¿Qué es la Conferencia general?

Las Constituciones maristas describen la Conferencia general :

“Es una asamblea consultiva compuesta por el Superior general, el Vicario general, los Consejeros generales, los Provinciales y, si así lo prevé su estatuto, los Superiores de Viceprovincia y de Distrito. El Superior general convoca la Conferencia general entre dos Capítulos. Puede invitar a ella, si lo juzga oportuno, a otras personas. La Conferencia general es convocada para:

  1. consolidar la unidad del Instituto y favorecer los contactos directos Para ejercer la corresponsabilidad de los Superiores entre sí y con el Superior general y los miembros de su Consejo;
  2. estudiar asuntos de interés general y proponer soluciones”.

La costumbre de reunir a un grupo significativo de hermanos para tratar con ellos asuntos importantes del Instituto ya fue práctica de Marcelino que veía cómo fomentaba la unión de los hermanos. El origen de esta estructura al servicio del gobierno general, tal como ahora la conocemos entre nosotros, comenzó a gestarse y definir su funcionalidad a partir de los aires de renovación y del nuevo estilo de gobierno de las instituciones religiosas que suscitó el Concilio Vaticano II.

El Hermano Charles Rafael inició esta práctica en 1961 y la volvió a repetir en 1965. De estas experiencias iniciales se pasó a consolidarse como convocatoria entre Capítulos generales una vez trascurrida la primera parte del período del mandato del Hermano Superior general para tomar el pulso a la aplicación de las decisiones capitulares pasando a formar parte del capítulo del Gobierno general de las nuevas Constituciones.

Siendo como es la Conferencia General una asamblea consultiva su dinámica y funcionamiento difieren de los de un Capítulo General. Éste tiene plena autonomía respecto del Consejo General y es la autoridad suprema extraordinaria del Instituto. En cambio la organización, el temario, el determinar la agenda y la duración de la Conferencia general, es competencia del Superior General y su consejo en diálogo con los Provinciales. Los Capítulos suelen resolver todos los asuntos por votación y ofrecen unos documentos al Instituto. En las Conferencias no se votan las decisiones, pero hay un consenso sobre los aspectos que han de ser impulsados en las Provincias o en el Instituto aunque no se expresen en documentos y declaraciones oficiales. Estas diferencias se traducen en la forma de trabajar y por supuesto en los objetivos que se persiguen y en los medios para alcanzarlos.