
H. Mitsuaki Hatanaka Sakata
La Universidad Marista de Marbel, Filipinas, , el 11 de febrero, ha puesto su traje de luces para celebrar los 25 años de vida religiosa del Hermano Mitsuaki, preparándose para AD GENTES. Fue una hermosa iniciativa de la Comunidad y del grupo de sus profesores de inglés.
Misa solemne, como la ocasión lo requería, con más de 60 personas invitadas además de algunos estudiantes de la escuela. Han venido Hermanos de las distintas escuelas Maristas de Mindanao. Todo terminó con una cena de fiesta donde hemos podido saborear las especialidades filipinas.
Al final de la Eucaristía, el Hermano Mitsuaki dio la bienvenida a la Asamblea con un discurso hermoso de 3 páginas. Lo ha hecho en lo más perfecto inglés. Extraemos los siguientes pasajes.
Reverendo P. Bonifacio, queridos hermanos y hermanas, profesores y estudiantes:
No puedo hablar de mi vida marista, sin referirme a mi familia. Nací en una familia cristiana. Mis padres, hermanas y hermanos nacieron en Japón. Ellos han respondido a la llamada de Dios para dejar su país e ir como misioneros a un país extranjero (Bolivia), completamente diferente de donde vinieron.
Conocí a los hermanos maristas, cuando tenía 15 años. Entré en la escuela marista en mi ciudad. Solía hablar japonés y español, y estudiaba con colegas del interior del país. Pero el nivel de la educación en la Escuela Marista era muy exigente y muy alto. Me enfrenté a muchas dificultades mientras aprendía el español.
En el último día de clases, el Hermano Director de la Escuela me llamó a su oficina. Después de una conversación de unos 20 minutos, me invitó a ser hermano marista. Le respondí con una pregunta: "¿Me puedes dar una semana para pensar?"
Al final de la semana presenté mi decisión final. Tomé la moto y fue al Hermano Director decirle: ".Sí, quiero ser Hermano Marista". Desde entonces he siempre experimentado la Luz del Señor. Eso fue el 7 de noviembre de 1984.
Quiero agradecer a los hermanos, profesores y estudiantes de esta universidad., a su Rector, H. Willy, al H. Director de la comunidad, H.Chris, y el Hermano Provincial, Manny de León, por aceptarme en esta escuela, donde continúo aprendiendo el Inglés.
Puedo resumir mis 25 años como Hermano Marista en pocas palabras: confiar en el Señor, escuchar al Señor. Gracias a todos vosotros por estar hoy aquí conmigo a dar gracias a Dios por mi vigésimo quinto aniversario como un hermano marista. Gracias por haberme recibido en su tierra, en su hermoso país. Todos somos miembros de la familia marista.
Gracias y que Dios os bendiga.