
Gozando de la realidad
El pasado fin de semana del 21 y 22 de marzo, un grupo de once laicos y diez hermanos de Cataluña se encontraron en Les Avellanes para compartir en profundidad sus historias vocacionales, como cristianos y como maristas.
Entre nosotros ya hace años que vamos avanzando en la reflexión conjunta de hermanos y laicos: comisión de misión compartida, coordinadora de laicos, grupos de laicos y laicas que tienen reuniones a nivel local, encuentros generales, la asamblea internacional de la misión marista, etc. En muchos de estos ámbitos ha ido surgiendo la necesidad de clarificar más todo el tema del laicado: su especificidad, su relación con el carisma y muchos aspectos más que deben seguir iluminándose, poco a poco, en comunión con lo que se está viviendo a nivel de Instituto.
Más allá de esto, la experiencia de este fin de semana ha pretendido poder disfrutar de aquello que ya es una realidad manifiesta: el carisma de Marcelino Champagnat se ha derramado en el corazón de muchas personas, hermanos, laicas i laicos, tanto en Catalunya como en otros países del mundo. Esto es para algunos un descubrimiento; para otros, una toma de conciencia o un despertarse. Este fin de semana se aparcaron los proyectos y las reflexiones sobre el tema. Se compartió? la vida, cada uno desde la propia experiencia.
Los hermanos y los laicos que participaron en el fin de semana, viven su día a día en realidades de misión diferentes y lo hacen desde sus opciones y estados de vida particulares: educadores, padres de alumnos, antiguos alumnos, casados, solteros, hermanos? El sábado compartimos – desde el corazón y de tú a tú – la propia historia marista; y el domingo, su vinculación real – y la soñada – con el carisma. Hubo largos momentos de compartir (laicos con hermanos, laicos con laicos y hermanos con hermanos), tiempos personales de interiorización y espacios para la celebración conjunta.
En definitiva, un tiempo privilegiado que fue un verdadero regalo para los que lo pudieron vivir y que es una nueva referencia en este camino que vamos haciendo.
Desde aquí, el agradecimiento a todos las personas que han hecho posible esta experiencia, por la disponibilidad demostrada de todos los que participaron, y también a los que, por diversas circunstancias, no lo pudieron hacer.
A continuación, os ofrecemos el testimonio de Joan Puig-Pey: una crónica desde el corazón.
?Seducido, me he perdido en la mirada transparente de Miquel. En su luz he visto reflejada la Luz. Acercándome a su corazón he escuchado el eco de la Voz que un día lo llamó desde un pueblecito perdido en la Franja y llevó sus pasos hacia Les Avellanes. Miquel habla, y Cecília mueve los labios en silencio, confesando también la verdad que está escuchando.
Observo a Jaume. Caminando despacio ha dejado el ?Effatà? – Ábrete -, a los pies de María. Camina como un niño, deslumbrado todavía por la experiencia de Quito, contagiando la emoción y la firmeza del que ve llegar tiempos nuevos.
Hay vida? Sin palabras, dejando hablar al silencio, sin escribir documentos ni elaborar programas grandilocuentes? escuchamos los latidos de nuestros corazones.
¿De qué color tiene los ojos Benito? ¿Cuál es la cadencia de la voz de Pilar cuando canta? ¿Cómo respiran Núria y Mercè cuando descubren, aquí mismo, el aliento vital de Marcelino?
¡Cómo sonríen con complicidad Xavi i Joan cuando se dan cuenta que detrás de su hacer y deshacer de cada día, hay dos corazones que aman y acompañan porque se sienten amados! ¿Cómo intuye Joan su misión futura, vinculada al carisma y a otro tipo de servicio?
Preguntas y respuestas que tienen pleno sentido desde la corta distancia, desde el encuentro íntimo, de corazón a corazón. Imposibles de explicar. ?¡Ven y verás!?
?¡Oh, qué gozo, qué alegría vivir los hermanos juntos!?, decíamos al final de estos días. ¡Qué hilo de emoción, imperceptible, en la voz de Pep cuando nos invita a contemplar y compartir nuestra vocación cristiana y marista! ?Descálzate, porque pisas tierra sagrada?, dice la Voz a Moisés. Les Avellanes, tierra sagrada?
Ramon con la guitarra no canta, ora. Dolors dibuja una segunda juventud… Iglesia, Pueblo de Dios. El carisma de Marcelino, un don que se regala también a los laicos.
Si la flor humilde, el lirio del campo, da gloria a Dios y Él lo viste, ¡qué menos a nosotros! El carisma marista no es un sueño, es la acción del Espíritu encarnada y compartida con Manel, Rogelio, Pere, Josep Maria, Sergi, Isidoro? Vivencias y palabras ratificadas desde la cátedra de Cecilio, el decano de nuestro encuentro.
En una época en que agoniza un modelo de Iglesia, que nos quisiera vinculados a instituciones y estructuras más que a la acción creativa y libre del Espíritu, Jordi intenta hacer una previsión: ¡Y sólo constata un sol radiante! ?Un sol que viene de lo alto?, que nos impulsa a vivir nuestro cristianismo, nuestra espiritualidad y nuestra misión en clave marista. Laicos y hermanos buscando y abriendo espacios compartidos de calidad.
Nuestra sala es una rosaleda. Veintiuna vidas calladas que, de una manera infinitamente suave, al abrirse, se proyectan al entorno, fluyendo desde sus espacios interiores hacia la luz del día. Vidas centradas en un centro idéntico, llamadas a no poseer nada, generosamente dándose, pétalo a pétalo, conservando, sin embargo, su propio perfume. Rosaleda de hoy, herencia de los hermanos que nos han precedido.