XVII Capítulo – 1976, Roma

09/1976 – 155 hermanos participantes

Hermanos maristas, hoy – Carta del XVII Capítulo general – Word 60 kb – English | >Español | Français | Italiano

Una primera tarea del Capítulo consiste en emitir un veredicto sobre la situación “ad experimentum” de las nuevas Constituciones otorgada por el motu propio Ecclesiæ Sanctae. El Capítulo decide prolongar esta situación por otros nueve años.Dos frutos importantes de este Capítulo son la Carta “Hermanos Maristas hoy” y el documento capitular “Pobreza y Justicia”. Ambos textos son un deseo de encontrar en espíritu de fe y en diálogo con el mundo un sentido actualizado de nuestra vocación. De la Carta se puede decir que es una especie de profesión de fe para nosotros y para los demás: creer en nuestra identidad y profesarla con gozo y esperanza. Del documento “Pobreza y Justicia” cabe decir que es la expresión escrita del eco que el sufrimiento de mucha gente produce en el corazón de un hijo de Champagnat: una llamada a despertarnos, a comprometernos según nuestra vocación y a dejarnos transformar, siempre desde el seguimiento de Jesús.Al constatar que vivimos en un mundo en mutación rápida y profunda que afecta a la sociedad, la Iglesia, la vida religiosa y la vida de nuestros hermanos, el Capítulo siente la urgencia de descubrir mejor nuestra espiritualidad marista y reafirma la importancia de unificar en nuestra vida la consagración, la oración y el apostolado en el seno de una comunidad. Esta es la esencia del informe de la comisión capitular PAC (Prière-Apostolat-Communauté).El Capítulo decide una nueva forma de Gobierno para el Instituto: la figura del Consejero General de Región desaparece. Los Consejeros del Superior General no tendrán en adelante ninguna región particular del Instituto a su cargo. Al terminar su mandato en 1985, el Hno. Superior General constata que, a pesar de muchos aspectos positivos por los que hay que dar gracias a Dios, hay una fuerte disminución de personal y señala una evidencia: “un notorio desajuste entre los documentos y la vida real”. De ahí que se perciba, por ejemplo, falta de unificación en la vida, debilidad en la formación inicial y permanente, desconfianza ante auténticas llamadas del Señor y dones del Espíritu en temas tan ricos como la vida comunitaria, el servicio a los pobres, la educación para la justicia.La Conferencia de Provinciales de América Latina abre y propone un camino de reflexión y discernimiento que tendrá posteriormente eco en el Instituto. La Conferencia de 1984 celebrada en Chosica (Perú) constituye un hito en ese caminar fraterno. El tema central “Misión del Hermano Marista en América Latina hoy”, enfatiza la urgencia de hacer una real y operativa opción por los pobres desde el carisma marista.H. Benito, Circulares T 30 p.133-135