
Madagascar ha conocido una gran intensidad de vida marista
Durante el mes de agosto la Provincia de Madagascar ha conocido una gran intensidad de vida marista con momentos de gozo, pero también con un duelo inesperado.
Hacia finales de mes, en los días 24-25, se tuvo la reunión de los diversos representantes de los ocho colegios de los hermanos para hacer la síntesis de las reflexiones de la Asamblea internacional de la misión marista. Los seglares, en su mayoría, aportan mucho entusiasmo y se muestran felices de participar tan de cerca en la misión de los hermanos y en el carisma compartido.
Los momentos de gozo vinieron con una profesión perpetua y el jubileo de vida religiosa de 11 hermanos.
El 15 de agosto, fiesta de la Asunción de la Virgen María, el H. Jean-Luc Randriatahina hizo la profesión perpetua en su aldea natal, Ambohimandroso Atsimo. Los jóvenes de la localidad habían preparado cantos y bailes durante casi un mes. También la misa fue muy vibrante, con cánticos sonoros y danzas elegantes y llenas de dignidad. En una iglesia repleta de gente, el H. Jean-Luc emitió los votos a perpetuidad delante de sus padres y sus dos hermanos, Modeste y Alexandre, también maristas. Un momento emotivo fue cuando los padres pusieron las manos sobre la cabeza de Jean-Luc pidiendo la bendición de Dios sobre él. Para las gentes de campo ésta fue una ocasión única de ver cómo un hombre se comprometía definitivamente en la donación a Dios, y ciertamente en esos momentos muchos jóvenes se estarían interrogando sobre la orientación de sus propias vidas.
La alegría fue aún mayor el domingo 27, cuando 11 hermanos celebraron su jubileo de vida religiosa. La ceremonia tuvo lugar en la catedral de Antsirabe durante la misa de las 9 de la mañana. Con una catedral llena hasta rebosar ?casi 3000 asistentes-, los hermanos, después del ofertorio, fueron subiendo al altar de uno en uno, y vueltos hacia la gente renovaron sus votos despacio, con voz firme y sonora. A cada uno de ellos se le hizo entrega de una bendición papal. Los fieles de Antsirabe no habían visto nunca esas bendiciones, y mucho menos tantas de una sola vez. En uno de los discursos del final de la misa, la presidenta del consejo de pastoral de la parroquia dijo que en sus veinte años de ejercicio nunca había asistido a una ceremonia parecida ni había recibido un testimonio semejante de fidelidad a Dios.
Cuando salimos en procesión, a través de la nave central, los fieles tuvieron ocasión de ver de cerca las bendiciones papales, y ?ya fuera de la catedral- muchos amigos, antiguos alumnos y padres nos saludaron con gozosa emoción. Estaban conmovidos por el testimonio de fidelidad.
Los Hermanos que celebraron las bodas de oro de vida religiosa son: Maurice Rama, Alphonse Willig, Lucien Razafindrainibe, Norbert Razafindralambo, Emmanuel Ramaroson, Denis Rakotoarivony, Marc Razafintsalama, Giovanni Maria Bigotto. A su vez celebraron 40 años de vida religiosa los Hermanos Bernard Razafimandimby, Jean Léonide Rabemahasoa y Émile Razakaharijaona.
Y hubo otros tres que no pudieron estar presentes: Maurice Rama, de 93 años, por motivos de edad y salud; Alphonse Willig, que se encuentra en France; y Bernard, que falleció el 16 de agosto.
Este último había festejado sus 62 años el día 13, en su comunidad de Fianarantsoa. El 14, tomó un minibús para asistir a la profesión del H. Fr. Jean-Luc en Antsirabe, un viaje de 240 kms. Pero cuando salían de la ciudad Fianarantsoa un autobús urbano chocó violentamente contra el minibús. El hermano, que iba en la parte trasera del vehículo, salió despedido y resultó muy malherido. El hospital local no tenía los medios para realizar una radiografía, ni una ambulancia para llevarlo urgentemente a Antananarivo. El 16 de agosto, por la mañana, decidieron finalmente transportarlo a la capital, a la clínica de las Hermanas. Pero murió en el camino. Tuvimos el funeral el día 18. La sencillez y la alegría del H. Bernard eran proverbiales. Siempre se había dedicado a las clases de los pequeños y derrochaba entusiasmo organizándoles juegos.
El mes terminó con dos cursillos de mariología. El primero tuvo como destinatarias a 22 religiosas clarisas de Antsirabe. El segundo contó con un grupo de cuarenta personas: hermanos, hermanas, profesores maristas, antiguos alumnos, amigos católicos y protestantes, y se desarrolló también en Antsirabé, en nuestro colegio de la Inmaculada. Ambos cursillos, de 20 horas, giraban en torno a los pasajes del evangelio en que aparece la Madre del Señor, y su objetivo era reencontrar las raíces de la justificación de nuestro devoción a la Virgen María. Fueron momentos de gozosos redescubrimientos para todos.
Los primeros días de septiembre señalan la vuelta a la escuela. Nuestros ocho colegios están llenos: todos de 1.500 a 2.000 estudiantes, a veces con aulas de más de 60 alumnos. Los centros están situados en Antsiranana (Diego Suarez), Antananarivo, Antsirabe, Fianarantsoa, Ihosy y Betroka. Además de las escuelas, nos hacemos cargo de la dirección nacional de la enseñanza católica ?varios miles de colegios-, labor que desempeña particularmente el H. Léonide Rabemahasoa. También llevamos la dirección de las escuelas de la diócesis de Ihosy, 69 centros, así como la misión del Ihorombe -veinte escuelas-, en el entorno de la tribu nómada de los Bara. El H. Tiana es el alma de esta misión.
Los hermanos de Madagascar saludan a los maristas del mundo entero.
H. Giovanni Maria Bigotto