Formación Marista en África para un nuevo comienzo
La celebración inaugural del Encuentro africano marista de formación inicial implicaba a los hermanos de cada una de las cinco unidades administrativas unidas al presentar el símbolo de su escudo y colocarlo debajo de un nido con tres huevos (representando la Espiritualidad, la Fraternidad y la Misión).
El gesto de depositar el escudo en el nido, seguido de un espacio de interiorización y diálogo, fue un momento vivido con mucha profundidad por todos los participantes. Fue un espacio para tomar conciencia del mensaje de que “ahora somos vulnerables y estamos preparados para ser cambiados por el otro”.
He aquí algunas expresiones que comparten algunos participantes como fruto de la experiencia de escucha profunda y diálogo fraterno vivido durante los ochos días del encuentro en Nairobi:
- Ha sido maravilloso encontrar a un grupo numeroso de hermanos africanos muy interesados en profundizar sobre la formación inicial marista. Había en el grupo mucha energía, escuchando y compartiendo sobre el “nuevo comienzo de la formación en África”, con un auténtico deseo de ofrecer una formación actualizada a la nueva realidad emergente.
- He vivido una experiencia muy enriquecedora que me invitó a compartir y expresar mis preguntas profundas en relación al proceso de formación inicial marista, sobre todo, en la realidad de nuestro continente.
- Este programa ha estado muy bien, además de necesario. Fui capaz de reflexionar sobre varias etapas de la formación inicial.
- Francamente ha sido una experiencia muy positiva. Ha sido un momento de renovación para mí y para mi mission.
- La experiencia ha resultado muy enriquecedora para mí, ya que era la primera reunión que yo vivía como formator en un contexto africano.
- Aprecio el trabajo del equipo de animación, el espíritu de evaluación, el modo de unirnos para dialogar sobre la formación marista en África y en nuestro Instituto.
- Han sido impresionantes los momentos de compartir y las presentaciones, todo muy bien planificado. Hemos ahondado en nuestra identidad como formadores, así como en el conocimiento de la realidad de los jóvenes con quienes trabajamos. He sido feliz compartiendo sobre las preocupaciones de los hermanos jóvenes en la formación.
- Realmente ha sido una experiencia fantástica, no hemos experimentado el problema económico. Será muy positivo organizar este tipo de encuentro cada 2 años o incluso casa uno.
- Mi experiencia ha sido muy positiva porque he aprendido como animar y acompañar a los jóvenes como un promotor de vocacional y asumir personalmente un compromise mayor con la Pastoral Vocacional.
- El encuentro ha sido enriquecedor: introspectivo, dinamizador, informativo y formativo para la formación en un nuevo comienzo. Sentí que esto tocó mi propia vocación
Conclusiones finales, en inglés – PDF