Hacia una tierra nueva
Hacia una tierra nueva – Un tiempo para vivir, vivir juntos: Este es el lema que habíamos fijado para este fin de semana de revitalización marista en Val-de-Paix, en Rawdon, del 18 al 20 de febrero pasado.
1. Los objetivos del encuentro: El equipo de animación se había fijado como objetivos:
- Disponer de un tiempo personal, viviendo al mismo tiempo una experiencia de fraternidad
- Identificar las relaciones más destacadas de nuestra vida
- Considerar cómo estas relaciones pueden llegar a ser fuente de inspiración para construir la tierra nueva, de la que habla nuestro último capítulo general.
2. Los participantes: Cerca de una treintena de personas, cuya edad estaba entre los 4 meses y los 87 años, laicos, hermanos, familias, jóvenes, niños, se juntaron para vivir esta experiencia de vida de la familia marista.
3. La experiencia:Describir en pocas palabras la experiencia de tal encuentro no resulta fácil. Creo poder decir, no obstante, lo que en verdad fue:
- Un tiempo para vivir, vivir juntos, una ocasión para constatar que formamos ciertamente una familia, la familia marista y que más allá de la edad y de la diferencia de generaciones, es posible una verdadera comunión. Es sorprendente ver cómo el buen sentido de los mayores puede manifestarse y conjugarse con el dinamismo de los más jóvenes.
- Un tiempo para descansar en una naturaleza rebosante de belleza, descansar y detenerse.
- Un tiempo para escucharse: todo un arte y base de una comunicación verdadera. Un tiempo para revisar nuestra historia, la historia de nuestras relaciones, para descubrir en ellas el hilo de oro del inmenso amor de Dios, siempre tan cercano, que nos ha acompañado y ayudado, a veces, sin darnos cuenta. Como Jacob, podemos decir: “Estaba aquí y no lo sabíamos”.
- Un momento para rememorar la experiencia de Emaús y hacerla presente de nuevo gracias a la calidad de nuestro amor mutuo.
Este fue el lema de nuestra eucaristía de la tarde del sábado, presidida por Alain Faubert. Finalmente, un momento también para soñar en el futuro de nuestra vida marista, tanto a nivel personal como de grupo.
4. ¿Qué habéis descubierto durante este fin de semana?(respuestas de los participantes):
- La gran apertura de los hermanos cara a la vida, la actitud positiva de los jóvenes, fuente de esperanza.
- La riqueza de los mayores, una verdadera participación, el entusiasmo de un hermano de 87 años.
- Una gran unidad y el espíritu de familia. Es beneficioso conversar y ser amable con cada uno.
- La fraternidad entre todos los participantes.
- Este fin de semana me ha apaciguado las tensiones que tenía.
- El Espíritu está siempre presente entre nosotros y continua inspirando. La contribución de los laicos y de los hermanos de forma conjunta es una condición importante para el presente y el futuro marista.
- La riqueza del mundo marista de todas las generaciones.
- Lleno de amor, de amistad, de escucha y de fe.
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F. Réal Sauvageau (por el equipo de animación)