12 de abril de 2021 CANADá

Los maristas de Canadá viven un tiempo de renovación

El final de la Cuaresma es un buen momento para tomarnos un tiempo y replantearnos aquello que nos motiva a vivir. Y los Maristas de Canadá tienen que mirar al futuro con una nueva perspectiva: pasar de Provincia a Distrito para los hermanos y los laicos, repensar la AMDL (Asociación Marista de Laicos) como AMCC (Asociación Marista de Champagnat de Canadá) para una mayor unidad.

En este fermento de vida, los hermanos y laicos han tomado juntos un tiempo de renovación para fortalecer aún más los lazos que los unen en torno a los valores comunes. Con este propósito, un equipo mixto de seis personas (laicos y hermanos, mujeres y hombres) tuvo la misión de preparar un sustancioso “buffet” que llegara a cada uno de los participantes en su camino personal. Era necesario encontrar un “servicio” que satisficiera a todos los gustos. Por ello, se programaron dos reuniones (los sábados 27 de marzo y 3 de abril).

Pero ¿cómo se mantuvo encendida la llama entre estos dos encuentros? En el transcurso de la semana, cada participante recibía cada día una “cápsula” que abordaba un tema de reflexión: de este modo, cada participante tenía la oportunidad de profundizar, a su ritmo, el tema propuesto que, a su vez, tocaba el tema general de los dos días de encuentro.

Ambas sesiones (27 de marzo y 3 de abril) estuvieron enfocadas en un tema general: “Mi historia marista: tesoros por descubrir”. La primera reflexión partía de la idea de que “nadie nace marista, pero todos (hermanos y laicos/laicas) estamos llamados a serlo en el día a día”; Se invitó a los participantes a compartir cómo, concretamente, viven ellos/as los valores del carisma, a su ritmo, en su estado de vida y entorno. El segundo encuentro estaba definitivamente más orientado hacia el futuro: superar nuestros miedos y preocupaciones para abrirnos más y aprovechar los tesoros y dones de cada para el bien de todos.

Al final de cada uno de los encuentros, dos hermanos compartieron con los participantes su “visión de esperanza”: el H. Ernesto Sánchez, la primera semana y el H. Luis Felipe, del Centro de México, la segunda semana.

Al finalizar el segundo encuentro, se invitó a los participantes de cada equipo de reflexión a formular un “credo marista” que, a su manera, reiteraba su apego a los valores que nos unen. Y es con este espíritu que los Maristas de Canadá desean entrar en el espacio de nueva vida que les espera. Que Marie y Champagnat los acompañen en el camino hacia el futuro que se abre ante ellos, hermanos y laicos.

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