12 de octubre de 2012 ITALIA

En el atardecer de la vida nos examinarán sobre el amor

Nuestra gratitud se eleva a Dios, al Instituto, a nuestras Provincias y Comunidades por permitirnos vivir este momento de gracia que es el curso para hermanos de la Tercera Edad. Somos veinticuatro los hermanos venidos de once Provincias diferentes: Compostela, Mediterránea, Ibérica, Hermitage, Cruz del Sur, Norandina, Centroamérica, Canadá, Santa María de los Andes, Río Grande do Sul, España Marianista. Nuestro equipo animador está constituido por los hermanos Inocencio Martínez, José Feix y Anthony Hunt. La casona de Manziana nos ha ofrecido sus cómodas instalaciones y acogedoras áreas verdes. Nuestras edades oscilan entre los sesenta y seis y los ochenta y un años.

Iniciamos nuestras actividades el 8 de agosto y concluimos el 7 de octubre. Previamente al arranque del curso habíamos recibido tres comunicaciones que prepararon nuestro ánimo con informaciones prácticas y reflexiones motivadoras que nos ayudaron a llegar con un corazón abierto.

Puedo comentar que la temática ha sido provechosa, el ritmo sosegado, la oración viva, las liturgias ricas, los ponentes preparados, los paseos numerosos y atractivos, el clima benigno, el grupo maravilloso… ¡qué más podemos desear!

He aquí una síntesis de los principales núcleos temáticos que hemos abordado. Tercera edad: (psicología y antropología del hermano mayor, cuidado de la salud, los ancianos en la Biblia). Vida Religiosa: (oración, seguimiento de Cristo, mi historia sagrada de salvación). Espiritualidad Marista: (con María salgan hacia nuevas tierras, laicos y hermanos viviendo el mismo carisma, agua de la roca).

Las mañanas de los domingos las dedicamos a compartir la vida de nuestras Provincias, concluíamos este tiempo con un momento festivo y fraterno. ¡Qué gratificante es sentirse estimulado por la calidad de la vitalidad marista de otras latitudes y confrontado por otras iniciativas apostólicas y estilos de vida!

La audiencia papal, nos ofreció la oportunidad de experimentar la universalidad de la Iglesia reunida en la plaza de San Pedro y de escuchar la palabra del Papa. El contacto con nuestro hermano Superior General y tres de los Consejeros Generales nos ha estimulado y ha actualizado nuestra visión del Instituto. Un momento particularmente interpelador fue la semana que pasamos en el Hermitage recuperando nuestra memoria histórica y recorriendo los lugares donde nació nuestro Instituto ¡Qué generoso fue el Espíritu al regalarnos a Marcelino y a nuestros primeros hermanos como fundadores!

Ha sido una magnífica oportunidad para contemplar las huellas de Dios en nuestra historia, para agradecerle su amorosa providencia, para asumir constructivamente tropezones y vulnerabilidades, para escuchar nuevos llamados. Nos sabemos bastante limitados, pero aún así deseamos acompañar las respuestas de fidelidad creativa que los nuevos tiempos reclaman. Queremos continuar buscando el rostro de nuestro buen Padre Dios, queremos vivir los pocos o muchos años que aún nos quedan con vocación de arco iris. Pedimos a María y a Marcelino que nos hagan el regalo de acercarnos al punto omega, el del gran encuentro que transformará el tiempo en eternidad, con ojos llenos de futuro.

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H. Carlos Martínez Lavín

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