Experiencia comunitaria con jóvenes maristas
La comunidad marista de Granada ha acogido, durante una semana, a un grupo de jóvenes y aquí tenéis la crónica del final de la experiencia, preparada por el H. Samuel Gómez Ñíguez, coordinador de la animación vocacional en Maristas Mediterránea, y miembro de la comunidad de Granada.
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Sexto día: final de nuestra experiencia comunitaria con jóvenes maristas. Como no podía ser de otra manera, el tema que motivó nuestra oración fue el amor a María. El ambiente se percibía de incómoda alegría, pues después de todos estos días de cariñosa convivencia se acercaba irremediablemente el final. La comida ha sido muy divertida, pues en ella nuestros invitados, llenos de espontaneidad, analizaban los días pasados y bromeaban con lo que habían llegado a imaginarse sobre cómo era la vida de la comunidad antes de empezar esta experiencia. Es una pena que los jóvenes maristas no conozcan cómo somos y cómo vivimos los Hermanos. Es una pena que las comunidades religiosas no conozcamos la vida e inquietudes de nuestros jóvenes catequistas. Es triste y poco evangélico: no nos valoramos lo suficiente. Dónde llega nuestra confianza, nuestra presencia entre los niños y jóvenes y nuestra inquietud por acompañarles en su crecimiento?
Una conclusión simple pero grande a la vez: la experiencia nos enriquece a todos, jóvenes y Hermanos, nos ayuda a vivir con intensidad este tiempo de Adviento, y abre nuestros ojos a otro modo de ser Hermano y otro modo de ser y sentirnos FAMILIA MARISTA. Así lo hemos celebrado al final de la tarde, compartiendo con toda la Familia Marista de Granada una eucaristía llena de alegría y acción de gracias. Os dejo unas fotos del momento en que nuestros jóvenes nos agradecían la vivencia compartida en estos días. Emocionantes sus palabras. Se van llenos, y nos quedamos más llenos todavía.
Gracias, María, por este precioso regalo: los ciegos vemos, los cojos andamos y se nos ha mostrado a todos la Buena Noticia del Reino (Mt 11,5).