ofrecer un servicio a la misión de Dios, sólo hay que ponerse el delantal… (cf. RV 70).
Con motivo de la elaboración del Plan Estratégico de la Administración General en el 2018, CMI pasó de Secretariado a Departamento con carácter transversal, que integra en el Área de Vida Marista los secretariados “Hermanos Hoy” y “Laicos”, y en el Área de Misión, los secretariados de “Educación y Evangelización”, “Solidaridad” y FMSI. CMI tiene como objetivo promover una mejor comprensión y valoración de la internacionalidad y de la vida intercultural, al vivir la globalización de forma alternativa y cultivar la disponibilidad global para la vida y la misión marista. Por esa razón, acompaña y coordina el Voluntariado Marista, las Comunidades Internacionales para un Nuevo Comienzo: Lavalla200>, el Proyecto Fratelli, la Iniciativa de Solidaridad para Sudán del Sur, entre otros. Todos estos son proyectos e iniciativas nuevas en el Instituto y nos invitan a mirar más allá. La palabra clave es la dimensión Inter: intercongregacional, internacional, intercultural, intergeneracional, interreligiosa.
A continuación, destaco algunas de estas iniciativas.
2.1. Voluntariado marista
Coordinar el Voluntariado Marista encanta y desafía al mismo tiempo. Me explico:
Estamos encantados de ver a tantas personas donando su tiempo y talentos como voluntarios de diferentes maneras, para construir solidaridad, transformándose y ayudando a transformar vidas. Nos encanta ver cómo las comunidades maristas y otras organizaciones abren sus puertas para acoger a los voluntarios y, juntos, hacen un camino de crecimiento y construcción. Estamos encantados de ver el apoyo de las Provincias y el compromiso de los Coordinadores Provinciales del Voluntariado (CPVs). A través del Voluntariado, nos alegramos de desarrollar la fraternidad mediante la experiencia comunitaria, una espiritualidad que brota del corazón, y un servicio solidario desde la perspectiva de los derechos y el empoderamiento de los voluntarios y de los beneficiarios de la misión.
Nos desafía a darnos cuenta de tantas realidades emergentes que están pidiendo a gritos una presencia marista, la falta de recursos y de mayor inversión en las personas o la falta de formación para la solidaridad, desafía a las comunidades que muchas veces están envejecidas o no están abiertas a recibir voluntarios. Sin embargo, tenemos muchas puertas abiertas y muchas posibilidades de crecimiento para fortalecer el voluntariado marista, que exigen una opción fuerte y decidida en el campo de la solidaridad.
Me da gusto volver a mi Provincia después de dejar creada y consolidada la Red Marista de Voluntariado. Se trata de un espacio para aunar esfuerzos en el ámbito del voluntariado (interprovincial e intraprovincial), compartir buenas prácticas, mejorar procesos y unificar lenguajes y metodologías, tanto para el envío como para la recepción de voluntarios. También me complace el lanzamiento de la Marca del Voluntariado (logotipo), la guía actualizada y orientadora de la misión de los CPV, la guía para el voluntario y el nuevo sistema de gestión del voluntariado: NEXUS.
2.2. Proyecto Fratelli
Fratelli es una iniciativa intercongregacional que nace del deseo de vivir una fe y un compromiso común de fraternidad, compartiendo vida y misión, entre los hermanos Maristas y Lasallistas. Nos ha permitido (y nos permite) superar la autoreferencialidad y vivir la cultura del encuentro tan deseada por el Papa Francisco. De hecho, Fratelli es más que una iniciativa. Es una experiencia de fraternidad donde, en una comunidad formada por hermanos y voluntarios, se comparte sueños de vida y misión.
Como miembro del Consejo Fratelli, puedo decir, y estoy convencido de ello, que Fratelli es un regalo de Dios para descubrir juntos su voluntad en este momento histórico que estamos viviendo. Nos hace salir de la comodidad de nuestra “propia tierra”, personal e institucional, y nos empuja a caminar junto a los migrantes que van más allá de las fronteras de su “propia tierra”, en busca de una vida más justa, más digna y humana. Me refiero aquí a los migrantes de Irak, Siria y Palestina que viven en el Líbano y a los migrantes venezolanos y colombianos retornados de Venezuela que se establecen en Maicao, Colombia.
Fratelli me hizo dar cuenta de que, así como Marcelino Champagnat y Juan Bautista de La Salle lucharon creativamente por sus sueños de construir un mundo más fraterno, hoy estamos invitados a construir y a vivir sueños compartidos y a ser instrumentos de Dios en la construcción de un mundo más justo y humano. Para lograrlo, de manera colaborativa, debemos pasar de un mapa de una Iglesia y una sociedad fragmentadas a un mapa de ‘Fratelli Tutti’”, con el compromiso de conocernos, de desarrollar una cultura del diálogo, de mutua colaboración y la construcción de comunidades abiertas, inclusivas y comprometidas.
2.3. Comunidades internacionales para un nuevo comienzo, LaValla200>
Como sabemos, estas comunidades son una iniciativa del Instituto, asumidas por las Regiones. Promueven la disponibilidad global, la interculturalidad, la presencia significativa y evangelizadora entre niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad, el énfasis en la espiritualidad del corazón y la construcción de una Iglesia de rostro mariano. Hermanos y laicos, siguiendo diferentes caminos vocacionales, comparten y disciernen servicios, decisiones y liderazgo en comunidad, en corresponsabilidad. Para ello, vamos más allá de las fronteras geográficas o provinciales, valorando la diversidad, la interdependencia, integrados en el contexto social, insertos en la Iglesia local, y somos enviados a una misión que promueve la cultura del encuentro.
Desde que llegué a Roma, colaboré progresivamente con la Coordinación de las Comunidades de Lavalla200>. Ésta, al igual que otras iniciativas, está aún en sus inicios y no dejamos de aprender de ella. Hoy, en un total de cinco comunidades (Siracusa – Italia, Mount Druitt – Australia, Lilongwe – Malawi, Holguín – Cuba, Tabatinga – Brasil). Estoy convencido de que es posible que Hermanos y Laicos compartan vida y misión, y que estas comunidades, nuevas en el Instituto y la Iglesia, jueguen un papel profético dentro del Instituto y la sociedad. Sin duda, para que esto ocurra, es necesario seleccionar a los miembros, proporcionarles una formación específica y acompañarlos en todo el proceso.
Vivir internacional e interculturalmente no siempre es fácil. Se presenta como un desafio. En respuesta a ello, desde el inicio de esta iniciativa, la Administración General ha ofrecido cada año el Programa de Formación para las Comunidades Internacionales e Interculturales. Tuve el placer de colaborar en 4 programas (2018 a 2021) y coordinar 3 (2022 a 2024). Qué significativo fue para los participantes el proceso de discernimiento y crecimiento. Siempre me conmovió ver que, al final de los programas, Hermanos y Laicos se presentaban con una actitud de disponibilidad global, listos para ser enviados a diferentes lugares e iniciativas del Instituto. Esto es profético. Eso significa ser una familia global.
2.4. Solidaridad con Sudán del Sur
En respuesta a los obispos de Sudán del Sur, la Unión de Superiores Generales está presente, desde el 2018, en Sudán del Sur, el país más reciente del continente africano, y colabora de forma intercongregacional en la creación de una agricultura más sostenible, en la formación de profesores y personal sanitario, e iniciativas pastorales.
Como Instituto Marista, estamos presentes en este Proyecto intercongregacional. Desde el principio, contamos con Hermanos que comparten vida y misión en este territorio. Nos desafía en este proyecto, la necesidad de contar con más recursos humanos (Hermanos y Laicos) para responder a las necesidades de este pueblo. Y siempre en el horizonte está la necesidad de consolidar los procesos de paz en el país.
2.5. Apoyo al Distrito Marista de Asia
En colaboración con los consejeros de enlace y el Superior del Distrito Marista de Asia, ayudamos en la selección, formación y acompañamiento de Hermanos, Laicos y Voluntarios enviados al Distrito.
Es agradable ver cómo el Distrito avanza poco a poco hacia el crecimiento y la autonomía. Es encomiable el surgimiento de nuevas vocaciones locales y la forma en que los Hermanos están asumiendo áreas de misión y animando a las comunidades. Sin embargo, todavía necesitamos Hermanos, Misioneros Laicos y Voluntarios para apoyarlos y hacer camino, junto con el Distrito, en este momento de la historia.
2.6. Publicación de Competencias y destrezas para la interculturalidad y la Disponibilidad Global
Tuve la alegría de participar como Coordinador de esta publicación en respuesta al “Plan Estratégico de la Administración General de Animación, Liderazgo y Gobierno (2017-2025)”. Abarca la formación en Disponibilidad Global y Liderazgo Servicial en el contexto de sociedades interculturales, donde se requiere el desarrollo de habilidades sociales para el trabajo colaborativo.
Puedo decir que este documento, como construcción colectiva, no está acabado. Puede y debe adaptarse a diferentes realidades y contextos. Esperemos seguir preparándonos y adquiriendo las habilidades necesarias para la vida intercultural y la Disponibilidad Global, tan necesarias y relevantes hoy en día.
Concluyendo y volviendo a empezar
Al final de mi estancia en la Administración General, sólo puedo dar las gracias:
- Al Superior General, el H. Ernesto, y a su Consejo por la confianza depositada en mi persona. Regreso a la Provincia con la seguridad de haber cumplido mi misión.
- A mis compañeros de Vida en la Comunidad, un lugar para ser una familia.
- A los Hermanos y Laicos que trabajan en la Casa General, por los intercambios, la socialización y la construcción colaborativa y sinérgica en la misión de animación del Instituto.
- A las diversas Comisiones y Equipos en los que he tenido la oportunidad de participar. Quiero mencionar especialmente a la Comisión Internacional de Misión Marista y a la Comisión de Revisión del Documento de Misión Educativa Marista, entre otras.
- A la Red Marista de Voluntariado y a su Consejo Directivo por el hermoso camino construido de colaboración y trabajo sinérgico para la buena marcha del voluntariado marista.
- A la Provincia Marista Sul-Amazonia, que me permitió cumplir mi misión en la Administración General al servicio del Instituto.
- A todos los que, de un modo u otro, formaron parte de mi vida y contribuyeron a mi estancia en Roma, al servicio del Instituto.
A partir de ahora, comienza un nuevo viaje en la provincia de Sul-Amazonia. Es bueno volver y reconectar con mi gente y mi cultura. Sé que vuelvo a Brasil diferente de cuando me fui: me llevo el bagaje de seis años y medio de vida internacional e intercultural, me llevo la experiencia de construir puentes y conexiones en el mundo marista.
Deseo una fructífera misión a los Hermanos Diego Zawadzky y Ángel Medina, que continuarán el trabajo ya iniciado, una misión fructífera. Algunas semillas han sido sembradas, algunos árboles están dando frutos. Sólo nos queda cuidarlos. Y no olvidemos que la vida es dinámica: otras semillas están listas para ser sembradas.
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H. Valdicer Civa Fachi
Agosto de 2024