Instituto Teológico de Jérémie ofrece formación para religiosos y laicos
Creado en 2024, el Instituto Diocesano de Formación Cristiana Católica de Jérémie, Haití, por iniciativa de los Hermanos Maristas y con el decidido apoyo del Obispo de Jérémie, se ha dado una misión noble y ambiciosa: la formación de buenos catequistas y evangelizadores, de los cuales Haití tiene gran necesidad. Inspirada en los objetivos del Concilio Vaticano II, esta iniciativa fomenta el compromiso activo de todos los bautizados en la misión de la Iglesia, enfatizando la necesidad de una preparación espiritual y práctica de los discípulos y misioneros de Jesús. El Instituto desempeña así un papel crucial en el fortalecimiento y renovación de la fe cristiana en Haití.
El Instituto Diocesano acoge a religiosos y laicos, todos motivados por el mismo deseo de profundizar sus conocimientos teológicos. Esta diversidad desmitifica la idea de que sólo las personas consagradas pueden emprender estudios religiosos.
Haití, un sector perteneciente a la Provincia de México Occidental, cuenta con 39 hermanos (11 de profesión perpetua – 7 del país y 4 de México – y 28 de profesión temporal). Además de ellos, también hay 4 novicios y 6 postulantes.
Compartimos, a continuación, el testimonio del H. Richard Nazaire sobre su experiencia en el Instituto Diocesano de Formación Cristiana Católica de Jérémie.
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Esta experiencia de formación compartida entre hermanos y laicos es algo muy valioso. Para mí, joven hermano marista comprometido con la Iglesia, tener la oportunidad de comprender mejor y profundizar mi fe y el mensaje de salvación es una bendición. Esta experiencia tuvo un profundo impacto en mí, porque siempre quise profundizar mi conocimiento y adhesión a Jesús y su Evangelio.
El ambiente en el Centro es particularmente propicio para el aprendizaje. Reina un ambiente de paz y apertura, favorecido por fraternidad y la proximidad entre estudiantes y profesores.
En este primer verano hemos tenido los cursos del Tratado de la Trinidad, el Magisterio de la Iglesia y la Biblia.
El curso sobre la Trinidad tuvo un profundo impacto en mí por su profundidad y complejidad. Me ayudó mucho a comprender un poco más la humanidad y la divinidad de Cristo.
Tenemos la misión de llevar la Buena Nueva del Evangelio a los niños y jóvenes de este siglo XXI, tarea llena de desafíos y dificultades. Me siento motivado a asumir este desafío animado por mi amistad con Jesús. Me apasiona trabajar en la evangelización de niños y jóvenes. No hay fatiga por lo que amamos.
Este tiempo dedicado a mi formación siento que pasa muy rápido. En definitiva, una rutina equilibrada me permite nutrir tanto mis estudios como mi compromiso con mi comunidad, unida en torno a San Marcelino Champagnat. Compartir tiempo con mis hermanos y laicos y trabajar con los jóvenes es muy gratificante.
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H. Richard Nazaire