1 de septiembre de 2013 FILIPINAS

Hermanos Hoy

La primera reunión de la Comisión Internacional del Secretariado Hermanos Hoy tuvo lugar en la Casa General de Roma, del 4 al 10 de julio de 2013. Hicimos algunas preguntas a sus miembros sobre la vida marista. Hoy presentamos la conversación con el H. Peter Rodney, de la Provincia de Australia, originario de la ciudad de Brisbane. Su apostolado actual es la dirección del Escolasticado de la región Asia-Pacífico (MAPAC), ubicado en Manila, Filipinas.

¿Qué significa para ti ser hermano hoy?

Muchos elementos describen qué es ser hermano hoy, por eso trataré de identificar algunos de los más significativos. Para mí significa ser un hermano en el estilo de María. Me anima todo lo que el Hno. Emili nos ha anticipado en su primera circular: ser el rostro mariano de la iglesia. Prácticamente, creo que es el testimonio profético que vivimos: las características de Champagnat de fortaleza y dulzura vividas con el compromiso y el gozo. Significa tener una espiritualidad de discernimiento: vivir a Dios en la vida diaria (ser místico). Finalmente, y debido a que somos una congregación internacional, se trata de tener el corazón de un misionero.

¿La animación vocacional y la formación inicial son misiones importantes para el Instituto? En tu opinión,  ¿cómo debemos llevarlas a cabo?

Creo que la respuesta es obvia para todos. La formación es una misión fundamental. De su efectividad depende la existencia del carisma. Pero más que supervivencia, se trata de un carisma vibrante, dinámico, que da vida y se adapta siempre. El futuro del Instituto es una misión compartida. Sin las vocaciones de laicos y hermanos maristas, que florecen una junto a la otra, seríamos como una “planta enferma” –viva, pero no tan sana como debería ser.

¿Qué debemos hacer al respecto?  Se han escrito libros enteros (incluyendo nuestra guía de formación) tratando de responder a esta pregunta, pero ¿cómo responderla sencillamente? Solo proporcionando los mejores procesos que acompañen el discernimiento y el desarrollo de la identidad vocacional del individuo. Los detalles de dichos procesos son comprensivos e integrados. En el encuentro de nuestra comisión se señaló que un acompañamiento sólido era esencial en todas las etapas. Cabe mencionar que el centro de todo ello es una relación personal, cada vez más madura, con Jesús.

A casi 200 años de la fundación del Instituto, ¿cuáles son los desafíos de los hermanos hoy? ¿Los retos que Marcelino enfrentó son todavía relevantes?

A veces me pregunto si algunos términos que nos son comunes han perdido su vitalidad debido a un uso exagerado de ellos. Creo que términos más coloquiales como leer los signos de los tiempos y los Montagne de hoy siguen teniendo un mensaje esencial para nosotros. Quizás la historia de Montagne describe aspectos que son aún muy relevantes para nosotros: ir hacia los jóvenes y encontrar su “pobreza”, responder a las necesidades reales mediante un compromiso de acción práctico que sea creativo y sencillo, realizado por una comunidad marista. Todo ello debe ser discernido y sustentado a través de los ojos de la fe.

¿Qué experiencias específicas de los hermanos de tu región pueden ser un ejemplo para el Instituto?

Puedo hablar más acerca de las experiencias de los hermanos de nuestra gran comunidad aquí en MAPAC que en cualquier otra región. Cada uno de nosotros ha sido motivado, afianzado y  ha crecido por el hecho de pertenecer a una comunidad internacional, ya que esta requiere que cada uno respete las diferencias y tenga el deseo de dejar de lado los propios modos de actuar y puntos de vista. Estar siempre abierto a los demás, aceptar que se pueden cometer errores y que debemos pedir y ofrecer perdón, permitir que nuestra propia cultura sea evaluada por los valores del Evangelio. El futuro de la vida y misión maristas está claro e internacionalmente interconectado y vibra con la mezcla de culturas. Tal vez, a nuestra medida, somos lo que será el Instituto.

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