27 de diciembre de 2012 REP. DEM. DEL CONGO

El Niño Jesús, refugiado

Publicamos una carta recibida de la Comunidad marista de Bobandana que describe la situación de las familias y de los niños refugiados en la zona de Minova, República Democrática del Congo. FMSI apoya el programa que los Hermanos Marista están desarrollando para dar asistencia a ellos.

Una vez más, una parte de nuestro mundo donde la Navidad expresa lo contrario ya que la vida de los niños está amenazada. Una vez más, la decisión de los Hermanos maristas de intervenir en esta situación aparece como un signo de esperanza y de vida al lado de los niños y de sus familias.

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Queridos hermanos y hermanas:

Como sabéis, hace ya algunos meses que el este de la Rep. Dem. del Congo está inmersa en una guerra que causa muchas víctimas inocentes. Por desgracia, la situación no parece mejorar a pesar de los esfuerzos de los artífices de la paz. Es una situación muy compleja, pero nosotros contamos siempre con vuestras plegarias y vuestras donaciones para ayudar a este pueblo que soporta tantas desgracias de estas guerras injustas. Seguimos creyendo que Dios está con nosotros en nuestro apostolado en medio de este pueblo. Él no nos decepcionará.

Nosotros, Hermanos maristas de la comunidad de Bobandana, vivimos de cerca la situación junto con nuestros alumnos y nuestros profesores. Continuamos nuestro apostolado al lado de los jóvenes, pues representamos un signo de esperanza y de ánimo para muchos de ellos. Nuestro mensaje en medio de este pueblo constituye no solo un signo de esperanza sino también un testimonio elocuente al estar entre los pobres y necesitados. Pensamos que la restauración de una paz estable es aún posible en esta región, escenario desde hace más de diez años de batallas, de asesinatos, de saqueos y de violaciones. Sin embargo, todavía hoy no existe seguridad en nuestro ambiente; cada noche se registran casos de robo, de saqueos sistemáticos, de violaciones a jóvenes y a mujeres por elementos armados que nadie identifica con claridad. La guerra como tal no ha llegado aún hasta nosotros pero nuestro pueblo de Minova se ha convertido en lugar de refugio para todos los desplazados de los combates de ciudades como Goma, Sake y de muchas otras poblaciones de las planicies: Karuba, Bufamando, Masisi, Bishange, Bitonga y en general, de todo el conjunto de Muvunyi shanga. Más de 9000 familias de desplazados se encuentran en campos de refugio en Minova, en condiciones, por desgracia, deplorables. Esto contribuye a que la situación humanitaria sea complicada a pesar de los esfuerzos de algunas ONG que intentan prestar socorro.

La situación de los niños en los campos de refugiados es muy lamentable. Muchos de ellos están abandonados y ya no encuentran a sus padres. La pobreza y la miseria les exponen a enfermedades. La mayoría viven de la mendicidad o se pasan el día recogiendo pequeños objetos de los contenedores del mercado. Como nuestra escuela y nuestra comunidad se encuentran en el centro de Minova, estamos de forma continuada en contacto con estos centenares de niños pobres y no escolarizados que pasan el día vagabundeando en torno a la escuela y a la comunidad.

La presencia de estos niños casi abandonados a su propia desgracia es una llamada fuerte para nosotros Hermanos maristas. Sintiéndonos pues intensamente interpelados por su desgraciada situación, nuestra comunidad piensa ocuparse  de estos niños acogiéndolos en alguna estructura estable a fin de salvar sus vidas.

En los campos de refugiados no funciona ninguna escuela y los niños están dispersados por el campo. Todas las escuelas de primaria de los pueblos de donde provienen han sido destruidas o cerradas a causa de la inseguridad o de la huida de sus habitantes. Tal es el caso de la escuela de primaria Kinci del pueblo de Bufamando, cuya población está ahora en el campo de refugiados de Minova. La mayoría de alumnos y de profesores de esta escuela están en los campos de refugiados. Muchos padres desplazados de Bufamando nos han manifestado la necesidad de cuidar a estos niños o de asegurar la continuidad de su educación. Así pues, nuestra comunidad ha pensado en organizar con los profesores de la escuela Kinci un centro de acogida para los niños y asegurar la continuidad de su educación. La escuela podrá funcionar por las tardes en el edificio e instalaciones de nuestra escuela Instituto St. Charles Lwanga. De este modo, trabajando con los profesores desplazados de la escuela Kinci, la comunidad de los Hermanos maristas de Bobandana podrá reagrupar a todos los niños sin escuela de los campos, proporcionándoles un mismo ambiente educativo del que se benefician los demás alumnos de nuestro Centro.

Siendo Minova nuestro campo de apostolado, nosotros, Hermanos de Bobandana, no podemos permanecer indiferentes a esta desgracia que golpea con fuerza a las familias y a los niños. Por eso, nos sentimos llamados a actuar directamente en esta población de refugiados acogiendo a tantos niños y jóvenes desplazados y desesperados. Esta iniciativa nos exige una respuesta bastante urgente. Pedimos pues a toda persona de buena voluntad que colabore con nosotros para ayudar a estos niños inocentes que sufren y que están abandonados a su triste destino.

De antemano, os testimoniamos nuestro más profundo agradecimiento por la ayuda que queráis dar para estos niños pobres e inocentes.

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En nombre de la Comunidad de los Hermanos maristas de Bobandana:
Hermano Richard Kabwika, Administrador de la comunidad.

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