26 de abril de 2020 CUBA

Experiencia misionera en la Comunidad Lavalla200> Holguín

La comunidad del Proyecto Lavalla200> de Holguín, en Cuba, fue abierta en 2019 y se encuentra en el sureste del país, ciudad situada a unos 700 km de La Habana o a 500 km de la presencia marista más cercana que se encuentra en Cienfuegos. Forman parte de la comunidad los Hermanos Jong Acosta (East Asia), Jorge Gaio (Brasil Centro-Sul), y el matrimonio Ricardo Miño Barreno y Sylvia Margarita Pérez (Santa María de los Andes).

Reproducimos aquí una carta enviad recientemente por los miembros de la comunidad.

Estimados Maristas de Champagnat:

Reciban desde esta hermosa tierra caribeña, un caluroso saludo. Nos alegra poder comunicarnos con ustedes en este tiempo cuaresmal, tiempo de reflexión, conversión y oración. Nos encontramos ante la pandemia del coronavirus, donde nos damos cuenta que, ante la adversidad, el ser humano reconoce su pequeñez e, incluso, también la incapacidad de “querer y no poder”. Tal vez sea ocasión de reconocer al Señor interiormente y convertirnos cada vez más, y mejor, a Él. Estos días lo vivimos “quedándonos en casa”.

La comunidad “Montagne” continúa en la tarea de construir fraternidad, es decir llegar a ser hermana/os en este espacio, donde nos sentimos llamados a vivir juntos en respeto, solidaridad y libertad. Donde el Espíritu de Jesús nos anima cada día. Llegamos de realidades distintas, un filipino, un brasileño y dos ecuatorianos con media vida en Bolivia. Maristas hermanos y laicos viviendo la interculturalidad y la internacionalidad para un nuevo comienzo, lo vemos como una hermosa oportunidad y desde ahí, como un don y una tarea. En el inicio del año, realizamos una evaluación comunitaria y replanteamos el Plan de vida comunitaria, así como ajustamos las iniciativas y frentes de misión.

Sentimos que nuestra comunidad es un misterio al que tenemos que contemplar y acoger con un corazón lleno de reconocimiento y fe. Tiene mucho de humano y divino: fragilidades y fortalezas, así como de alegría, creatividad y esperanza. Como comunidad abierta, nos comprometemos con aquellos que están en las periferias de la vida, para volver luego y ponerlos en nuestra reflexión y plegarias. La oración personal y comunitaria ha sido siempre una experiencia de estar con y en el Señor, para que Él pueda orar en nosotros, y entre las distracciones y las fatigas, pueda invadir nuestra vida, confortarla, guiarla y hacer que toda nuestra existencia le pertenezca siempre.

Después de las vacaciones de enero, volvimos con mucho entusiasmo a continuar con la misión. En las zonas periféricas donde trabajamos: La Colorada, Cacocum, Cristino Naranjo, Las Juanitas y Limpio Chiquito, hay niños, adolescentes y jóvenes en situación de riesgo personal y social; para ellos, promovemos actividades socioculturales: instrumentos musicales, coro, danza y teatro, después de las labores escolares. Ya hemos realizado en varias parroquias pequeños conciertos de animación misionera. Es una experiencia enriquecedora para los niños de los talleres. También promovemos actividades en espacios deportivos, potenciando los grupos existentes y generando nuevos, vinculados o no con las comunidades eclesiales. Promovemos el protagonismo, el uso del tiempo libre, la prevención de vicios, el desarrollo físico y el trabajo en equipo.

Apoyamos la Comisión Diocesana de Adolescentes, juveniles y juventudes que está compuesta por jóvenes y asesores de distintas congregaciones religiosas que colaboran en la formación, animación y acompañamiento de los grupos que fortalecen los vínculos humanos, la elaboración del proyecto de vida y el seguimiento personal y comunitario con Jesucristo, promoviendo espacios de espiritualidad y de comunión, colocándose al servicio y practicando el testimonio en la vida cotidiana, con la finalidad de realizar el anuncio del Evangelio, por medio de encuentros, retiros, subsidios, vigilias, caminatas y misiones.

También colaboramos en la Comisión Diocesana de Misiones, potenciando la infancia y adolescencia misionera: formación de animadores, subsidios y encuentros. Apoyamos también la animación de las asambleas diocesanas. Buscamos favorecer la pastoral de conjunto, la dinamización eclesial, la formación laical, la espiritualidad, el protagonismo y el compromiso evangelizador en la Iglesia y en la sociedad.

En este momento estamos realizando un diagnóstico focalizado con los emprendimientos existentes para realizar servicios de capacitación y asesoramiento para las iniciativas económicas en sintonía con los programas ya existentes en otras diócesis. También se está desarrollando un grupo de economía solidaria para elaboración y comercialización de artesanías, compuesto por jóvenes adultos.

Tuvimos la oportunidad de compartir la vida con los Hnos. Jeff y Fachi, que nos ayudaron a vivenciar la fraternidad, construyendo espacios de comunión. Tomamos conciencia del proyecto que nos toca vivir en este momento histórico, siendo resilientes, promoviendo el diálogo y el buen humor. También nos visitó el H. Manuel, administrador de la Provincia de América Central. Gracias por el acompañamiento y cercanía.

El H. Jong Acosta ha terminado su tiempo en el Programa Lavalla200> y pronto retornará a su Provincia de origen, cuando esto sea posible. Como comunidad agradecemos a Dios y a él su presencia entre nosotros. Compartir la vida todo este tiempo, nos ha enriquecido a todos. Le deseamos lo mejor en la nueva etapa que comienza.

Unidos en Jesús, María y Champagnat

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Jorge Gaio, Jong Acosta, Sylvia Pérez y Ricardo Miño

Comunidad “Montagne” Lavalla200> Holguín, Cuba

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