12 de junio de 2017 PORTUGAL

Experiencia Marista en Fátima

Un grupo de 50 personas de la Familia Marista- Portugal se ha reunido en Fátima los días 2 e 3 de junio con un doble objetivo: 1) reflexionar sobre las tendencias del Instituto cuando se acerca el XXII Capítulo general a ser celebrado en septiembre-octubre en Colombia; 2) compartir la experiencia de 50 años de Vida Religiosa del grupo de 1966, del entonces Noviciado Internacional de Bairo. Estaban presentes Hermanos de Italia, de Suiza y de Portugal. Meses antes había fallecido un Hermano irlandés que ya se había inscrito en este encuentro.

Sobre el primer punto el diálogo se ha dado en torno a CUATRO desafíos que ya se viven en el Instituto, pero pueden ser profundizados:

1) un Instituto llamado a formar sus miembros, Hermanos y Laicos, de modo que sean expertos en la Evangelización, en la defensa y en la promoción de los derechos de los niños y los jóvenes;

2) un Instituto llamado a cultivar cada vez más una dimensión internacional en su modo de pensar y actuar; de paso se hacía referencia al segundo grupo que en San Martino a Monte (Italia) se prepara para crear y consolidar las Nuevas Comunidades Internacionales;

3) un Instituto que acoge a los Laicos maristas de Champagnat como parte integrante del mismo; también de paso se ha hecho referencia al documento a ser presentado al Capítulo, SER LAICO MARISTA, a partir del cual se pueden esperar orientaciones más concretas sobre la pertenencia y el compromiso de los Laicos/as en el Instituto;

4) un Instituto capaz de construir una nueva fraternidad donde todos nos sintamos PROFETAS Y MÍSTICOS EN COMUNIÓN; en este punto se subrayaba al mismo tiempo la apertura a nuevos campos de misión, en especial en las “periferias geográficas e existenciales” para usar el lenguaje del Papa Francisco repetido en algunos mensajes del Hermano Emili; se subrayaba también la necesidad de una Espiritualidad clara para o nuestro tipo de apostolado – algunos principios de esa Espiritualidad están claramente definidos en Agua de la Rocha; y se subrayaba aun la necesidad de trabajar en conjunto con otras fuerzas eclesiales (Congregaciones u grupos de Laicos) para reforzar la comunión en la Iglesia, para descubrir las nuevas intuiciones que los nuevos tiempos nos traen y hasta una mayor eficacia en el apostolado.

En relación al segundo punto – la celebración de las Bodas de Oro del grupo de Bairo de 1966 –   el celebrante de la Eucaristía (un antiguo Hermano) subrayó dos aspectos a partir de la Liturgia.

El primer aspecto venía del Evangelio leído: JUAN TOMA MARÍA EN SU CASA. No se trata apenas del espacio físico. El sentido de la palabra casa puede y debe ser más amplio: María al estar en “mi casa” actúa en el sentido de que mis actitudes sean las actitudes de María; mi modo de ser se inspira en el modo de ser de María; mi corazón y mi mente “copian” los de María. Entonces estamos en el mejor de los caminos para responder a lo que el Hermano Emili propone a todos los Maristas de Champagnat: ser en el mundo de hoy el ROSTRO MARIANO DE LA IGLESIA.

El segundo aspecto venía de la lectura de los Hechos de los Apóstoles: ESTABAN REUNIDOS CON MARÍA EN ORACIÓN. Después de esa comunión en la oración partirían en misión. Y el celebrante concluía: ESPIRITUALIDAD Y MISIÓN están profundamente conectadas. María es un buen ejemplo de equilibrio de eses dos aspectos: la espiritualidad de la Anunciación conduce María a la misión de la Visitación. Se Maria es nuestro modelo nosotros seremos cada vez más personas que viven la Espiritualidad (marista), sin dejar de ser apóstoles profundamente comprometidos en nuestra Misión. 

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