30 de enero de 2013 FRANCIA

Hermitage – Enero 17 al 21 de 2013

Las palabras que el último Papa, Juan Pablo II, dirigió a las cuatro ramas de la Familia Marista el 17 de septiembre de 2001, resuenan aún hoy en la vida y animación de los cuatro Consejos Generales. Las palabras del Pontífice en Castelgandolfo fueron las siguientes:

“Habéis elegido la vida de consagrados dentro de la Iglesia, a la manera de María, en fidelidad a las intuiciones de vuestros fundadores y al carisma de vuestros institutos…
Os toca hoy manifestar de manera original y específica la presencia de María en la vida de la Iglesia y de los hombres, desarrollando para ello una actitud mariana, que se caracteriza por una disponibilidad gozosa a las llamadas del Espíritu Santo, por una confianza inquebrantable en la Palabra del Señor, por un caminar espiritual en relación con los diferentes misterios de la vida de Cristo y por una atención maternal a las necesidades y a los sufrimientos de los hombres, especialmente a los de los más sencillos.”

Este año, por primera vez, los cuatro Consejos Generales se han reunido en el Hermitage para compartir cómo vivimos las intuiciones y el carisma de nuestros fundadores hoy. Además de estar en lugares como La Valla y el Hermitage, que nos hablan de personas como Jean-Claude Colin, Marcelino Champagnat, Jeanne-Marie Chavoin, Marie-Françoise Perroton y sus “compañeros maravillosos” que motivan el compartir, cada Superior General preparó una presentación, teniendo en cuenta la siguiente guía:

1. ¿Cuál era el sueño original de nuestra rama?
2. ¿Cómo se encarnó en los días de nuestro Fundador, Fundadora, Pioneros?
3.  ¿Cómo lo aplicamos y cuál es su relevancia hoy en día?

Estas son preguntas que cualquier Marista debería responder de acuerdo con su propia capacidad.

El origen de las experiencias primigenias de nuestros fundadores radica en la pasión por Jesús y su Evangelio, en la vida comunitaria y el deseo de proclamar al mundo entero lo que ellos han vivido. El mensaje que M. Champagnat transmitió cuando dijo “Todas las diócesis del mundo entran en nuestros planes” fue compartido también por los demás fundadores. Estas son las tres dimensiones que constituyen los pilares de nuestra identidad: nuestra pasión por Jesús, la fraternidad y la compasión que nos llevan a actuar por los más necesitados, especialmente los niños y los jóvenes.

El papel de los laicos y de las asociaciones laicas fue insistentemente señalado en la historia marista. Ellos han participado, desde el principio, ya sea en la tercera orden o como asociados cercanos, recordándonos siempre la dimensión contemplativa de nuestra identidad y misión para evangelizar con valentía.

La comunidad del Hermitage, compuesta por hermanos y laicos maristas, nos hizo sentir como en casa, no solo con la organización del transporte y el cultivo de la hospitalidad que están desarrollando, sino también con su presencia diligente. Estar con ellos fue en sí, otra experiencia de aprendizaje.

El tiempo que pasamos con Joan Puig-Pey, el arquitecto, nos ayudó a entender la estructura del Hermitage y de La Valla. Fue una reflexión sobre lo que es fundamental y se debe mantener y de lo novedoso que debe ser integrado, para que nuestro Instituto sea atractivo para las nuevas generaciones.

Un peregrinaje a Fourvière, otro lugar que nos habla de la familia marista, nos permitió celebrar la Eucaristía en la Capilla de Nuestra Señora, y comprometernos para seguir construyendo una iglesia y un mundo marianos, como lo hicieron los padres Colin, Champagnat y sus compañeros sacerdotes en 1816.

Después de la Eucaristía fuimos calurosamente acogidos en la casa provincial en Lyon. Los hermanos Maurice Berquet, Provincial, André Thizy, superior de la comunidad, y toda la comunidad, al igual que la comisión de vocaciones, nos hicieron sentir como en casa. Allí pudimos disfrutar de la “Haute cuisine” francesa.

Terminamos nuestra peregrinación, felices de haber tocado los signos de un hombre de fe inquebrantable, de audacia, perseverancia y de un corazón sin fronteras, pero al mismo tiempo con varios interrogantes para todos nosotros, Maristas: ¿para qué estamos en el mundo de hoy?, ¿qué nos apasiona?, ¿qué vemos que sea nuevo?

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H. Eugène Kabanguka
John Hannan, Superior General de los Padres Maristas – En inglés (Doing Mary’s Work)

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