8 de septiembre de 2011 CASA GENERAL

Madrid 2011

Fue una gran alegría para mí participar en el Festival Marista Internacional y en la Jornada Mundial de la Juventud 2011 en Madrid. Antes de todo, era una gran gracia de Dios. El festival Marista terminó el 15 de agosto, cuando yo completaba 45 años de vida religiosa. Esta era otra gran gracia también, que llamaba a una acción de gracias continua al Señor. Me han pedido que presentara mi testimonio durante la homilía de la misa ante los cientos de jóvenes que asistían al Festival. Me dieron 5 minutos para hacerlo. Creo que no utilicé los 5 minutos. Debía responder a la pregunta: “¿Has experimentado a lo largo de estos  45 años de gracia  el sentimiento y la certeza de haber ido a "nuevas tierras" como el Capítulo nos pide?” Mencioné apenas dos experiencias que me decían que sí. Además, revelaban una interesante coincidencia con las opiniones de otras personas “importantes” que habían hablado en el contexto de la Jornada Mundial de la Juventud

Primera experiencia: "Me gustaría descubrir nuevos mundos." En los pasados años 80, pedí al hermano Provincial de la época, una persona de gran apertura de ideas y  gran generosidad de corazón, que me gustaría hacer una experiencia en  una facultad de teología protestante. Se quedó un poco sorprendido y me preguntó por qué. Quiero descubrir "nuevos mundos". Hoy en día se utiliza más el término "nuevas tierras", pero es lo mismo. Tenía la intuición de que existe una forma de hacer teología diferente que la católica. Sentí que el Señor me pedía que me moviera  hacia esta nueva tierra. Y valió la pena, pues me dio la posibilidad de iniciar muchos de nuestros hermanos jóvenes en "Cuestiones ecuménicas" (título de un curso que daba en Nairobi) y a los  "Festivales Ecuménicos" (la dimensión pastoral de lo que enseñaba en clase),  sino también por el espíritu de apertura, de acogida y del diálogo que crea entre nosotros.

En este sentido, dejaba una sugerencia de que en estos festivales maristas, que empiezan a hacer historia, estén también abiertos a jóvenes protestantes, musulmanes, budistas, sintoístas, por la sencilla razón de que hay en algunas de nuestras  escuelas muchos jóvenes protestantes, musulmanes, budistas y sintoístas. Llegué a pensar que era una propuesta revolucionaria. Ni mucho menos. Me quedé sorprendido al leer, después de mi sugerencia, el mensaje de Benedicto XVI para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud que no lo conocía aún. Él llega a decir que estas jornadas deberían estar abiertas incluso a los no creyentes: "Os invito a este evento tan importante para la Iglesia en Europa y para la Iglesia universal. ¡Todos los jóvenes, tanto los que comparten nuestra fe, como los que vacilan, dudan o no creen, pueden vivir esta experiencia, que puede ser decisiva en su vida! ". ¡Gran Benedicto XVI! Tiene toda la razón.

Segunda experiencia: Las fiestas de la juventud,  fuente de excelencia de vocaciones cristianas. También compartía con los jóvenes una experiencia que había vivido en Nairobi, precisamente en  un Festival que se celebrará sobre las vocaciones cristianas. Dos jóvenes misioneros italianos (una hermana y un sacerdote), quien entonces trabajaban en Kenia me dijeron: "¿Usted sabe donde nació nuestra vocación misionera?". "No tengo ni idea, ¿podría decírmelo?". Contestaron: "Nuestra vocación misionera nació en los encuentros de jóvenes realizados por el Cardenal Martini con los jóvenes de su diócesis."  Pensaba entonces que estas reuniones de jóvenes son un buen lugar para sembrar la idea de la "excelencia" de todas las vocaciones cristianas. Con esto en mi mente, decía a los jóvenes maristas de Madrid: "Estoy convencido de que en estas reuniones nacerán muchas parejas cristianas que serán un excelente testimonio de vida cristiana para la Iglesia y para el mundo; pero también estoy convencido de que algunos se sentirán llamados a la vida religiosa, a la vida la vida sacerdotal y misionera. " Y añadía, con un poco de humor: "Si alguno de ustedes se siente llamado a la vida marista misionera yo le doy la bienvenida con los brazos abiertos a nuestro Proyecto misionero ad gentes".

Cuál no es mi sorpresa (¡no tanta en realidad, porque lo normal es que sea así!) cuando al día siguiente, en su homilía de apertura oficial del Día Mundial de la Juventud, el Cardenal de Madrid, en la famosa Plaza de Cibeles, subrayaba esta misma idea, además de mencionar la apertura de las jornadas a los no católicos. Pero es mejor que yo cite su homilía por una cuestión de objetividad: "Desde la primera llamada a la jornada de 1985 en Roma hasta esta jornada en Madrid se fue construyendo una bella historia de fe, esperanza y amor en tres generaciones de jóvenes católicos y no católicos, que veían cómo su vida se transformaba en Cristo y cómo surgían entre ellos innumerables vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada, al matrimonio cristiano y al apostolado”.

¿Quién dudaría de que estas jornadas pueden ser un excelente marco para el desarrollo en el joven, repito, de la "excelencia" de toda vocación cristiana. Así que me alegré también grandemente, con el trabajo tan extraordinario que los hermanos encargados de la pastoral en Europa, juntamente con el noviciado de Sevilla, han hecho en la "Exposición Vocacional Marista", en nuestro Colegio Chamberí. Dios mediante, que ella  produzca muchos frutos. Y muchas vocaciones maristas  también.

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Hermano Teófilo
Coordinador del Proyecto ad gentes.
Madrid, 20 de Agosto de 2011

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