3 de junio de 2020 MADAGASCAR

La escuela Champagnat de Antananarivo y la crisis del coronavirus

Para nuestra escuela, el 6 de junio, Fiesta de San Marcelino Champagnat, es un día que reúne a la gran familia marista – los estudiantes, los padres de familia y también los educadores – para celebrar la memoria de nuestro Fundador. La fiesta da lugar, ante todo,  a una gran misa que acoge a todos los alumnos de la escuela en la parroquia, seguido por dos o tres días de actuación al aire libre, a cargo de los alumnos, los educadores e incluso los padres, en el patio del establecimiento; y también una kermés.

El evento es siempre una ocasión para recaudar fondos en beneficio del establecimiento y financiar varios proyectos, como la compra de libros nuevos o la adquisición de algunos materiales didácticos.

La crisis del coronavirus

La fiesta de la escuela es generalmente una ceremonia que clausura el año escolar que comienza en septiembre y termina en junio. Sin embargo, el calendario solo estaba en la mitad del segundo trimestre cuando las clases se detuvieron debido a la crisis del coronavirus. Este año, en este contexto particular, es imposible organizar días festivos como los años anteriores.

Por el momento, solo los estudiantes que se preparan para los exámenes oficiales pueden asistir a clases en la mañana. Aquellos de las clases intermedias se quedan en sus casas. Debido a la falta de medios y recursos, los padres de familia vienen a la escuela para recoger las notas y las hojas de trabajo de los cursos. Según el calendario escolar, se acerca el final del año escolar y todos se preguntan sobre la continuación de las medidas de contención. Las escuelas privadas se ven gravemente afectadas por la crisis causada por el covid-19. La incertidumbre y los muchos desafíos causados ​​por esta pandemia solo agravarán los problemas de educación de los niños y jóvenes en todo el país.

Jóvenes maristas

Junto con la escuela marista, hay otras dos escuelas católicas alrededor de la parroquia, pero las tres distan de ser suficientes para satisfacer todas las solicitudes de inscripción. Entre los 2.200 alumnos de la escuela Champagnat, hay incluso quienes vienen desde lejos. A algunos les toma más de una hora a pie para llegar a la escuela y también para volver a sus casas. La mayoría viene a la escuela en autobús.

La mayoría de los niños son hijos de familias cristianas y muchos de los estudiantes son jóvenes maristas de Madagascar (JMM). Están orgullosos de vivir el espíritu marista de Champagnat: reuniones periódicas, compartir la Palabra, animación de la liturgia, compromiso con los más pobres en diferentes barrios de la capital, enseñanza de la catequesis en la parroquia, son ejemplos de las actividades con las cuales ellos se encuentran comprometidos activamente.

Escuela Champagnat

La escuela Champagnat fue fundada en 1959 y está ubicada en la ciudad de Antananarivo, en el barrio popular de Anatihazo Isotry. A pesar de todos los desafíos, los padres siguen enviando a los niños a la escuela porque creen en el valor de educar a sus hijos.

Desde la fundación de la escuela, los hermanos colaboran con la fuerza viva de la parroquia de San José de Anatihazo. Participan activamente en el comité parroquial, enseñan catequesis y religión en la escuela y en la parroquia. Como en todas las escuelas maristas del país, los hermanos son los principales responsables de la gestión y la administración de la escuela e imparten lecciones a los alumnos de diferentes ciclos. La escuela abrió el segundo ciclo en 2015 con las clases de secundaria. El resultado del bachillerato para el primer grupo el año pasado fue satisfactorio.

Ayuda para la educación

Como en todas las escuelas particulares de Madagascar, los gastos escolares están a cargo de los padres. El Estado no otorga ningún subsidio a los establecimientos privados. Para poder pagar a los maestros, la escuela debe cobrar las cuotas escolares a los estudiantes. Cada año, la escuela debe tener recursos suficientes para cubrir todas las necesidades, como los trabajos de restauración y reparación, comprar los materiales didácticos y las numerosas actividades educativas. La educación es costosa para las familias, sin embargo, están cada vez más preocupadas por el futuro y la educación de sus hijos.

Las ONG y las Fundaciones en colaboración con la escuela pagan las tasas escolares de algunos grupos de niños. Gracias a las cooperaciones de los establecimientos con las ONG – que trabajan en el campo social o educativo – siempre se logra proporcionar almuerzo a algunos estudiantes pobres que asisten a la escuela. Todo el trabajo de extensión para tener más aulas es fruto de la ayuda externa que apoya los trabajos educativos que se brindan a los niños bajo la administración de los hermanos.

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H. Ramarosandratana Camille

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