XIX Capítulo – 1993, Roma

09/1993 – 126 hermanos participantes

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Cuatro grandes temas o núcleos de reflexión centran los trabajos del Capítulo: Misión, Solidaridad, Espiritualidad Apostólica y Formación. Como asuntos transversales que afectan a los cuatro anteriormente citados aparecen: el discernimiento, los laicos y la comunidad marista.Pero sólo dos documentos salen del Capítulo con categoría de tales: un Mensaje a los Hermanos y la Guía de Formación. Toda la reflexión refleja un deseo de revitalizar el Instituto por medio de una actitud de fidelidad creativa que llevará a proyectos coherentes y significativos. El Capítulo utilizará la expresión refundación como concreción de este movimiento.Es el Capítulo donde, por primera vez, hay una presencia de laicos. A iniciativa del Superior General y su Consejo, aceptada por la Asamblea Capitular, los laicos acuden en calidad de invitados. En contradicción con todo el discurso realizado con referencia a los laicos, la Asamblea no otorga al Hermano Superior General y su consejo la facultad de decidir esta invitación para el próximo Capítulo. No obstante, sí se tiene la posibilidad de contar con un buen número de ellos durante toda la Conferencia General de 1997 con una participación muy significativa. Y lo mismo sucedió con un pequeño grupo de Hermanos de menos de 31 años.Una recomendación que tendrá repercusión en todo el período 1993-2001 es la que surge de la Comisión de Gobierno y que el Capítulo ofrece al Consejo General: estudiar una posible reestructuración del Instituto y tomar las medidas que consideren necesarias. A propuesta también de esta Comisión capitular se aprueba una nueva forma de elección del Consejo General y de los delegados al próximo Capítulo.El Capítulo manifiesta el deseo de que se elabore un documento sobre educación marista. Es el origen del texto “Misión Educativa Marista” que pudiera ser objeto de estudio en el próximo Capítulo.El período está marcado fuertemente por los conflictos político-sociales en diversas partes del mundo, especialmente en Africa y Oceanía. Once hermanos, la mayoría evidentes mártires de la caridad y el celo apostólico, pierden su vida en Africa. Son, dentro del dolor que ocasionaron sus muertes, la mayor gracia recibida de Dios en estos tiempos. Otros se ofrecen al Hermano Superior General para ser presencia evangelizadora en esos lugares de tensión y riesgo. Gracia singular fue también el reconocimiento oficial de la santidad de nuestro Fundador, el 18 de abril de 1999, en la ceremonia de canonización celebrada en Roma. La seguimos viviendo como un don de Dios y un regalo de la Virgen. ________________H. Benito, Circulares T 30 p.136-138