Manziana ? continuación y fin: 17-31 de marzo de 2012
Al volver de Nuestra Señora del Hermitage, hemos podido compartir en comunidad todo lo que más nos ha tocado al estar en contacto con el Padre Champagnat y con nuestros primeros hermanos en aquellos lugares en los cuales ellos vivieron. Esta peregrinación a las fuentes maristas ha sido una etapa que ha marcado nuestro camino y nuestra búsqueda de renovación para nuestras comunidades.
Entramos entonces en la última etapa de nuestro proceso de formación. Dos semanas que hemos vivido intensamente. La primera semana, a partir del 19 de marzo, fue consagrada a elaborar la síntesis personal de lo que habíamos vivido durante estas seis semanas: lo que hemos comprendido mejor sobre el rol del animador de comunidad, las convicciones que nos animan, los valores que queremos desarrollar y los pasos concretos que podemos dar, tanto a nivel personal, como también a nivel comunitario o provincial. Nos beneficiamos de la reflexión de todos y cada uno y pudimos constatar que, aunque los contextos fuesen diferentes, algunos elementos fueron compartidos por todos.
El sábado siguiente, tuvimos la última oportunidad de vivir una salida comunitaria. Elegimos visitar Subiaco, no lejos de Roma, elevado centro de espiritualidad, marcado por la vida de San Benito y de Santa Escolástica en los comienzos de la vida monástica “benedictina”. La visita guiada por un monje nos hizo comprender un poco mejor las intuiciones de San Benito y nos ha recordado la necesidad que tenemos de desarrollar una vida interior y de llegar a ser contemplativos en la acción. La eucaristía celebrada en el monasterio estuvo impregnada por la presencia de Dios en nuestras vidas. Con un almuerzo abundante, típicamente italiano, comenzamos la tarde antes de volver a nuestra casa de Manziana.
El domingo 25 de marzo, varios hermanos fueron a la Casa General en Roma. Fue una ocasión de encuentros con los hermanos de nuestras Provincias y con otros que participaron en la sesión de formación sobre la protección de los niños y los jóvenes.
Finalmente la última semana estuvo consagrada a un tiempo de retiro, de evaluación y de fiesta fraterna antes de volver a nuestras diferentes Provincias. La fiesta de la Anunciación marcó el comienzo del retiro de tres días animado por el Padre Graig Larkin SM. Éste, como guía experimentado, nos ayudó a recoger todo lo que vivimos en una atmosfera de oración y a confiarlo al Señor y a María. Cada día, el Padre Graig ha retomado e introducido cada uno de los iconos de María que el hermano Emili nos invita a contemplar en su Circular “Nos dio el nombre de María”: María en la anunciación, en la Visitación y en medio de los Apóstoles en Pentecostés. Estos días de primavera y el clima de silencio reinante han contribuido a impregnarnos profundamente de los mismos.
Hemos dedicado también un tiempo para evaluar los diferentes elementos de esta sesión de formación, tanto para nosotros mismos, como para el Secretariado “Hermanos Hoy” y el equipo de los formadores. Una vez más, hemos podido apreciar la oportunidad que se nos ha ofrecido con la participación en este proceso que debe continuar cuando volvamos a nuestras casas. Y queremos reiterar nuestro agradecimiento a todos los organizadores y acompañadores de este curso.
No podíamos separarnos sin dedicar un tiempo a la celebración de la fraternidad vivida con los « maravillosos compañeros » de ruta con los cuales hemos caminado durante estos dos meses. Reunidos “en torno a la misma mesa” ante todo la de la Eucaristía festiva y la de envío, hemos podido mirar hacia nuestra misión contando sobre la presencia de Cristo resucitado, de María y de Champagnat así como sobre la de nuestros hermanos. Y muy naturalmente “en torno a la misma mesa”, esta vez la de la comida compartida, nos dijimos hasta pronto, con la fuerza de nuestra fraternidad y de nuestra fe, para servir en la mesa de nuestras Provincias y de nuestro Instituto.
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Hermano Robert Thunus
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