19 de diciembre de 2008 FRANCIA

Golpes de pico en el corazón de la roca

Hace unos días un gesto simbólico marcó el fin de la ?deconstrucción? y el principio de la reconstrucción, dos etapas clave en la transformación de la casa de Notre-Dame de LHermitage, cuna de los Hermanos maristas.

Mons. Dominique Lebrun, obispo de Saint-Étienne, y el H. Xavier Barceló, superior provincial, descargaron sendos golpes de pico en el corazón de la roca, en el mismo sitio donde, en 1824, Marcelino Champagnat decidió construir su obra. Efectivamente, desde principios de año, estos importantes trabajos, que culminarán dentro de doce meses, van a transformar el destino del lugar.

Más abierta al mundo, la casa de Notre-Dame de l?Hermitage, con una comunidad permanente de doce personas, se esforzará por convertirse en hogar para la acogida y la formación.

El H. Xavier Barceló subrayó la importancia de una apertura al futuro, pero sin perder de vista el aspecto histórico del lugar, ya que muchas cosas, como la habitación del P. Champagnat, recordarán su presencia. El Sr. Philippe Kizirian, alcalde, y Mons. Dominique Lebrun resaltaron, sucesivamente, la importancia de dicha transformación cuyo objetivo es proporcionar a ese lugar la proyección espiritual que le corresponde a lo largo y ancho del mundo.

El acto acabó con la presentación de los datos técnicos del proyecto, que fueron explicados por el arquitecto catalán Joan Puig-Pey. El Sr. Puig-Pey ha trabajado con sus colegas Jaume Pujol, Stéphane Roulleau e Yves Poncet.


Inicio de la reconstrucción de Notre Dame de l?Hermitage
Una casa al servicio de un proyecto espiritual

Monseñor,
Señor Alcalde de Saint Chamond
Señores Arquitectos y Técnicos
Señores informadores
Queridos hermanos:

Monseñor: Con gran gozo hemos asumido vuestra idea de juntarnos para señalar el final de la de-construcción de Notre Dame de l?Hermitage y el inicio de su rehabilitación. Muchas gracias, Monseñor, por vuestra sugerencia y sobre todo por vuestra presencia entre nosotros. Permítame asimismo, Sr. Alcalde, que me dirija a Vd. Hace algunos días, tuvo la deferencia de recibir a los Sres. arquitectos y a algunos hermanos con muestras de cordialidad y simpatía; encuentro en el que mostró con entusiasmo su deseo de estar presente con algunos de sus colaboradores.

Quiero expresar también mi agradecimiento a todos vosotros aquí presentes: arquitectos, jefes o técnicos, presidentes o representantes de Asociaciones ligadas a la vida de este lugar, sacerdotes, religiosas y hermanos. Sois testimonio de vuestro interés y simpatía por estar en este lugar que quiere ser el símbolo y la señal de una etapa concreta de esta renovación.
En este momento en el que comienza la reconstrucción, es normal que queráis conocer de algún modo la razón de una obra de tal envergadura. Deseamos haceros partícipes del sentido que el Instituto de los Hermanos Maristas da a este proyecto. Por otra parte, este es uno de los motivos de nuestra invitación.

Hagamos, ante todo, un poco de historia. Nuestro fundador, S. Marcelino Champagnat, originario de Marlhes, fue nombrado, a principios del siglo XIX, sacerdote-coadjutor de la Valla en Gier, lugar muy cercano. El tuvo la intuición de agrupar algunos jóvenes al servicio de la sociedad de su tiempo. Como la casa de La Valla resultaba demasiado pequeña y poco práctica, escogió este valle para alojar a su comunidad, cada día más numerosa. Con sus primeros compañeros y la ayuda de, al parecer, dos albañiles profesionales, construyó con sus manos esta casa. Como dice nuestro Superior General, el H. Séan Sammon, al mismo tiempo que construía N.D. de l?Hermitage, construía, mimaba su comunidad. Esta casa histórica le ayudó a instruir y a formar hermanos jóvenes para enviarlos seguidamente en misión a las parroquias y a los pueblos que los solicitaban.

En este momento, con nuestra diversidad, representamos bien la variedad de nuestro mundo: hombres de Iglesia o de la sociedad civil, personas con capacidad de decisión o técnicos, religiosos o laicos. Formamos parte del mundo donde se desarrolla la misión marista.

Con la adaptación a nuestros días de este lugar histórico, el Instituto se inspira en el espíritu del Padre Champagnat. Se desea que no sólo los hermanos maristas de Francia o de Europa puedan venir a la fuente, sino que también los del resto del mundo puedan beneficiarse de esta casa para beber ?El agua de la roca?. En nuestro tiempo, además de los religiosos, los laicos reivindican también el espíritu marista y quieren vivirlo. Esta casa estará pues, al servicio de este proyecto espiritual: de formación, de escucha, de experiencia del ?carisma? marista según el P. Champagnat. Sus espacios renovados y adaptados estarán al servicio de todos: formadores, educadores, profesores, animadores, niños, jóvenes, familias, hermanos, laicos? de todas las diócesis y ante todo, claro está, de la de Saint Étienne. Será un servicio para las redes educativas maristas de Francia, de la Provincia ?cinco países- ; un servicio finalmente internacional ?más de 77 países en los cinco continentes- ; un servicio de carácter mundial de acuerdo con el espíritu del buen Padre que afirmaba: ?todas las diócesis del mundo entran en nuestras miras?.

Ante un proyecto tan sugerente, quizás alguno pueda preguntar: ¿quién lo va a hacer realidad? En poco más de un año, esta casa lo ofrecerá gracias a una variedad de vocaciones maristas: hermanos y laicos. Juntos, estarán al servicio de la misión de esta casa. Desde ahora, una nueva comunidad nace lentamente siguiendo las huellas de la primera comunidad de Champagnat.

Gracias a lo que vosotros estáis realizando, permitirá que el conjunto del lugar hable a las personas que vengan. Deseamos que cada una y cada uno, al llegar, puedan descubrir en cada esquina de la casa o del jardín, el espíritu del P. Champagnat. A lo largo de un día, de un fin de semana o en sesiones de varias semanas o meses, podrán vivir una experiencia concreta a título personal o en comunidad para ?reivindicar en su vida el ?espíritu de l?Hermitage??, según palabras del H. Séan y de proyectarlo en la vida cotidiana. De este modo, todos y más particularmente los educadores o animadores podrán regresar desde la orilla del Gier, enriquecidos con lo que hayan descubierto e ilusionados para transmitirlo con toda sencillez.

Renovando estos lugares, sobrepasáis el trabajo de un profesional; participáis de manera anticipada en su misión futura. Al adecuarlos de modo agradable, práctico, sobrio y sencillo, permitiréis que miles de personas gocen de la paz de este valle; que descubran o encuentren la llamada interior a vivir el amor en medio del mundo con las tres violetas de Champagnat que conforman el corazón ?marista?: humildad, modestia y sencillez.

Gracias por vuestra participación en este hermoso proyecto. Proyecto que consideramos querido por el P. Champagnat, pues se trata de anunciar a todos y a cada uno cuánto ?Dios le ama? y qué precio tiene a los ojos de Dios.
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H. Xavier Barceló, superior provincial de la Provincia LHermitage

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